Tori Ferrer es una artista emergente del panorama musical canario. En el año 2017 decidió aventurarse a compartir versiones de canciones en Youtube, pero fue en 2020 cuando por fin se atrevió a sacar su música de las cuatro paredes de su habitación. El pasado agosto sacó su último trabajo, aire. Además, en 2023 sacó su primer EP la sinergia de los cuerpos, el cual está compuesto por cuatro canciones que permitieron a la artista conocerse un poco más.
¿Cómo comienza su pasión por la música? «Fue algo que no busqué, sino que vino a mí. No vengo de una familia de músicos ni tuve la oportunidad de formarme académicamente, pero en mi casa siempre se ha escuchado mucha música. Por el lado de mi madre, las grandes voces de la cultura latina y por el de mi padre, música estilo Los Beatles o Queen. No tengo un recuerdo de andar por mi casa y que no hubiese algo sonando. La música ha ido creciendo conmigo y con eso he ido trabajando y formándome más».
¿Cómo decide dar el paso de dedicarte a ella? «No fue una decisión puntual, sino gradual. Cuando empecé a sacar mis temas fue un punto de inflexión. Antes publicaba covers, pero escribía mis letras desde entonces. El problema es que me daba vergüenza porque no consideraba que fuese bueno. Luego empecé a compartir mi trabajo en redes y en 2019 abrí el concierto de la cantautora venezolana Georgina, quien me presentó al productor Susi Morla que es con quien grabé mi primera canción».
Su último single, aire, salió hace menos de dos meses. ¿Cómo nace la canción? «Fue por estar en un mal momento. El año pasado estaba en una etapa personal y artística bastante complicada. No me gustaba nada lo que hacía, no sabía por dónde tirar. En ese bucle me fui de vacaciones una semana a Icod de los Vinos. Un día salí al jardín y estaba trasteando la guitarra, empecé a tocar cuatro acordes y escribí la primera frase de la canción. Me sentí muy identificada con ella y a partir de ahí empecé a tirar del hilo y salió la canción».
¿Qué quiere transmitir con el tema? «Es un mensaje de tranquilidad, de llamar a la calma. Hay que coger aire, echar una perspectiva a todo y darse una palmadita en la espalda. No todo es tan terrible ni tan definitivo. Hay momentos que son mejores y otros que son peores, pero está bien. De hecho, cuando acabé de escribirlo me sentí súper liberada. Fue como el abrazo que necesitaba en ese momento».
El año pasado sacó su primer EP. ¿Cómo fue la experiencia? «Fue larga y dura. Aprendí un montón porque había sacado mis primeros temas, pero necesitaba contar una historia más larga. Entonces, meses antes de sacar La Guerra me habló por Instagram Adrián Arvelo, que fue el bajista de La vieja morla. Me dijo que contara con él para lo que fuese y tiempo después le propuse la idea del EP y empezamos a trabajar en ello. Al final pasan cosas personales, financieras, de diseño y demás que van retrasando el proceso. Al principio no eres consciente de todo lo que tienes que abarcar».
¿Cambiaría algo de la sinergia de los cuerpos? «No por todo lo que he aprendido. Era un objetivo muy claro que tenía y todos los días me levantaba con la idea en mente. Aprendí a gestionar la frustración y a no machacarme tanto. Cuando trabajas en algo relacionado con el arte te frustras porque siempre quieres más. Es una ambición desmedida, como dice la canción. Gracias al EP aprendí a calmarme porque al final hago esto porque me gusta. No cambiará nada porque muchas de las cosas que disfruto hoy son gracias a que he sufrido otras que me han dado esta perspectiva».
En 2020 sacó su primera canción. ¿Qué ha cambiado desde ese entonces? «Muchísimas cosas. Hasta que saqué el primer single nunca me había metido en un estudio, no sabía nada. He aprendido mucho técnicamente, de grabación y de directo. No ha pasado tanto tiempo, pero siento que he crecido un montón. Pasan los años y las canciones van creciendo conmigo. He aprendido otras maneras de hacer las cosas y he podido conocer a gente que me ha contado sus experiencias. Todo me ha ido aportando ciertos resultados».
«Fue muy satisfactorio cantar junto a Andrés Suárez»
Este año tuvo la oportunidad de abrir el concierto de Andrés Suárez y, además, cantó una canción con él. ¿Cómo se sintió al ver que un artista de ese calibre contara con usted? «Fue una locura. Me avisaron una semana antes y no tuve mucho tiempo para asimilarlo. Encima escucho su música desde hace muchos años. Hay una anécdota que es que yo subí una cover suya en 2o18 y él me comentó en el vídeo. Fue una experiencia muy fuerte. Aparte, fue en el Teatro Leal y estaba todo vendido. Sentí muchas cosas, pero ante todo mucha satisfacción».
¿Cuáles son sus mayores referentes? «Pablo López siempre me ha gustado mucho como cantautor. También me agrada como compone Andrés Suárez y la cantautora dominicana Cobi Quintana. Luego escucho bastante a Valeria Castro, Marta Soto o Carmen Boza. En general, me encantan las mujeres que hacen música porque creo que es un concepto muy poderoso. Pero me nutro mucho de todo, no me limito en ese aspecto».
¿Tiene alguna colaboración soñada? «Tengo escrita un canción que siempre he pensado que la voz de Andrés Suárez le quedaría genial. No me cerraría a nada, pero sí es verdad que me gusta mucho el rollo de Cobi Quintana. Aunque si cualquier artista me dice de colaborar me va a hacer muchísima ilusión porque no hay nada más chulo que hacer música con gente».
¿Cuál es su parte favorita a la hora de elaborar una canción? «Al principio era enseñar las canciones, pero ahora me encanta la parte de crear, componer y de ir al estudio a empezar a trastear. Me gusta sentarme a escribir con gente porque es un momento de introspección. Es muy vital e importante por la experiencia que es, aunque me gusta y lo disfruto todo».
«Mis próximos proyectos vienen muy fuerte»
¿Cómo cree que es dedicarse a la música en Canarias? «Hay una visión muy general de la insularidad, aunque no hay que olvidar el factor de redes sociales, que es muy difícil aún así, pero tenemos esa ventana. La gente no es consciente de que las Islas tienen una industria muy potente. Hay una exportación de talento muy fuerte, que no es sólo en el género urbano. Hay artistas como Valeria Castro que no tienen nada que ver con eso. Además, no solo se exportan cantantes, sino también hay muchas personas que componen y producen. No creo que a día de hoy, con todos los medios y las facilidades que tenemos, estar en Canarias sea un problema».
Entonces, ¿cree que el panorama musical canario está pasando un buen momento? «Completamente. Creo que se está abriendo una ventana de unos años para aquí, aunque no deja de ser difícil y más cuando eres emergente. No es lo mismo que estar en Madrid, pero claro, también tienes que mirar que allí hay mil artistas más. No hay que perder la visión que desde aquí se pueden hacer cosas ni menospreciar el hecho de vivir en las Islas».
¿Qué nos puede contar sobre proyectos futuros? «Últimamente está siendo muy movido. Están saliendo proyectos muy chulos y ya tengo en mente la siguiente canción. Parece ser que viene fuerte. Nunca he parado, he tenido épocas más flojas, pero siempre he estado trabajando. Además, desde hace un año me he puesto con la formación y estoy muy focalizada. Sigo escribiendo, componiendo, produciendo, juntándome con gente y todas las oportunidades que vengan son bienvenidas. El futuro lo veo brillante».
