Es viernes, 13 de junio. No no es un día cualquiera. Después de diez años llega el momento. Comienzan los primeros acordes de Ángel de Amor y junto a Fher Olvera, vocalista de Maná, cantan alrededor de quince mil personas. Mientras, una leve llovizna cae en el escenario del Tenerife Music Festival, en el puerto de Santa Cruz de Tenerife. Suena De pies a cabeza y luego Corazón espinado. La noche promete ser una de esas que dejan huella.
Ahora es el turno de Manda una señal, que recuerda al público luchar por un amor verdadero. Olvera habla un poco con sus fans. «A mi me han dicho que las chicas canarias van de flor en flor», bromea. La gente ríe y empieza a sonar Mariposa Traicionera. Acto seguido se escuchan los primeros acordes de Get Up, Stan Up de Bob Marley. El cantante manda ánimos a la gente latina en Estados Unidos.
Antes de comenzar la siguiente canción, el artista invita a dedicar la canción a las madres. Lanza un beso al cielo y crea uno de los momentos más íntimos de la noche. «Eres tú mi bendición, eres mi luz, eres mi sol», canta mientras interpreta Eres mi religión.

Llegado el ecuador de la noche el escenario se llena de éxitos. Primero Vivir sin aire, luego En el muelle de San Blas y después Rayando el Sol. Con cada canción, Maná demuestra que da igual que hayan pasado 40 años desde su inicio, su música transciende generaciones.
Comienza la recta final y el puerto de Santa Cruz de Tenerife canta al unísono Labios compartidos. Olvera presenta a la banda y el público la ovaciona con aplausos. La canción que pone el broche de oro a la noche es Clavado en un bar. El cantante aparece en el escenario con una camiseta del Club Deportivo Tenerife y la gente se rinde a sus pies. «Aquí me tienes bien clavado, soltando las penas en un bar», dice la canción, pero Tenerife se quedará clavada en esta noche.