Carlos Rodríguez es un antiguo alumno de Medicina de la Universidad de La Laguna. Hoy, a sus 33 años, divide casi todo su tiempo entre sus dos pasiones. Aunque se dedica profesionalmente a la medicina preventiva y salud pública, tiene una cimentada carrera musical. Conocido como Carlos Rhodes, su esfuerzo, talento y dedicación le llevaron a triunfar con su disco Hasta el Final en 2015 y, actualmente, a compartir escenario con artistas tan conocidos como Andrés Suárez o Despistaos.
Desde un primer instante se filtraron en él las influencias de Los Rodríguez y todos sus componentes; o del imprescindible Bruce Springsteen. «Todo músico tiene referentes, en mi caso puedo nombrar muchos pero Leiva o Fito y Fitipaldis son algunos de los que inclinaron mi estilo», explica Rhodes sobre el porqué de su estética pop, rock y folk.
Inevitablemente, en el camino, fruto de esta inquietud constante, van surgiendo nuevas palabras, distintas melodías y la necesidad permanente de reinventarse e innovar dentro del terreno elegido. El artista asegura que, si tuviera que dar un consejo a alguien que se esté iniciando en la música, le diría que tiene que entender que la clave está en currar, moverse y ensayar; pero, sobre todo, paciencia, porque «es una carrera de fondo».
«De joven tenía la música en un segundo plano»
Cuando era niño se veía muy atraído por el mundo de la Medicina. Tanto es así que, incluso cuando empezó a tocar con 13 años, veía la música desde un segundo plano. «Siempre es algo que estaba ahí pero que no le prestaba mucha atención, hasta que empecé a escribir canciones y llegó el momento en el que me me apeteció enseñarlas» confiesa. Además, el tinerfeño añade que en ese momento la cosa se volvió más seria. Aún así, según él, la primera vez que pisó un escenario fue a los 18 años en las Jornadas Musicales del Campus de Ciencias de la Salud de la ULL. Fue gracias a su tío y el que ha sido el organizador de este evento desde su inicio hasta la última edición, Francisco Valladares Parrilla.
Carlos Rhodes es, en esencia, la propuesta de un artista decidido y valiente, entregado a lo genuino y a que esta autenticidad llegue a las mejores plataformas posibles. Esto, sumado a un entorno de trabajo cercano, hace que su música transmita más energía. «Todo es autoproducido. Sigo trabajando con el mismo equipo desde mi primer disco y somos como una familia», indica el cantante, y aunque en un principio parezca solista, también cuenta con su propia banda llamada Las Malas Compañías, con la cual sigue actuando cada vez que tiene ocasión. «Solemos variar el formato según dónde toquemos, unas veces lo hacemos acústico y otras eléctrico», aclara.
El lanzamiento el 1 de diciembre de 2017 del sencillo Bajo Sospecha fue una buena prueba de lo que está por venir este 2018, pues durante este año Rhodes ha estado preparando un disco que planea sacar a la luz en otoño. En él se se exhibirá una renovación del compromiso musical, siempre complicado cuando se trata de una actividad creativa e íntima. El médico manifiesta que tanto ese single como La Rubia del Flaco estarán dentro de este nuevo álbum, así como el resto que ha estado grabando durante el verano.
«Cantar junto a Andrés Suárez fue muy bonito»
Bajo sospecha le llevó al número 1 de Click and Roll de Los 40 Principales en Canarias, pero ya lo había conseguido antes con una canción llamada Tan Solo Con Hacerte Hablar, a principios de 2016. Esta estrella en potencia revela que, aunque no está muy atento a si aumenta la cantidad de seguidores en sus redes sociales, siempre que alguien piense que su canción debe estar ahí es un empujón moral. «Una vez una chica me dijo que mientras hacía la compra se dio cuenta de que estaba tarareando una de mis canciones. Eso no me pudo poner más contento», reconoce.
Más allá de ello, ese impulso que le ha dado la posición en dicha lista y diversos festivales de las Islas le han llevado a ser telonero de otros grandes de la industria, tales como Andrés Suárez o Despistaos. Rodhes agradece esa gran oportunidad y recalca que «cantar junto a Andrés Suárez en el Paraninfo fue muy bonito» porque nunca lo había hecho delante de tanta gente. Asimismo, surgió la ocasión de hacerlo con Despistaos en Salamanca un mes más tarde.
Oportunidades
Todo cantautor canario se encuentra siempre con el mismo problema, la falta de oportunidades. Así lo sintió también él: «En Madrid las posibilidades son claramente mayores. Si aquí hay 10 bares para tocar, en Madrid hay 500, pero también es verdad que allí hay más competencia. Yo estuve allí 1 año y hay gente muy buena, y eso te hace crecer porque tienes más influencias, pero personalmente me venía mejor estar en Canarias, así que volví».
«Mi objetivo es siempre mirar hacia atrás y ver que he crecido», comenta Rhodes. Razona que, para hacerlo es necesario trabajar, ensayar, seguir tomando clases de guitarra, de canto, de batería… Aunque no ha estudiado esta disciplina como tal, sí que asiste a cursos cada vez que puede. El principal proyecto del vocalista ahora mismo es publicar el segundo álbum y otra vez entrar en la dinámica de promocionar. «Una vez leí que la música era un 80% de creatividad y un 20% de promoción. Ahora se ha dado la vuelta y es lo contrario. Y eso es porque hay tanta oferta que necesitas hacer lo posible para que la gente te escuche», argumenta.
Se considera un músico en el significado amplio de la palabra. Coge parte de composición, de interpretación y parte de guitarrista. Y aunque asegura no tener mucha destreza con el piano, también lo utiliza para componer. Además, Rhodes añade lo siguiente: «Una de las cosas mas importantes que tiene que tener un músico es que sea auténtico, porque hacemos canciones para transmitir emociones y para poder hacerlo tienes que ser tu mismo… Para que ese mensaje sea real».
«El problema de las versiones es cuando intentas sacar beneficios»
Según el artista, todos han empezado interpretando canciones de otros músicos. «Incluso los Beatles o los Rolling empezaron con versiones», asegura. A Rhodes le parece bien que alguien haga una cover, pero le gusta que lo hagan como lo hacía él, «versionándola de verdad, llevándola a tu estilo, porque es muy importante hacer que esa canción sea tuya». Eso sí, recalca que lo que le parece un problema es cuando se intenta sacar beneficios con el trabajo de otro, pero «ojalá alguien cante una canción mía».