Desirée Barrios y Mike Ji compatibilizan sus oficios con la música. Foto: Dácil Palmero

«Nos importa el contenido de la música, no solo el ritmo que pueda tener»

Música

Sorprenden al espectador interpretando canciones de todos los géneros. Desirée Barrios y Mike Ji conforman el grupo de versiones The Last Potion. Ella compagina la música con su trabajo de piercer y sus estudios de administración y finanzas y él, con su trabajo de fisioterapeuta. Uno de sus principales objetivos es conectar con el público y hacerlos disfrutar mientras los escuchan. Tocando desde las Spice Girls hasta Red Hot Chili Peppers este grupo lleva la música hasta un plano diferente a lo que estamos acostumbrados a oír.

¿Cómo definirían su estilo? ¿Pertenece a un género en concreto o es variado? Mike Ji: «Nosotros básicamente tocamos los que nos gusta. Nos hemos dedicado a interpretar versiones pero cogiendo de donde la gente no va a rebuscar. Por ejemplo, en la Gala de Invisibles, lo primero que tocamos fue Say you’ll be there de las Spice Girls. Nadie se imagina que a una canción de pop comercial se le pueda dar una versión más cañera».

Desirée Barrios: «Y más género nuestro, es decir, traemos un poco de todo y procuramos llevarlo a nuestro terreno aunque sean estilos completamente diferentes. Siempre le intentamos dar un plano más alternativo. Aunque nos dedicamos a eso, a tocar canciones de otros artistas, también estamos componiendo nuestros propios temas».

Conexión desde el minuto uno


¿Cómo se forma el grupo? DB: «Es muy gracioso porque nos conocimos gracias a mi madre. Ella se rompió el dedo en el trabajo y él era su fisioterapeuta. Mi madre no paraba de decirme que tenía que conocerlo y a él le decía lo mismo de mí y le enseñaba vídeos míos cantando».

MJ: «Después de eso, yo la empecé a seguir en Facebook. Desde hace muchos años tenía la espinita clavada de hacer un grupo con una voz femenina. Entonces vi ahí mi oportunidad. Coincidimos por primera vez en la consulta y congeniamos tan bien que decidimos quedar otro día para tocar».

DB: «Al final quedamos y estábamos los dos muy tímidos. Empezamos a tocar y ese mismo día sacamos como 6 canciones como si lleváramos tocando juntos toda la vida. Y al par de días ya estábamos en un micro abierto, sin nombre».

«Escuchamos desde la clásica hasta el reggae«


Hablando del nombre, ¿por qué decidieron llamarse The Last Potion? MJ: «Nosotros empezamos a tocar en público en micros abiertos. Uno de ellos fue en El Correillo de La Palma. Cuando quedamos esa tarde para ir a la actuación, ella venía mala de la garganta. Entonces en casa le hice una ‘poción’ para que se recuperara. Al llegar al barco nos preguntaron el nombre del grupo y no teníamos. Nos salió de dentro decir pociones por la anécdota que nos acababa de pasar».

DB: «En ese micro nos tocó salir los últimos y eso ya nos había pasado en otro sitios, que siempre somos los últimos. Nos toca actuar siempre a las 3 de la mañana cuando todo el mundo se está yendo. Entonces de ahí nació el nombre, la mezcla entre que siempre somos los últimos y el tema de la poción. Dijimos venga, en inglés queda mejor y surgió The Last Potion».

¿Tienen alguna influencia o grupo favorito? DB: «Muchísimas, miro mis listas y cada día escucho un estilo diferente. Desde Aretha Franklin hasta Johnny Cash pasando por las sonatas de Beethoven. Escucho mucho también Red Hot Chili Peppers, Florence and the Machine, Paramore…».

MJ: «Suena muy típico pero escuchamos desde la clásica hasta el reggae. Creo que mi primera influencia rockera fueron Europe. De pequeño me gustaban muchísimo los Hombres G. Pero si influencias pues Guns N’ Roses, Nirvana, Pink Floyd, Alter Bridge, Halestorm…».

