«La tuna de Medicina es una familia, una escuela y una fiesta»

Cultura / Ocio

Alejandro Lemus Martín estudia cuarto de Medicina en la Universidad de La Laguna y desarrolla su otra gran pasión, la música, como director musical en la tuna de su Facultad, la decana en Canarias y que cumplirá, nada más y nada menos, que 50 años en 2019. Hace tres años, y a raíz de la insistencia o «pesadez» de un amigo, decidió probar y tal y como él dice «sigue enganchado». Apenas hace una semana se encontraba ganando en Portugal el XXII Festival Internacional de Tunas Bocage y hoy cuenta para PERIODISMO ULL esta experiencia, su vuelta al mundo particular y, sobre todo, cómo vive la vida universitaria de una forma diferente.

El pasado fin de semana participaron en el XXII Festival Internacional de Tunas Bocage en Setúbal (Portugal) y vinieron con dos premios bajo el brazo: mejor tuna y mejor serenata. ¿Cómo fue la experiencia? “Esta es la primera vez que nos invitan a tocar. Llegamos el jueves y estuvimos hasta el domingo que nos volvimos. Tuvimos diferentes actividades, sobre todo con la tuna anfitriona que no participó, y también estuvimos animando la ciudad de Setúbal. Lo cierto es que no fue como los certámenes que estamos acostumbrados en España, ya que no había pasacalles ni rondas, solo la actuación oficial que fue en el auditorio Luisa Todi. En concurso había tres tunas portuguesas y nosotros. Y en este caso fuimos los primeros españoles en ganarlo. Aparte de lo musical debo decir que también salimos de fiesta. Ja, ja, ja…”.

¿En qué consistió el certamen? “Eran 25 minutos máximo de actuación y tenías un repertorio libre con el que te jugabas los diferentes premios, como el de mejor solista que no lo ganamos nosotros. El jurado, conformado por profesores de conservatorio y músicos valoraba y decidía. En nuestro caso, siempre solemos tener un repertorio animado y variado”.

La tuna de Medicina de la ULL en el XXII Festival Internacional Bocage en Setúbal (Portugal). Foto: Tuna de Medicina.

¿En qué otros certámenes han participado recientemente y cómo fueron esos resultados? “Aparte del Ciudad de Santa Cruz, actuamos en Murcia en el mes de abril en el XXX Certamen Internacional de Tunas Costa Cálida. En él, nos llevamos los galardones a mejor ronda y tuna más tuna. También estuvimos en el Tuna Fest 2016 en Eindhoven. Allí quedamos mejor pasacalle. Y de resto, solemos actuar una o dos veces al cuatrimestre, ya que nos es difícil desplazarnos de un lugar a otro. Aparte, también hacemos viajes independientes en grupos que nos costeamos cada uno tocando”.

«No hay tuna sin universidad y esta generación lo tiene claro»


¿Cuál es el próximo acto en el que participarán? “El fin de semana del 24-25 de noviembre abrimos en el Teatro Leal, pero no participamos, el Certamen Nacional de Económicas, que vienen 7 o 8 tunas de esta rama de toda España. Ya después en este año natural no tenemos más actos de concurso, pero eso sí, estamos organizando, como cada año, el quinto certamen Ciudad Santa Cruz y tenemos también varias invitaciones para ir de enero a mayo de 2018 a otros certámenes. Además, por el 50 aniversario hay una comisión que está organizando un gran evento, quizás internacional, para 2019”.

La tuna estuvo inactiva durante 12 años, ¿crees que perdurará en el tiempo? “Realmente sí estuvo activa, solo que nadie entró nuevo durante esos años, así que perdió el hilo con la ULL. No hay tuna sin universidad y eso lo tenemos claro. Ya se están metiendo novatos y eso es un signo positivo. Además, tenemos una buena relación con toda la gente de la facultad”.

¿Qué papel tiene la ULL en la tuna? “Hace años sí existía subvención por parte de la Universidad de La Laguna pero ahora la Institución como tal no nos ayuda en los viajes, etc. La Facultad de Ciencias de la Salud nos da pequeñas ayudas económicas, útiles para la música, o la ropa de la tuna. También aparte nos ha ayudado AlumniULL. Nosotros nos cubrimos los viajes con los contratos que conseguimos de fuera, es decir cuando nos llaman en bautizos, comuniones, congresos, cenas de navidad, cumpleaños, despedidas de soltera… De esto es lo que vivimos”.

«Se puede decir que he mamado la música desde pequeño»


¿De dónde viene tu pasión por la música? “Mi familia por ambas partes siempre ha sido muy musical y ha escuchado mucha música diferente. Rock, folclore mexicano, sudamericano, canario… Y, después, mi abuelo toca muy bien cualquier cosa que tenga cuerdas. Con él di mis primeros pasos con el timple a los 12 años y ahora me desenvuelvo bastante bien en muchos instrumentos. Se puede decir que lo he mamado desde pequeño”.

