Cara a cara estaban dos monstruos del fútbol sala. El Geografía 2.0, campeón por segundo año consecutivo del Trofeo Rector de la ULL, frente al equipo de la ULPGC, un conjunto joven, pero que llegó a nuestra isla arrasando en su campeonato particular. El espectáculo estaba garantizado.
El pabellón central de la Universidad se vistió de gala con las gradas abarrotadas y un espléndido ambiente. Y es que se iba a disputar una de las finales más esperadas del año. Eran las 12 y media y el balón empezaba a rodar. Color azul para los locales, amarillo para el foráneo. En definitiva, comenzaba un derbi.
El equipo lagunero dominó los primeros instantes del partido moviendo la pelota de un lado a otro ante la impasividad de sus rivales, los cuales esperaban agazapados atrás un contraataque y un error de su contrario para hacer daño. Las ocasiones empezaron a llegar, sobre todo para el bando azul, que se aprovechó de las imprecisiones de los grancanarios con varios tiros de fuera del área.
Se iban acumulando las llegadas de los estudiantes de Geografía, pero se topaban una y otra vez con el portero amarillo (Diego Rodríguez), el cual se convirtió en uno de los hombres de la final con sus reflejos felinos. Primero a un tiro de Semidán, luego a un taconazo y, así sucesivamente, iba frustrando las ilusiones de unos locales impacientes al ver que no llegaba el ansiado gol.
Pero ante este asedio, el equipo de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria se supo reponer con madurez y aplomo. Tenían claro su fútbol y lo ejecutaron a la perfección tan bien que, incluso, estuvieron a punto de adelantarse en el marcador, si no fuera porque el número 3 de los de Geografía 2.0 (Dailos) se empeñó en salvar bajo palos mediada la primera parte el gran tiro del dorsal número 8 (Negrín).
Dailos fue el máximo goleador del partido con 3 goles de los 5 de su equipo, un auténtico killer del área que sufrió en sus propias carnes el portero de nuestra universidad (Carlos Ávila Padrón).
Aun así, el equipo de la ULL intentó recuperar la batuta del partido y empezar a tocar la melodía que les interesaba. Así fue como volvieron a asediar la portería foránea con un bombardeo continuo. En ese ataque continuo empezó a caldearse el ambiente con una gran intensidad en ambas defensas y protestas continuas a los colegiados que se saldaron con dos tarjetas amarillas para cada uno de los conjuntos.
El partido se empezó a trabar con numerosas faltas y acciones polémicas que alteraron a un público dividido en dos bandos bien diferenciados. Los amarillos supieron sobrellevar mejor este ambiente, ya que lograron crear la incertidumbre en sus rivales con numerosos robos de balón en zonas peligrosas que acabaron en ocasiones de gol claras aunque no materializadas.
Geografía 2.0 se adelantaba en el marcador con un gol del jugador número 6 (David Martín). Tocaba a su fin ya la primera mitad pero, lejos de arrugarse, el equipo que visitaba nuestro pabellón reaccionó de manera valiente con una ocasión errada del número 9 (Ricardo Martín) y, al fin, el premio del gol de Negrín. Golpe duro para los de azul, que no recuperaron el control.
Con un 1-1 se iniciaba la segunda parte del encuentro. Volvía el dominio del equipo de la ULL, uien, nada más empezar, lograba un gol tras un cañonazo inapelable. Pero la alegría duró muy poco, ya que así lo quiso el número 3 (David Darias) con un gran disparo cruzado.
El ritmo había subido, y es que los dos querían levantar al cielo del archipiélago el título ansiado de campeón universitario de Canarias.
Una total lucha de titanes en la que, el conjunto local, estaba perdonando demasiado. Tanto va el cántaro a la fuente que, al final se rompe. Y vaya que sí se rompió, no solo con un gol, sino con dos. El primero de el dorsal número 15 (Jorge Paredes) tras un rechace y, el segundo, de Negrín para conseguir un hat-trick.
La presión asfixiante de los grancanarios había surtido efecto. Tocaba remar a contracorriente a los futuros geógrafos. Para ello decidieron renunciar a su portero y utilizar un portero-jugador, con el objetivo de tener mayor posesión y una superioridad en la zona ofensiva. Opción arriesgada, pero era el momento de hacerlo. La tensión se respiraba por momentos, pero la jugada salió bien. Gol del número 2 (José Juan Reyes) para poner el 4-3 en el marcador a falta de 5 minutos. La remontada era posible.
Fue en esos minutos cuando tuvo su aparición estelar el portero canarión con intervenciones de muchísimo mérito a bocajarro. La desesperación de los locales por las oportunidades en boca de gol era patente.
Tanto riesgo acabó con el partido, ya que un gol más del equipo de la isla vecina cerró la final, dándole así al equipo de la ULPGC un trofeo logrado con gran esfuerzo y determinación por 5 tantos a 3.