«Hay que conocerse y ver a dónde puedes llegar»


¿Aprendieron en alguna escuela o conservatorio o son autodidactas? DB: «Un año me metí en piano y no lo acabé. La profesora me cogía las manos para tocar ella conmigo y por eso me fui. Yo no quiero reproducir algo, quiero saber interpretarlo y así no lo iba a aprender. A clase de canto fui un año también y me pasó lo mismo, la profesora me dijo que no me podía ayudar con lo que yo quería aprender que solo me podía enseñar ópera o lírico. Yo lo que quería era naturalidad, potencia y rango. Así que sí, autodidacta».

MJ: «Mi formación es similar. Yo me empeñé en que quería tocar la guitarra y a los 15 años me compré una española. Busqué sitios para aprender y yendo a casa de un chico una hora a la semana fue como me eduqué en la guitarra. De resto es práctica y musculatura. Hay que conocerse y ver a dónde puedes llegar tanto con un instrumento como con la voz. Además también encontré profesores internacionales online que me ayudan muchísimo».

Comentaron antes que están escribiendo sus propias canciones, ¿tienen algún método en específico para componer? MJ: «Tenemos varios. Uno de ellos es al que denominamos nosotros como ‘el método de la pizza’. Nos vamos a comer una pizza y empezamos a hablar sobre qué queremos decir en nuestras letras. Elegimos un tema y  seleccionamos cosas que definan ese tema, que lo describan. Puede ir desde frases, fotos hasta dibujos, lo que sea».

DB: «Tenemos una conversación y nos vamos fijando detenidamente en lo que dice el otro y apuntando frases. Ponemos la idea, los conceptos y creamos una letra o una melodía que ponga en orden todo esto y que, además, transmita algo».

«Hay ciertos estilos que se amparan más que otros»


¿Qué tiene que tener una letra para que sea considerada como buena? DB: «Para mí lo esencial que tiene que tener una canción es sentimientos, sentimientos o situaciones que hayas vivido o con las que te sientas identificado de alguna forma. A mí para que me cuentes las noticias pongo la tele o leo el periódico. Para que me cuentes una historia tengo que sentir algo».

MJ: «Sí, exacto. Hay que tener la empatía y los sentimientos a flor de piel cuando se escriben unas letras. A nosotros nos importa el contenido de la música, no solo el ritmo que pueda tener».

¿Cómo se encuentra actualmente el panorama musical en Canarias? DB: «Por lo general, el rollo cantautor aquí es lo que más se suele apoyar. Chicos o chicas con su guitarra cantando. Esa gente tiene más posibilidades de encontrar sitios en los que tocar, de encontrar un hueco en el mercado porque pertenecen a ese género. Hay unos ciertos estilos que se amparan más que otros».

MJ: «Aquí ha cambiado un montón el panorama de la escena musical. La primera vez que yo toqué había muchos sitios que te permitían tocar para darte a conocer».

«Los empresarios son los que están dando espacio actualmente»


Y, aunque se apoye más a un estilo que a otro, ¿favorecen las Islas la música local? Es decir, ¿prestan algún tipo de ayuda a los grupos y cantantes? MJ: «Realmente se ha cortado un montón la escena y solo se han quedado los lugares para micros abiertos, acústicos o eventos específicos que se organizan con dinero».

DB: «Hay varios eventos del gobiernos y varios de empresarios particulares que son los que, ahora mismo, están apostando por gente para que se den a conocer. Sobre todo los que nos han abierto las puertas son los que se dedican a la poesía. Gracias a que ellos han hechos sus pequeñas cooperativas y sus pequeños grupos como Poetas en Rebeldía. A ellos les han dado esas oportunidades y ellos han abierto las puertas para que más gente nos unamos».

MJ: «Los empresarios son los que están dando espacio ahora mismo, los que tienen el poder de atraer a una clientela. Si quieres tocar en un sitio medianamente grande tienes que estar en el conservatorio y, además, conocer a gente».

 

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