‘Thelma & Louise’, a debate en ‘Charlas de Cine’

Cultura / Ocio

Fue en 1991 cuando Ridley Scott firmó esta pieza cinematográfica, ahora reconvertida en un clásico del séptimo arte. Gracias al programa de Charlas de Cine y al Aula de Cine de la Universidad de La Laguna, el público pudo disfrutar de ella en el día de ayer viernes, 9 de marzo. La película fue proyectada en versión original y subtítulos en español en Multicines Tenerife. Tras el visionado, se dio paso a una mesa redonda conformada por cinco mujeres. El coloquio estuvo conducido por el periodista Miguel Ángel Rodríguez.

En palabras del profesor universitario Francisco Pomares, que destacó por sus intervenciones en la ronda de debate final, Thelma & Louise se erige como una cinta emblemática para la historia del cine. Una de las claves de su éxito, según el periodista, es el poso agridulce que deja en el espectador y que perdura en la memoria durante largo tiempo.

En la historia se narran las andanzas de dos amigas que deciden huir de sus anodinas vidas, a través de unas fugaces vacaciones. La cotidianidad de Thelma, casada con un cretino detestable y opresor, y Louise, una camarera a la que le repele el compromiso, dará un vuelco inesperado. Lo que prometía ser un fin de semana de diversión y desenfreno, de pronto se convierte en un tropiezo tras otro ante situaciones trágicas de lo más variopintas. Ambas muchachas, no obstante, deciden emprender una fuga por carretera que se verá envuelta en una serie de crímenes, robos y delitos. Sin embargo, los lazos que las unen serán mucho más fuertes que los obstáculos del camino.

La violencia de género, patente en varias escenas


Patricia Ojeda, socióloga y experta en políticas de igualdad, fue la encargada de abrir el debate. Comenzó recalcando los diferentes tipos de violencia de género patentes en el largometraje: desde el machismo de Thelma hasta el acoso sexual que reciben las protagonistas por parte de los camioneros que se cruzan en la carretera. Aplaudió el contexto de solidaridad femenina que recubre el filme y la metamorfosis de estas que, en un primer momento, aparecen sometidas.

También destacó el modo en que los personajes principales roban la atención del público ante las expectantes y reprobatorias miradas de sus compañeros en pantalla. Subrayó, además, el hecho de que se tratara de personas muy comunes: una ama de casa y una camarera. Según expresó, esto reforzaba la idea de que la problemática era real y que se mantenía subyacente en todo el espectro social.

Asimismo, Ojeda quiso matizar que, aparte de reflejarse la amistad, cobraban importancia la toma de decisiones. Por esta razón, apuntó que la escena final representaba el salto hacia la libertad y el rechazo a ese futuro al que parecían estar predestinadas.

«Ojalá la temática de esta película quede desfasada pronto»


Le siguió Sofía Ramos, miembro del Aula de Cine de la ULL. La estudiante de Periodismo aseveró que Thelma & Louise se erigía como una verdadera revolución cinematográfica. Lejos de tildarla de misándrica, como sí hizo parte de la crítica en el momento de su estreno, Ramos puso hincapié en el camino hacia el empoderamiento de los personajes encarnados por Susan Sarandon y Geena Davis.

Con respecto a la parte técnica, celebró la banda sonora de Hans Zimmer y su perfecta simbiosis con la música popular norteamericana, el country y el folk. Por otra parte, elogió la fotografía y la paleta de colores que predomina con tonos azules y marrones.

Por último, extrapoló algunas de las escenas con el caso de La Manada. Con este motivo, señaló que Thelma ejemplificaba un modelo a seguir por su forma de enfrentarse y superar su cuasiviolación. Confesó, además, que esperaba que la temática del largo quedara pronto desfasada.

Bocanegra: «La cinta se ha convertido en una abanderada precoz de la lucha feminista en el cine»


En palabras de la abogada Yaiza Pérez, la evolución del personaje de Thelma, a medida que avanza el relato, representa la historia típica americana de aquellas mujeres que contraían matrimonio siendo muy jóvenes. De ella destacó, en contraposición, su valentía y capacidad para deshacerse de su propia ingenuidad.

Vanesa Bocanegra coincidió con la anterior en distinguir la lectura actual con la del primer visionado. La directora de contenidos digitales de Diario de Avisos dejó claro que, por su profundidad, la cinta se había convertido en una abanderada precoz de la lucha feminista en el séptimo arte.

La última participante de la noche fue Maribel García, profesora del Grado de Periodismo en la Universidad de La Laguna, quien puso de manifiesto que para ella era una verdadera epifanía. El motivo es que se trata del primer western protagonizado por mujeres.

Una oda al feminismo, la revolución y la libertad


García también se lamentó de que el conflicto inicial al que se enfrentan los personajes de Sarandon y Davis, cuando no acuden a la policía por miedo a no ser tomadas en consideración, se siga produciendo en la actualidad. En cuanto a los roles masculinos del filme, argumentó que funcionaban como un espejismo de la mirada tradicional del cine comercial. “Por primera vez”, explicó, “son los personajes masculinos los que emanan un regusto plano y estereotipado”. Bajo su punto de vista, esto se debía a que, aunque dirigida por un hombre, el guion corría a cargo de Callie Khouri. Por este trabajo fue, precisamente, por el que se llevó a casa la codiciada estatuilla dorada, entre otros grandes premios de la temporada.

El colofón de la noche llegó con una de las intervenciones de Francisco Pomares, que definió al largomentraje como una “película simpática” que rezumaba una profunda tristeza. En su lectura, destacó otros subtemas, como la exacerbación por la libertad y la revolución. Aunque el cine, como él mismo aseguró, es susceptible de ser analizado desde una perspectiva poliédrica.

Cinéfilo o no, de las más de dos horas de metraje de Thelma & Louise se pueden rescatar múltiples escenas que han pasado a la posteridad por la contundencia de su mensaje. Una de ellas es, por ejemplo, el momento en el que la mítica Susan Sarandon se desprende de su barra de labios y sus alhajas. En ese momento, el espectador, al tiempo que la propia Louise, cae en la cuenta de que se ha llegado a un punto de no retorno en el que solo queda apuntar hacia adelante. Porque allí, tras ese fundido a blanco de la escena final, les espera el futuro.

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