Guy Saupin es profesor en la Universidad de Nantes. Foto: E. L.

Guy Saupin: «Debemos estudiar el comercio atlántico desde otro prisma»

Artes y Humanidades

Guy Saupin, profesor de la Universidad francesa de Nantes, ofreció una conferencia ayer miércoles, 11 de marzo, en el Aulario de Guajara. El ponente destaca por sus investigaciones sobre las relaciones portuarias entre el continente africano y europeo. El acto se centró más en las relaciones de África con Portugal desde el año 1450 al 1550. La esclavitud y las conexiones comerciales entre ambos territorios fueron los temas principales tratados durante la charla. Además, subrayó que el comercio atlántico debe estudiarse desde otro prisma.

El invitado destacó que antes de que los portugueses comenzaran a tratar con la parte sur de África ya existían una serie de reinos. Estos estaban delimitados por fronteras naturales, pero aún así  se estaban expandiendo, sobre todo los territorios más cercanos a la costa. También destacó que «África es un continente que unificó sus intereses políticos, económicos y de culto en los intercambios».

Durante esta etapa los africanos apreciaron el intercambio con los europeos. De este negocio obtenían beneficios como caballos, textiles, ropa o cobre. El principal interés de los portugueses, en cambio, eran los esclavos. Su comercio fue masivo. Las personas eran transportadas por diversas rutas. Por el mar rojo, a través del Sáhara y por el Océano Atlántico. La relación más importante fue la de Santo Tomé con la Costa del Oro. A través de ella, los portugueses incrementaron la trata esclavista con el objetivo de controlar el oro de Guinea.

Trata de esclavos


Otra de las conclusiones del ponente fue que todo este sistema trajo consigo una especie de adicción a la trata esclavista atlántica. Los traficantes se internaban en África en busca de trabajadores forzados. Estos solían ser delincuentes, prisioneros de guerra, personas secuestradas o pobres, que se entregaban a sus amos para tener una forma de alimentarse. Las condiciones del transporte eran pésimas, sobre todo en barco. La tasa de mortalidad ascendió a lo largo de cuatro siglos a un doce por ciento.

Saupin añadió que a medida que el tiempo fue pasando comenzaron a verse una serie de similitudes entre la cultura de ambas zonas, sobre todo en representaciones artísticas y culturales. Poco a poco las costumbres portuguesas llegaron a formar parte de África. En el Congo, el símbolo del reino era una cruz bastante similar a la que representa al catolicismo. Portugal no había colonizado el Congo, sin embargo, su influencia cultural en la zona era innegable.

 

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