Aproximadamente un millar de personas se manifestaron ayer domingo, 23 de marzo, para exigir soluciones y dilapidar responsabilidades a los vertidos fecales que asolan las costas del Puerto de la Cruz. Hace nueve meses que Playa Jardín fue cerrada al baño debido a los niveles de contaminación. «Porque hoy es el Puerto de la Cruz. Pero mañana puede ser parte de la Isla», manifestó Tania Hernández, portavoz de Stop Vertidos al Mar. La movilización recorrió toda la costa de la Localidad.
La marcha arrancó en Playa Martiánez a las 12.10 horas. Al llegar, abundaban las camisetas amarillas y pancartas en las que se podía leer «el mar está triste» o «el mar es vida, no un vertedero», símbolos empleados por los distintos colectivos como reclamo a las instituciones públicas, a quienes exigen una propuesta real para Playa Jardín. Mientras la comitiva avanzaba, los turistas miraban perplejos. Los organizadores proclamaban: «¡No nos mires, únete!», alentando a la población que capturaba el momento con sus teléfonos a sumarse a la propuesta
La prohibición de baño en el mencionado enclave entró en vigor el 3 de julio de 2024. Sin embargo, no fue hasta septiembre cuando se declaró la conexión entre la rotura del emisario y los vertidos fecales. El perfil de las aguas de baño fue positivo hasta 2020, de acuerdo con el Informe sobre la calidad de las aguas de baño en España (2020). «Casualmente se deteriora el emisario y se acusa a los vecinos como responsables de la contaminación», declaró Deiene Rodríguez, bióloga y representante de Stop Vertidos al Mar, para añadir que «si se hiciera una depuración de calidad el agua saldría limpia a pesar de la rotura».
Al llegar al Ayuntamiento, la portavoz alzó la voz junto a la marea amarilla para denunciar las mentiras proclamadas desde el ámbito político. Durante diez minutos, vitorearon: «¡Menos reuniones. Mas soluciones!». De igual manera, pidieron más escucha por parte de las administraciones públicas con el objetivo de buscar una soluciones que consideran efectivas para la playa del Municipio.
«Tienen miedo de que se demuestre que es viable la depuración natural»
Roberto Fernández, presidente de la Plataforma Los Silos – Isla Baja, asociación con más de ocho años de experiencia en la lucha medioambiental en Tenerife, aseguró que Punta Brava no está sola, aunque la situación haya empeorado. «Pero esto es culpa de la hipocresía política y los intereses económicos de las multinacionales del agua. Tienen miedo de que se demuestre que es viable la depuración natural», declaró el activista. Desde el colectivo afirmaron que la solución dependerá del grado de implicación de las personas. Fernández fue tajante: «Hemos de olvidar las discrepancias y salir a la calle por un bien común».
«Lo que vemos en Playa Jardín es una liberación de aguas fecales con una concentración de coliformes mucho mayor al valor permitido. Aquí la gente puede enfermar simplemente por bañarse», recalcó Samuel Rodríguez, coordinador de Rebelión Científica Canarias. A esto hay que añadir que las infecciones por enterobacterias pueden producir gastroenteritis, fenómenos diarreicos, infecciones urinarias o respiratorias…, todas ellas resultado en muchos casos de darse un chapuzón.
Elvira Pagés, vecina de Punta Brava, apuntó, por su parte, abandono por parte de la clase política: «Nuestro pueblo es imposible que contamine todo el litoral. Nos sentó muy mal que se nos achacase parte del problema, fue una tomadura de pelo. No vemos soluciones a corto plazo».
La manifestación culminó en la depuradora comarcal. «Alzamos nuestras voces no solo por nosotros, sino por las generaciones futuras», remarcó Tania Hernández. Desde Stop Vertidos al Mar no esperaban tanta participación ciudadana. «Es una satisfacción muy grande ver cómo la sociedad se ha volcado con la causa».
