Elfidio Alonso Palazón, hijo del legendario músico Elfidio Alonso Quintero, asume la dirección de Los Sabandeños, una de las agrupaciones más representativas de la música popular canaria. Fundado en 1965 en La Laguna, Tenerife, el grupo nació con el objetivo de preservar y difundir el folclore de las Islas Canarias. A lo largo de seis décadas, Los Sabandeños han recorrido el mundo, han llevado su música al extranjero y se consolidaron como un referente cultural. En la actualidad enfrenta una nueva etapa, buscar equilibrar la tradición con la modernidad y conectar con nuevas generaciones sin perder la esencia que ha marcado su historia.
¿Qué significa para usted asumir la dirección de Los Sabandeños con un legado familiar que viene desde su padre? «Lo afronto con total naturalidad, ya que crecí dentro de Los Sabandeños junto con mis hermanas. Mi padre me cedió la propiedad de la marca como símbolo de relevo generacional. No busco sustituirlo, sino mantener vivo su legado y el de sus compañeros. Aunque compartimos nombre, no aspiro a ser comparado con él. Yo vengo del mundo empresarial y me encargaré del desarrollo comercial de la entidad, no del ámbito cultural. Yo voy a darle una vuelta a la marca y del ámbito musical se encargará el director musical Israel Espino«.

A día de hoy, ¿qué elementos cambiaría en el grupo? «Lo que quiero introducir, sobre todo, es el espectáculo. Queremos ofrecer cosas diferentes. No es lo mismo que todos los miembros estén todo el concierto estáticos a que, por ejemplo, el coro, de repente tome el protagonismo o Besay Pérez salga a cantar un bolero él solo. Queremos dar movimiento para que el público no se aburra cuando nos vea. Que pasen cosas diferentes en escena. Esa es la idea».
¿Cree que artistas como Besay Pérez ayudan a la agrupación a conseguir visibilidad? «Claro que ayuda, son miembros activos. La figura de Besay Pérez es clave para la visibilidad del grupo, y su éxito también nos favorece como entidad. Es una relación recíproca que debemos potenciar. Antes se les exigía exclusividad y eso nos hizo perder a grandes miembros como José Manuel Ramos y Minuto; no volveremos a cometer ese error. Cada artista debe tener su espacio, porque es su forma de vida. Tenemos que apoyar a Besay, pero también a otros talentos como Luis Rivero e YKay Ledesma. Hay que darles visibilidad y remarcar que son parte esencial de Los Sabandeños».
¿Cómo quiere dar esa vuelta de tuerca sin perder la esencia tradicional? «Estoy abierto a probar herramientas nuevas, por ejemplo Chat GPT. Quién sabe si me sorprende con una folía basada en las composiciones de Elfidio Alonso Quintero. No tengo una respuesta clara hacia el futuro, me guiaré por mi instinto y las decisiones del patronato. Queremos, sobre todo, actualizar la imagen de la agrupación e interactuar con el público joven. En un estudio descubrimos que la mayoría de nuestros seguidores tienen entre 35 y 65 años, un perfil con poder adquisitivo, pero también creo que la juventud, aunque ahora esté en otra onda, acabarán buscando sus raíces. Además, estamos creando un estudio propio para recuperar nuestro catálogo musical, que hoy por hoy, no nos pertenece».

¿Para terminar de captar a ese público joven están abiertas nuevas líneas de colaboraciones musicales? «Las colaboraciones siempre han formado parte de Los Sabandeños. Trabajamos con Arkano, con Valeria Castro, y si toca hacerlo ahora con Quevedo o Cruz Cafuné, también lo haremos, ¿por qué no?. La música es mestizaje y siempre está bien sumar. No cambiaríamos de forma radical nuestro estilo, pero sí podríamos colaborar para abrirnos a nuevos públicos y que la gente diga: “¿Y quiénes son esos?”. Hace poco un estadounidense versionó el pasodoble de las Islas Canarias y valoró muy bien una canción nuestra sin conocernos. Esas ventanas nos dan visibilidad. Lo que nos va a mantener vivos es trabajar e innovar».
¿Qué proyectos empresariales quieren introducir en el futuro? «Queremos hacer un reajuste económico. Tener 37 componentes es inviable, por eso vamos a aplicar un sistema de rotación con 25 músicos por actuación. La entidad debe financiarse sola, ya que por los medios oficiales es bastante complicado, sin depender de ayudas que a veces imponen condiciones o las dan a cambio de algo. Ni nos hemos vendido ni nos vamos a vender. Queremos generar ingresos para terminar la casa museo y para celebrar el 60 aniversario. Después ya nos inventaremos algo, siempre habrá algún espectáculo para poder innovar, eso lo aseguro».
¿Los integrantes se tomaron bien esa reestructuración? «Sí, bueno, yo creo que lo entienden. Y lo entenderán más cuando vean los resultados. Cuando llegue el día en el que vean 150 000 euros en la cuenta con los que nos podamos autofinanciar un viaje, por ejemplo al festival de Cosquín y gastarnos todo ese dinero allí por mérito propio. No porque te lo financie alguien mediante ayudas que a veces llegan y a veces no. Muchas veces veníamos con pérdidas. Terminamos la gira de la península con una deuda de 50.000 euros porque aunque llenáramos teatros habían ocasiones que no daban ningún beneficio».

¿Desde su experiencia personal, cuál diría que ha sido el mejor momento que ha vivido en el grupo? «Hay muchísimos momentos, llevo en Los Sabandeños 42 años, disfruté la gira en Sudamérica, he vivido momentos muy potentes pero me puedo quedar y me emociono recordado el Teresa Carreño en Caracas. Hubo mucho público y sobre todo mucha gente canaria y a todos los compañeros nos emocionó muchísimo. Otro momento increíble fue el festival de Cosquín en Argentina, hace 4 años, fue maravilloso para nosotros porque llevamos mucho tiempo cantando música del país y vernos en la raíz del movimiento fue brutal. Subirte de por sí al escenario con Los Sabandeños es un plus, te sientes artista».
¿Cómo pretenden celebrar los 60 años de la agrupación? «La idea es hacer un espectáculo moderno y digitalizado, con pantallas LED y realidad extendida. Mostraremos cuatro momentos clave de nuestra historia. Empezando por el Castillo de Sabanda en La Punta del Hidalgo. Aunque iba a estar subvencionado por el Gobierno de Canarias, estamos valorando seguir adelante sin esa ayuda. De cualquier modo, celebraremos el 60 aniversario con un concierto en el Auditorio Alfredo Kraus el 11 de octubre y el cierre será en La Laguna con el Festival Sabandeño. También habrá programas didácticos en colegios con la Fundación CajaCanarias y, si al final no llegamos a todas las islas, lo emitiremos por Televisión Canaria».