Las casonas en donde se concentraba la producción de vino transformaron el paisaje en la Edad Moderna. Foto: PULL

Un libro digital de la ULL traza varias rutas con haciendas de Tenerife

Artes y Humanidades

La producción vitícola ha sido muy importante para la historia de Canarias y, especialmente, de Tenerife. Las casonas en torno a las cuales se concentraba la producción de vino transformaron el paisaje en la Edad Moderna pero, con el cambio de modelo económico y por el propio desarrollo de las vías de comunicación, ahora muchas de estas infraestructuras permanecen ocultas, a pesar de que suponen importantes hitos patrimoniales. Un libro electrónico desarrollado por docentes de la Universidad de La Laguna trata de reivindicar la importancia de 82 inmuebles y su potencial para convertirse en un recurso cultural y turístico.

La obra resultante, La ruta de las haciendas: un recorrido por el paisaje cultural de las antiguas vitícolas del Norte de Tenerife, fue coordinada por Juan Ramón Núñez Pestano, María Eugenia Monzón Perdomo y Judit Gutiérrez de Armas, del Departamento de Geografía e Historia. Se presentó el 17 de junio en la sede de la Fundación CajaCanarias, dado que esta publicación es el resultado de una investigación de cuatro años de duración financiada por dicha entidad, en colaboración con la Fundación La Caixa.

Durante el acto de presentación, la presidenta de la Fundación CajaCanarias, Margarita Ramos Quintana, valoró que los resultados de este proyecto han sido «espectaculares» y servirá no solo para conocer mejor la historia de las haciendas que medraron en torno a las vides, sino para explorar su potencial como recurso cultural, patrimonial y turístico.

Por su parte, el responsable para la provincia de Santa Cruz de Tenerife de Fundación La Caixa, Mauricio González, destacó que este proyecto surge de la colaboración entra las dos fundaciones implicadas, una relación que se ha prolongado durante una década y ha servido para que la institución que representa pueda desarrollar su línea de atención a la investigación y, de ese modo, participar en temas cercanos y de utilidad para la ciudadanía.

Más de mil páginas de texto y 1300 ilustraciones


A continuación, el profesor Núñez Pestano y la profesora Monzón Perdomo desgranaron los detalles de este proyecto que fue creciendo a medida que se fue descubriendo más información sobre las haciendas estudiadas. De hecho, la ingente cantidad de información elaborada es lo que explica que el libro haya sido editado finalmente en formato digital: sus más de mil páginas de texto y 1300 ilustraciones hacían inviable una edición papel.

La obra, que ya está disponible para su consulta libre y gratuita en la red, aprovecha las potencialidades del formato digital  a través del Servicio de Publicaciones de la institución académica y, por ejemplo, contiene iconos que dan acceso a las ubicaciones exactas de cada uno de los espacios analizados en cada pasaje.

Pestano recordó que los mimbres de este proyecto están en conversaciones informales que mantuvo con otros investigadores, como la historiadora del arte Margarita Rodríguez, en las que se lamentaban de lo poco reconocidas que estaban las haciendas como patrimonio histórico-artístico.

Rutas transitables de cuatro kilómetros de distancia como máximo


La idea motriz era investigar aquellas haciendas bien documentadas en la bibliografía y archivos y que, además, podían ser conectadas entre sí a través de los itinerarios de los antiguos caminos reales, para crear rutas transitables de cuatro kilómetros de distancia como máximo. Esas condiciones son las que propiciaron que el estudio se centre en las haciendas de norte de la Isla: en el sur también las había, pero mucha más antiguas y, sobre todo, más alejadas entre sí, además de que las rutas de los viejos caminos no se han conservado tan bien.

Si bien cada hacienda estudiada representaba un caso particular, los investigadores partían de una importante literatura científica preexistente sobre el paisaje vitícola, con autores como Pedro Martín Galindo, Antonio Macías y Fernando Gabriel Martín como puntos de referencia inicial. Núñez Pestano también señaló la relevancia que han tenido distintas personas de bibliotecas y archivos contactadas para este trabajo para acceder a varios fondos, así como la generosidad de los propietarios de algunas de estas haciendas que permitieron acceder a los recintos para estudiarlos in situ.

En este sentido, la profesora Monzón apuntó que este estudio les ha obligado a expandir sus métodos de trabajo habituales para ir más allá de las fuentes documentales y realizar entrevistas a quienes habitan ahora esos lugares.

 

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