Ithaisa Pérez Conesa es codirectora del Campus de Escultura de Lanzarote, cuya cuarta edición tuvo lugar del 27 al 2 de agosto en la sede de la Fundación Curbelo Santana, presidida por Paco Curbelo y Rufina Santana. La Residencia artística, en cuya organización participa la Universidad de La Laguna, permitió que estudiantes de Bellas Artes desarrollaran la propuesta Contenedor de lo inmaterial, una cápsula de troncos de madera y hierro concebida para reivindicar el paisaje de la Isla del Fuego.
La docente de Bellas Artes de la ULL y el alumnado desarrollaron junto a David Vila, profesor de Escultura de la Universidad de Elche, la propuesta de esta edición: tiene cuatro metros (la más alta hasta la fecha) y se suma a las tres producidas en anteriores ediciones en el Parque Escultórico de la Fundación.
¿Qué importancia le otorga al Campus? «El Campus de Escultura es un espacio de encuentro previo a que el estudiantado que termina la carrera de Bellas Artes se lance al mundo laboral. Aquí existen las mismas condiciones a las que se van a enfrentar en el ámbito profesional».
¿Qué valoración hace de la escultura de este año? «La obra tiene dos particularidades. La primera, es que no es una crítica ante problemáticas actuales, sino una puesta en valor. Y la segunda, no se trabajó a partir de un dibujo determinado, sino que a partir del material que se nos brindó, compusimos la escultura in situ, en el paisaje».
¿Por qué el compromiso con el paisaje? “El grupo de este año ha sido particular en lo que a propuestas universitarias se refiere. El Campus les otorgó calma. Por ello, lograron percibir los aspectos positivos del paisaje de Lanzarote».
«He visto una madurez en cuanto a las propuestas del alumnado»
¿Cómo ha visto la evolución del Campus en estos cuatro años? «Ya el simple hecho de hablar de una cuarta edición quiere decir que la propuesta funciona. Por lo que a mí respecta, he visto una madurez en cuanto a las propuestas y una mejoría en cuanto al control de los materiales y el tiempo de entrega. La sinergia con la Fundación va en aumento».
¿Qué dificultades percibió en esta edición? «Al empezar a construir la escultura en el sitio final en el que se iba a exponer, no podíamos dar marcha atrás. Asimismo, su envergadura fue un aspecto que barajamos todo el tiempo».
¿Se plantea la restauración de las obras de años anteriores? «Este año comenzaron a surgir conversaciones para que, si alguna plaza queda libre el año que viene, traer a estudiantes del Grado de Conservación y Restauración para darle una segunda vida a las piezas del Campus, función que hasta ahora está haciendo Paco Curbelo. Aun así, todavía es una mera propuesta».
«El Taller de Fundición es un escenario en el que convivir»
¿Cómo logró la Facultad de Bellas Artes que su Taller de Fundición adquiriese gran prestigio entre las universidades españolas? «Ese mérito no es mío. Yo continúo con el legado de mi mentor, Juan Carlos Albadalejo, quien introdujo la fundición artística en nuestra facultad. Solo he tratado de adaptarlo a las dinámicas de la actualidad y seguir con su espíritu. Mi filosofía es que los talleres deben estar abiertos para que el alumnado desarrolle sus propuestas, no pautados solo en las horas en las que se da clase».
Buena señal que la Fundación Curbelo Santana confíe en su magisterio y en el alumnado de la ULL… «La Universidad, al llevar a estudiantes de cuarto año, muestra su confianza para que el proyecto se desarrolle en buenas condiciones. Saber que existe gente formada que puede responder a los objetivos que plantea la Fundación permite, sin duda, que esta clase de proyectos se desarrolle».
