¿Hasta qué punto es buena la ignorancia?

Opinión

La Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño (UNCRC) califica la pornografía infantil como “una violación de los derechos del menor y exige a los estados que participen en la convención internacional y que adopten medidas para prevenir la explotación infantil en materiales de tipo pornográfico”, según el artículo 34. La producción y distribución del contenido pornográfico infantil se ha amplificado con el avance tecnológico producido en la última década, donde los niños a una edad muy temprana se han expuesto con mayor facilidad a las últimas tecnologías.

En la sociedad actual, muchos se ven influenciados por las últimas modas, algo que se ejemplifica en la adquisición del último modelo móvil, ordenador, tableta o prenda de vestir. Así pues, los más pequeños piden tener los últimos dispositivos llegando a adquirir muchos de ellos. De la misma manera, cada vez más viven sumergidos en el universo de Internet, un mundo virtual. Por ello, dejar en sus manos la libertad total de acceder a la red es un peligro, ya que son numerosas las ocasiones en las que desconocen los riesgos de realizar búsquedas de contenidos en este tipo de plataformas.

Control parental


La responsabilidad de que los pequeños adopten las conductas adecuadas respecto al uso de la red recae en los padres. De ellos, depende que sus hijos estén advertidos de las amenazas a las que podrían exponerse y así, poder evitar abusos de pornografía infantil. Sin embargo, la acción de educar a los niños no es fructífera si no se tiene un cierto control sobre las redes que suelen usar, las personas con las que a menudo chatean y las páginas que frecuentan visitar. Aunque digan que forma parte de su intimidad, hay que insistir para que nos proporcionen la información deseada; porque de lo contrario, podrían estar en contacto con personas desconocidas que se han ido ganando su confianza y ser víctimas de pornografía infantil.
El anonimato de algunas redes permite generar contenidos ilegales como es el caso de la red Tor que reciben el nombre de internet profunda, deep web. Según un estudio realizado por la Universidad de Porstmouth, el 80 % del tráfico que se genera y circula por esas redes, es pornografía infantil.

Inocencia


Cada vez es más notable el tráfico infantil en Internet. Por ello, es preciso que se fomente en mayor medida la educación de los niños, tanto con charlas educativas como evitando que pasen horas y horas conectados a la red. Ya no solo es cuestión de que eduquemos a nuestros hijos, sino en qué están pensando los pedófilos que impulsan a los menores a sacarse fotos con el cuerpo desnudo o en alguna que otra postura insinuante. De verdad, ¿no pueden dejar que disfrutan de la niñez y de la juventud?
Está claro que no todos vivimos la misma infancia, los mismos momentos, ni disfrutamos de la niñez de igual forma. Pero si hay algo en común que deba prevalecer es que todo niño merece vivir en la ignorancia y mantener esa forma de ver las cosas de una manera especial y bonita.