Javier Obregón, docente en el Grado de Periodismo de la Universidad de La Laguna (ULL), participó como jurado en la final de la decimocuarta edición del Certamen Internacional Jóvenes Diseñadores. El concurso, organizado por Tenerife Moda, reunió a un jurado multidisciplinar compuesto por profesionales de diferentes áreas como el diseño, la comunicación, las redes sociales, entre otros, y aportaron un amplio campo de visión para la elección de siete finalistas, quienes posteriormente presentaron sus colecciones en la Semana Internacional de la Moda de Tenerife.
¿Qué vínculo tiene con el ámbito del diseño y cómo llegó a formar parte del jurado en el certamen de Jóvenes Diseñadores? «Realmente, desde una perspectiva oficial, no tengo formación ni experiencia en el sector. Hace muchos años, cuando ejercía como periodista activo, no tanto en el ámbito académico, me dediqué a la comunicación corporativa, pero nunca vinculada al universo del vestir. Si es cierto que conozco personalmente a varios componentes del equipo de Tenerife Moda, quienes consideran que tengo cierta sensibilidad hacia el mundo del estilo. Ya el año pasado contaron conmigo como jurado en el concurso de fotografía de moda, y este año me invitaron de nuevo. Lo hago con gusto, aunque no de forma profesional. Más que la industria textil en sí, me interesa el mundo de la estética, el diseño, el arte, etc. Lo mezclo todo en el mismo saco».
Como profesor de periodismo. ¿Qué relación ve entre el mundo creativo y la comunicación? «La forma en las que nos vestimos es una forma de comunicación, la moda refleja cómo queremos mostrarnos ante el resto, al menos desde el punto de vista de la apariencia. Puede sonar superficial, pero la imagen importa, la primera impresión influye mucho en cómo nos leen los demás. A veces acertamos, otras veces nos interpretan mal, pero siempre se comunica algo».
«Me gustan las propuestas diferentes, pero que sean reales y ponibles»
¿Cómo tradujo su mirada crítica para la evaluación de las candidaturas? «Tenía que seleccionar diez propuestas, y siete las tuve claras desde el principio. Lo más difícil fue elegir entre las tres restantes, porque habían muchas que se quedaban a medio camino. Personalmente, me gustan las propuestas diferentes, pero que sean reales y ponibles. Cuando una opción se convierte en un ejercicio puramente conceptual, algo que no imaginas en la calle, pierde para mí parte de su sentido».
¿Hubo algún diseño o propuesta que le llamara especialmente la atención? ¿Por qué? «Me gustaron especialmente algunas ideas de genuino streetwear, con mucho color. A mí me atrae, sobre todo viviendo en un lugar como Canarias, donde se es más proclive a usarlo. Aunque personalmente me inclino mucho más por conjuntos en negro o monocromáticos, esas propuestas me resultaron reseñables. También había ropa más enfocada a eventos o fiestas, pero no es algo que me llame tanto la atención, sobre todo porque en el caso masculino está muy pautado y en el femenino hay mucha más libertad. Aún así, creo que algunas propuestas muy interesantes se quedaron fuera de la fase final».
¿Sintió que están usando la moda como forma de protesta, identidad o diálogo? «Observé algo que me llamó mucho la atención, muchas colecciones rompían con la distinción entre lo masculino y femenino. Esa hibridación me parece muy interesante. Lo que más me sorprendió fue ver propuestas que, sin necesidad de etiquetarse como unisex, simplemente no hacían distinción. La misma prenda estaba pensada para cualquier cuerpo, sin importar género».
«Lo que más valoro es la autenticidad: que no se dejen llevar ciegamente por modas»
¿Qué aspecto vio en los concursantes que desearía ver también en sus estudiantes de periodismo? «Algo que valoro muchísimo, y que vi en varias propuestas presentadas, es la autenticidad. La capacidad de no llevarse ciegamente por las modas, por lo que dictan las redes o ciertas figuras de referencia. Yo huyo de los uniformes, de esa tendencia de copiar lo que hacen los demás sin detenerse a pensar si realmente eso conecta contigo. Y eso me gustaría verlo también en mis estudiantes. Que se conozcan a sí mismos, que se escuchen, que se cuestionen».