Más protestas, más armas

Opinión

Parkland, Las Vegas, Orlando, Dallas, Charleston…y más lugares se pueden sumar a la larga lista de tragedias que han tenido lugar en Estados Unidos en las últimas décadas. Según datos de la organización Gun Violence Archive, han fallecido en este país más de 1800 personas por violencia armada en lo que va de año, en alrededor de 30 tiroteos masivos. Eso equivale a una media de 40 muertos al día. Sin embargo, la violencia diaria en las escuelas o en las calles, en la que las pistolas suelen ser las protagonistas, no siempre llega a los titulares.

Hablamos de uno de los países más poderosos del mundo, considerado como la primera potencia mundial. Sin embargo, las armas de fuego son la tercera causa de muerte entre menores de 18 años. Cada hora un niño muere o queda herido por armas de fuego en este país. Sí, cada hora. Un país con 250 millones de armas.  EEUU no solo es el líder mundial en materia de propiedad de armas, también es el que sufre 11 veces más tiroteos masivos que cualquier otro país desarrollado. En él, las víctimas mortales de las armas de fuego son el doble que las víctimas de ataques terroristas en todo el mundo. Sin embargo, la amenaza terrorista recibe mucha más atención y medios que el control de armas.

La Segunda Enmienda a la Constitución de los Estados Unidos, que otorga el derecho a la posesión de armas, es aceptada por la inmensa mayoría de los norteamericanos, incluso forma parte de la cultura estadounidense. La gente posee armas, compra armas a sus hijos, va a ferias y participan en competiciones de tiro. Consideran la tenencia de armas como un rasgo muy americano, un legado del siglo XVIII. Entonces, ¿cómo cambiar esta situación si hay más de un arma por cada ciudadano adulto?

Tras los tiroteos masivos, han venido las promesas, las promesas de que la situación va a cambiar. Sin embargo los intentos de endurecer las leyes establecidas han fracasado. Al contrario, en muchos Estados han prosperado normas que han flexibilizado aún más su uso. En estados como Virginia o Arizona uno puede ir al bar con su pistola encima. Sin un control justo, las armas seguirán acelerando los conflictos violentos, la delincuencia, la represión estatal y la violencia doméstica.

Estudiante de Periodismo en la Universidad de La Laguna. Canariona de nacimiento. Amante del mar, los libros y, por supuesto, del periodismo. Con ganas de aprender y superar todos los retos que vengan.

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