Las III Jornadas de Comunicación Igualitaria, organizadas por la Dirección General de Juventud del Gobierno de Canarias junto con el Instituto de Estudios de las Mujeres de la Universidad de La Laguna, continuaron el jueves 24 de octubre con una mesa redonda online titulada Violencias machistas en el periodismo deportivo, que fue moderada por Noemi Galván, comunicadora y Delegada de Igualdad en Radio Televisión Canaria.
Las participantes fueron Andrea Menéndez Faya, creadora de contenido, Vero Boquete, futbolista profesional, y Mamen Hidalgo, periodista especializada en deporte con perspectiva de género. Cristina Mahelo abrió el acto de presentación y también se ocupó de despedirlo.
El comienzo de todo en 2015
Las reivindicaciones de las mujeres en el fútbol femenino comenzaron mucho antes de Rubiales. Según Boquete, el punto de partida fue lo que ocurrió en el Mundial de Canadá de 2015. «No nos íbamos de la competición por escasez de talento, sino por falta de oportunidades», declaró.
La excapitana de la Selección femenina de fútbol española aseguró que tuvo que ver como sus propias compañeras tenían que compaginar ser una deportista de élite con otro trabajo extra, porque el salario era insuficiente para todos los gastos que tenían, teniendo incluso que renunciar a vacaciones para poder representar a su país.
Tras su eliminación en la fase de grupos, las jugadoras intentaron expresar su descontento al cuerpo técnico, llegando incluso a pedir la dimisión del seleccionador Ignacio Quereda, que llevaba 27 años en el cargo «sin conseguir ningún resultado». Al llegar de vuelta a España, los medios por primera vez estaban esperando a las chicas de La Roja en el aeropuerto y la futbolista sintió que la prensa estaba interesada en ellas pero «por los motivos incorrectos». No obstante, destacó que ahora se demuestra que tenía razón con Quereda porque «ocho años más tarde, mi país por fin es el merecido campeón del Mundo».
El Mundial de 2023
Unos años más tarde llegaría otro movimiento, en concreto tras la victoria del conjunto nacional en el Mundial del 2023. Hidalgo apuntó que esta protesta, la denominada Se acabó, conllevó una serie de consecuencias, entre ellas el despido de Jorge Vilda, la contratación de Montse Tomé y por no hablar de la destitución del máximo referente de la RFEF, que le dio un beso sin consentimiento a una jugadora. «Rubiales no merece ningún tipo de protagonismo, las futbolistas de La Roja sí», resaltó.
Sin embargo, la periodista insistió en que hay que centrarse en lo positivo, ya que con esta revolución y tanta visibilidad en las redes se avecinan posibles cambios muchos aspectos. «Espero que uno de ellos sea en la comunicación, el fútbol femenino sigue sin considerarse tan relevante como el masculino en los medios», manifestó.
Acorde a Menéndez, los periódicos no se suelen interesar en el deporte de mujeres sino «en el conflicto entre ellas». Un ejemplo claro para ella es lo que ocurrió en 2022 en el PSG femenino con Hamraoui y Diallo, ya que esta pelea ocupó muchas de las portadas al día siguiente. Aunque también añadió que lo de interesarse más en la polémica que en el rendimiento desde hace unos años también se esta tornando a una realidad para los hombres.
Ante esto, la comentarista de la Queens League volvió a recalcar lo alarmante de la situación segundos más tarde, poniendo de ejemplo de nuevo lo sucedido el año pasado. Afirmó que los medios le acabaron prestando más atención al presidente de la federación que al logro de las futbolistas. «Ha pasado más de un año del mundial y Jenni Hermoso aún recibe amenazas de haters a diario por redes», aseguró.