La Asociación Tinerfeña de Amigos de la Naturaleza (ATAN) exige al Cabildo de Tenerife la paralización inmediata de las obras del Circuito del Motor tras conocerse la sentencia emitida el pasado 10 de noviembre por el Juzgado de lo Contencioso-Administrativo número cuatro de Santa Cruz. El dictamen asegura que la Declaración de Impacto Ambiental del proyecto emitida en el año 2011 «estaba caducada» y que el Circuito del Motor «es contrario a la Ley del Catálogo Canario de Especies Protegidas».
El Circuito del Motor es una iniciativa iniciada hace 35 años que pretende la construcción de una pista automovilística de 4000 kilómetros en Los Duques de Atogo, un paraje protegido en el sur de Tenerife, a tan solo cuatro kilómetros del aeropuerto.
La superficie total del proyecto ascendería a los 650 mil metros cuadrados ―lo que equivale a levantar 87 superficies de juego del Heliodoro Rodríguez López― y contaría con restaurante, 24 zonas exclusivas y una tienda. Su llegada supondría que Canarias poseyera uno de los estadios automovilísticos dotado de las máximas homologaciones internacionales.
El expediente del proyecto se abrió hace más de 30 años; no obstante, las obras no salieron adelante. Pero en 2017, el Circuito del Motor quedó en un limbo judicial tras la rescisión del contrato por parte del Cabildo de Tenerife a la empresa concesionaria AXIA-Onda Rossa. Ya en 2023, tras el cambio de Gobierno, se adjudicaron las obras a Sacyr Construcción y Servicios Bahillo por 44,1 millones de euros. De no cumplirse de manera estipulada, el organismo insular estaría obligado a pagar indemnizaciones millonarias.
A pesar de tener la declaración de impacto ambiental caducada, pues solo tenía vigor si las obras se culminaban en cinco años desde su aprobación en 2011, el Cabildo de Tenerife se excusó diciendo que realizó unos trabajos de desbroce, extracción y trasplante de flora protegida entre 2016 y 2017.
El comienzo de las obras
Los preparativos de los trabajos para el Circuito del Motor arrancaron el 21 de septiembre del año pasado tras varios reveses judiciales que habían retrasado su construcción hasta ahora. El motivo tras esto: que las labores podían seguir llevándose a cabo mientras no existiera una resolución judicial que ordenase su paralización expresa.
En agosto de este año iniciaron, definitivamente, las obras con movimientos de tierra. El Cabildo tiene vía limpia hasta que se emita la ejecución de sentencia o una medida cautelar de paralización. Sin embargo, desde la corporación insular siempre han defendido que los trabajos respetaban las exigencias legales y medioambientales.
Vía de hechos consumados
El equipo de ATAN Tenerife asegura que el Cabildo ha seguido ejecutando las obras «a toda velocidad» y, aunque en la institución ya se había alertado de la caducidad del informe de impacto ambiental, «quienes asumieron la responsabilidad política, además de la comisión insular de evaluación, desoyeron las advertencias».
En relación con lo anterior, consideran que se recurrió a la vía de los hechos consumados para tratar de culminar el proyecto. Es decir, que desde el organismo llevaron a cabo dicha acción sin esperar autorización. De modo que, una vez ejecutada y finalizada la obra, resultaría compleja revertirla.
Ivan Cerdeña, voluntario de ATAN Tenerife, aclara que, aunque la superficie destinada al Circuito del Motor ya está completamente aplanada, el daño causado hasta ahora todavía es reversible. Desde la asociación concluyen: «¿Quién asumirá la responsabilidad por los daños causados en este espacio natural?».










