Los documentales sobre el mar, protagonistas de Fimucinema

Cultura / Ocio

Fimucinema celebró ayer, 26 de septiembre, su segundo día de proyecciones, las cuales se prolongarán hasta el día 28. Durante la jornada se exhibieron dos documentales: The last ice hunters y Sea of Sines, que clausuró la velada. Además, el público disfrutó también con los cortos: Shunyata, Swimming in the desert, Monster e Iridiscence.

The last ice hunter es un documental emotivo e instructivo que relata la historia de la generación actual de los moradores del este de Groenlandia, los inuit. Actualmente son solo 4000 habitantes en 20 000 km de costa, los cuales se han adaptado a los cambios del medio en el que viven utilizando para sobrevivir todos los recursos disponibles. En el siglo tecnológico en el que vivimos, ni tan siquiera esta reducida y aislada población, de arraigada cultura, ha sido capaz de evitar la llegada de la tecnología a su vida cotidiana. Este aspecto se ve influenciado por las condiciones físicas y climatológicas del Este de Groenlandia. Con una banda sonora espectacular de Miha Petric, podemos ver cómo cambia la rutina de los inuit al necesitar ayuda exterior. Con unas composiciones de lo más interesantes y testimonios de expertos apreciamos, cómo una sociedad que ha vivido más de cuatro milenios, comienza a extinguirse.

La inocencia como protagonista de los cortos


La tanda de cortometrajes del día comenzó con la película india de Chintan Sarda Shunyata. En ella, un asesino a sueldo ve su vida truncada al darse cuenta de su verdadera identidad. Pero cuando todo se vuelve oscuro, un rayo de esperanza en forma de niño cambia su vida por completo. La tensión y la tristeza son palpables hasta el momento en el que ambos comparten amistad, sabiduría y cariño. En este momento, la música de Pranay Rijia se vuelve más alegre y relajada.

Swimming in the desert El hombre de agua dulce (en español) es una historia enternecedora dirigida por Álvaro Ron. Está ambientada en un desértico pueblo de California llamado Agua Dulce. Allí, este líquido indispensable para vivir escasea de manera acelerada. Una niña decide retar a su abuelo, conocido por ser un maniático bombero retirado, a que busque una solución para reabastecer de agua a los habitantes. De nuevo, la inocencia de un menor salvará de la desdicha y el fracaso a un adulto. La banda sonora es conmovedora con notas dulces que desembocan en la metamorfosis de un hombre que no quiere defraudar a su nieta.

Monster fue otro de los filmes que se pudo disfrutar ayer. Se trata de un corto de ciencia ficción de unos trece minutos de duración en el que, tras una especie de apocalipsis, la humanidad vive recluida en búnkeres. La inocencia de Jenn, la lleva a explorar ese mundo del que solo ha oído historias. La música está presente, en la segunda parte del relato, proporcionándole a la cinta gran expectación y puro nervio.

Iridiscence, de Armano Fierro y Tobias Bartsch, fue la última proyección de corta duracion de la noche. Cómo la sociedad percibe a la gente homosexual y cómo ellos se ven a sí mismos y al resto son cuestiones que forman parte del argumento principal. A través del baile lírico se escenifica la relación entre dos chicos, además de presentar el arte y las visiones de los protagonistas.

Una historia de tres generaciones de pescadores


Sea of Sines cerró la jornada con una historia de tres generaciones de pescadores de Sines, al suroeste de Portugal. Utilizando imágenes espectaculares y testimonios reales, el documental ayuda a comprender cómo evoluciona la forma de pescar con el paso de las generaciones.

A pesar de la evolución en la metodología, la cultura y la tradición permanecen intactas pasando de unos a otros para preservar este estilo de vida. La banda sonora, por supuesto, es de nuevo esencial para incorporar ese punto de emoción.

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