Este es tu tercer año en la tuna. ¿Cómo entraste y por qué? “Dentro de la tuna hacemos una actividad al principio de curso, en la Sección de Ciencias de la Salud, que llamamos rompeclases. Entramos un día de las dos o tres primeras semanas de curso en cada aula, echamos al profesor, vamos rompiendo cada clase y montamos una fiesta con música y comida en el parking de la Facultad. Y ahí fue cuando la conocí. Yo tenía un concepto totalmente diferente, ya que se suele tener la idea de que es cosa de viejos. Y vi el buen rollo que había. En ese momento no me metí pero sí en el segundo cuatrimestre cuando un compañero me insistió sin parar para ir a un ensayo, que es la forma de ingresar en el grupo. Después de muchos intentos fui, probé y aquí sigo enganchado. Ja, ja. ja…”.

¿Hay mucha diferencia entre los novatos y los veteranos? “Siempre desde el primer día te enseñan que hay varios escalones para ser tuno. El primero es ser novato, que vas disfrazado; el segundo es el pardillo, que vas ya con la ropa de la agrupación, tienes más responsabilidad, pero sin la beca de la Universidad; y ya el tercero, que es el veterano con beca. A los novatos se les ayuda a perder la vergüenza, ya que nuestra actividad se basa en estar de cara al público. No se le manda a hacer nada sin que su acción tenga un aprendizaje musical, ya que a la mayoría hay que enseñarles desde cero o que se interioricen los valores de ser tuno: ser pícaro, soltar cosas ingeniosas…”.

“Somos la decana pero también la que tiene gente más joven. Esta es la clave para la supervivencia»


La tuna más joven respecto a los integrantes y la decana de Canarias. ¿Cómo lo llevan? “Es la clave para nuestra supervivencia y salud. Al final si miras la definición de tuna en internet sale universidad. Este nexo con los estudiantes es clave. Llevamos desde 1969 y somos la más antigua de la Comunidad Autónoma. En la actualidad, somos treinta”.

¿Y chicas no hay? “No. La tradición nació cuando la sociedad era machista y las chicas no iban a la universidad. Se conocían como sopistas, ya que hacían música con cucharas de palo para ganarse un dinerillo y esta tradición se ha mantenido. Pero de unos años para acá se han formado tunas femeninas. Actualmente en España no hay tunas mixtas están separadas por sexos. Sí hay en Sudamérica o Portugal”.

Desde tu experiencia, ¿ves viable una modalidad mixta? “Mi opinión es que no sobre todo por lo musical. Sí es cierto que hay agrupaciones musicales mixtas en Canarias, pero las más conocidas y referentes son unisex, si no mira Los Sabandeños o Voces de mujer. Es difícil acoplar las voces, cantamos diferente, tenemos tonos distintos. Pero bueno, nosotros nos llevamos muy bien con algunas tunas femeninas como la de aquí o con las andaluzas de Málaga, Almería, Cádiz…”.

¿Cómo es una semana nornmal en la tuna? “Cuando no tenemos ningún concurso a la vista ensayamos una vez a la semana en el local de la Facultad a las ocho de la noche. El director musical, que soy yo en este caso, manda cada semana un material y se ensaya allí. Normalmente tenemos un repertorio fijo y lo vamos machacando y puliendo. Cuando se acercan los certámenes, dos meses antes o así, doblamos y hacemos dos por la noche. Y ya los fines de semana salimos un día si nos contratan para algún evento, paseos por La Laguna o una ronda. Esto último es que un grupo de chicas organiza una fiesta en su casa, cantamos debajo del balcón, y luego subimos, bebemos y estamos allí hasta que nos echen o hasta que nos eche la policía. Ja, ja, ja…”.

«La tuna me ha permitido viajar por 20 países»


Estando en una carrera tan exigente como Medicina, ¿es difícil de compaginar los estudios con la música? “La clave es aprovechar el tiempo y organizarte bien. La vida universitaria se vive una vez y es un momento que hay que aprovechar a tope. Se puede llevar, y muy bien, si aprovechas los tiempos muertos o los fines de semana por ejemplo. La clave es una buena organización y concentrarte en las cosas. El signo de que se puede compaginar es que la mayoría de los integrantes sacamos buenas notas y vamos al día en la carrera”.

¿Qué te ha aportado durante estos años? “Para mí es una forma diferente de ver la universidad. No es el sitio al que vas a estudiar, te llevas unos apuntes y a empollar, sino que en este caso es vivir más con tus amigos. En el mío da la casualidad que estoy con varios de ellos. En definitiva, me ha aportado conocer a mucha gente tanto joven como mayor, que ya son médicos hoy en día, que me pueden ayudar en cualquier cosa y aprender de ellos. Conocer mundo, ya que he viajado por 20 países, vivir experiencias con mis amigos, pasarlo bien con ellos, echarle cara a las situaciones, perder la vergüenza y también te ayuda a reflejar lo que sientes”.

Define la tuna de Medicina en tres palabras… “Diría que es una familia, una escuela y una fiesta”.

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