La ULL y el IAC colaboran en el proyecto CALIFA

Ciencias

El proyecto CALIFA (Calar Alto Legacy Integral Field Area Survey), en el que colaboran el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) y la Universidad de La Laguna, ha elaborado un mapa con 300 galaxias cercanas a la Vía Láctea que han clasificado primando la forma en la que se mueven sus estrellas en detrimento de la clasificación morfológica utilizada hasta la fecha. Los resultados de este trabajo se han publicado recientemente en la revista Nature Astronomy.

Los cuerpos celestes en las constelaciones tienen dos tipos de movimiento básico: orbitando alrededor de su centro de forma regular en un disco ordenado o en órbitas orientadas al azar sin un claro sentido de rotación. Si supusiésemos que se comportan del mismo modo que lo hace el Sistema Solar, podríamos pensar que, a medida que los objetos se alejan de su centro, disminuye la velocidad a la que orbitan en torno a él. Sin embargo, en el caso de las galaxias, esto no tiene por qué cumplirse, ya que hay otros factores que influyen en la velocidad a la que giran estos cuerpos, como pueden ser las dimensiones, la influencia gravitatoria de otras o la cantidad de materia oscura que la compone.

Un equipo internacional de astrofísicos, entre los que se encuentra el investigador del IAC y la Universidad de La Laguna Jesús Falcón Barroso, coordinador del proyecto CALIFA (Calar Alto Legacy Integral Field Area Survey) en el IAC y uno de los autores del artículo publicado en Nature Astronomy, ha recogido datos de 600 constelaciones cercanas a la Vía Láctea con el Espectrofotómetro de Apertura Múltiple de Potsdam (PMAS, por sus siglas en inglés) ubicado en el Observatorio de Calar Alto (Almería, España).

Una incidencia de órbitas templadas mayor de la esperada


Como parte de este catálogo, los científicos han elaborado mapas de velocidad de 300 galaxias que muestran los movimientos de sus estrellas. De esta manera han podido determinar tres grupos diferenciados entre órbitas estelares casi circulares, que han denominado órbitas frías, templadas, y calientes, típicas del movimiento desordenado y aleatorio de estrellas. Al analizar los datos, han comprobado que las circulares son frecuentes en las más pequeñas, mientras que las calientes corresponderían a las de las galaxias más grandes. Además, sorprendentemente, han encontrado una incidencia de órbitas templadas mayor de la esperada.

Gracias a ello se puede obtener mucha información sobre la historia de la formación de estas galaxias. Estos cuerpos evolucionan y crecen durante miles de millones de años fusionándose. Aquellas que repetidamente han absorbido otras más pequeñas, generalmente presentan un disco delgado y giratorio, mientras que, cuando dos galaxias de una masa similar se fusionan, nace una elíptica con órbitas estelares desordenadas en todas direcciones.

Falcón Barroso: «Se trata del primer estudio en plantear un esquema de organización de galaxias basado en la distribución orbital de las estrella»


La medición de las órbitas analizadas puede distinguir entre galaxias en forma de disco (órbitas más frías) y galaxias elípticas (órbitas calientes), incluso en los casos en los que, observando una imagen, los astrónomos no pudiesen hacer esa distinción. Es decir, midiendo las órbitas estelares, los investigadores podrán determinar si el pasado de una galaxia se debe a la evolución interna y aislada de la misma, una sucesión silenciosa de fusiones pequeñas o si se ha formado a partir de una adhesión violenta.

CALIFA, que con su muestra de 300 ejemplares se ha convertido en uno de los archivos más extensos sobre la dinámica de las galaxias hasta la fecha, destaca por ser “el primer estudio en plantear un esquema de organización de galaxias basado en la distribución orbital de las estrellas y, por tanto, distinto al diagrama clásico de Hubble (que se centra en su clasificación morfológica)”, explica Falcón Barroso. Este también reconoce, por otra parte, que los resultados de este estudio “plantean algunos problemas a las teorías actuales sobre su formación y evolución ”.

Esta nueva clasificación ha sido cuidadosamente elaborada para producir una muestra representativa que ayude a los astrónomos que elaboran modelos sobre la evolución de galaxias a probar si sus simulaciones proporcionan las predicciones correctas.

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