Santa Cruz de Tenerife es un municipio que reúne incontables bienes de gran valor, pero los mejores narradores de su historia son sin duda sus edificios. La isla fue la cuna de la Ilustración en el siglo XVIII, y del surrealismo en los años de vanguardias en la España de principios del siglo XX. Entre el siglo XIX y los años 1960, la capital tinerfeña pasó de ser un puerto comercial a convertirse en el corazón metropolitano que conocemos en el presente.
A finales del siglo XIX, la actividad empresarial procedente del extranjero, sobre todo de Inglaterra, sostuvo a la ciudad entre vaivenes de crisis económicas. Y en la década de 1960, tras la época de pobreza extrema vivida en el archipiélago durante la posguerra, llega el turismo. Este recorrido evolutivo podemos conocerlo no sólo gracias a la arqueología, la historia, o la fotografía, sino a la arquitectura. Esta idea se sustenta en los Bienes de Interés Cultural (BIC) y patrimonio histórico, como la Fábrica de Tabaco y Cinema Victoria.
Se trata de una edificación parcialmente protegida e inaugurada en 1923, que permaneció décadas clausurado. Sus puertas vuelven a estar abiertas por un movimiento estratégico de la cadena de supermercados alemana Aldi, que perseguía un posicionamiento en el archipiélago. Se ubica frente a la Plaza de la Paz, y en el lado opuesto de la estancia, se alza el Cine Víctor, ideado por José Enrique Marrero Regalado. Dos fachadas históricas inmersas en una observación mutua permanente, como si mantuvieran una conversación.

La construcción fue promovida por Luis Zamorano y diseñada por Antonio Pintor. Este último se inspiró en la estética ecléctica para realizar este proyecto. Las fachadas, la delantera y lateral, son prácticamente iguales, y los ornamentos utilizados eran escasos, aunque los ventanales y el gran tamaño del edificio son factores que lo hacían destacar entre otras construcciones.
La distribución interior del edificio consistía en un gran patio central rodeado de galerías, y estaba pensaba para destinar la planta baja a la fabricación de cigarrillos y almacenamiento, y la alta a la selección del tabaco y la elaboración del tabaco. El acceso se encontraba en la fachada de la Plaza de la Paz, por una escalera imperial. Esta información se refleja en el libro Arquitectura y arquitectos en las Islas Canarias occidentales 1874-1931, de Alberto Darias Príncipe.
En 1945, tras dos décadas de proyecciones fílmicas para el personal de la fábrica y un auge de salas de cine en la zona de la Plaza de la Paz, se inauguró el edificio contiguo, donde se instaló el Cinema Victoria, proyecto gestionado por Domingo Pisaca. Con anterioridad, ese espacio estaba al aire libre, pues era el patio trasero de la fábrica. Se accedía a través de un callejón, hoy ocupado por un nuevo bloque de apartamentos. El primer largometraje que proyectó fue Metrópolis, uno de los mas importantes de la industria cinematográfica.

El cierre de la fábrica se produjo en 1975, y le seguiría el Cinema Victoria dos años más tarde. Tuvieron que pasar alrededor de cincuenta años para que la multinacional Aldi le diera una nueva vida al edificio, y lo convirtiera en una de sus sedes. La remodelación duró un año y medio, y, atendiendo al Plan General de Ordenación del año 2005 (PGOU-05) , preservaron elementos esenciales como la fachada y el patio interior.
Fadg es el estudio de arquitectura que llevó a cabo el proyecto de remodelación. Fundado por Fernando Arocha y Deiene González en 2020, cuenta con varios proyectos a sus espaldas. Anteriormente, Arocha y González participaron en la restauración del Palacio de Carta de la Plaza de la Candelaria, obra que recibió un reconocimiento por parte de Sinpromi, y del Castillo de San Andrés, obra que ganó un certamen de construcción. En la actualidad, trabajan en cuestiones relacionadas con el patrimonio insular.
«Aldi trabajaba con equipos especializados en supermercados, pero necesitaban a uno experimentado en rehabilitación de edificios.»
El proyecto llegó a sus manos cuando el Palacio de Carta se encontraba en obras. «Una de las personas encargadas de la expansión de Aldi contactó con nosotros, ya que para este proyecto en concreto estaban buscando un equipo joven» relató González. «Aldi ya trabajaba con equipos especializados en supermercados, pero en esta ocasión necesitaban encontrar a uno experimentado en rehabilitación de edificios.» destacó Arocha.
La restauración de un edificio es un ejercicio que consta de múltiples pasos antes de ser terminado, ya que antes de hacer un diseño, el equipo directivo de la obra debe contar con la ayuda de profesionales en distintas áreas que asesoren y comuniquen los límites legales. En el caso de esta obra, Arocha y González cuentan que hicieron un exhaustivo trabajo de documentación histórica antes de introducirse en la materia de la construcción. Desde su postura, es crucial conocer la historia del edificio para rehabilitarlo de manera exitosa.

El registro histórico es nada más que el comienzo, pues el equipo de arquitectura recurre a diferentes departamentos, incluso al área de arqueología, aunque en este proyecto en concreto no fue necesario. » Desde un principio se abren varias líneas de investigación» comentaron. En cuanto al ámbito más técnico, «realizamos un levantamiento para poder llevar a cabo la planimetría» añaden. Completado este procedimiento previo, el proyecto en sí también precisa del apoyo de personas competentes en construcción.
Por otro lado, González asevera que «nos parece muy importante mantener el contacto con las administraciones públicas». Esto es una cuestión elemental, porque de este modo se puede llegar a un acuerdo con mayor rapidez. Como explica Arocha, a veces pueden partir de una premisa errónea que obligue a retroceder en la obra. Del mismo modo, recalca que el reglamento de construcción es muy complejo tanto en restauración como en levantamientos originales.
Un muro con mucha historia
En lo que respecta a los elementos conservados durante la reforma, uno de los que más llaman la atención es el muro curvo en el que antiguamente se proyectaban las películas del cine. El supermercado Aldi es el resultado de la fusión de dos estructuras. De este modo, toda el ala anterior y el balcón superior pertenecen a la fábrica de tabaco, mientras que la zona posterior procede del edificio destinado al cine. González declara que el deseo de preservar el muro era del estudio y no de la administración pública, pues el cine no estaba protegido por la ley.
Ya que se mantuvo la pared, el proyecto perdió algo de agilidad, prueba de que la practicidad no siempre va de la mano con el fin artístico de la arquitectura. Por otra parte, la cartelería ubicada en el interior del recinto, que narra la historia del lugar, también fue una idea de ambos profesionales, pues a lo largo del proceso de construcción, fueron recopilando objetos e información diversa, y quisieron representarlos en forma de infografías.

La obra ha sido una de las seleccionadas para postularse a los Premios de Arquitectura 2025 del Consejo de Colegios de Arquitectos de España, un concurso dividido en fases al que se presentan diversas construcciones de la geografía española. Asimismo, el equipo de Aldi contará con Fadg para otros futuros proyectos de la marca.
Respecto a la cuestión de protección urbanística, un edificio protegido tiene que cumplir el requisito de tener la suficiente antigüedad y relevancia para merecer dicho tratamiento. Y una vez se establece la condición de inmueble protegido y BIC, lo ideal es que tenga algún uso que favorezca su limpieza y mantenimiento. La Fábrica está parcialmente protegida y es por ello que se buscaba conservar la fachada inalterada. Pero su situación de abandono durante medio siglo causó un inevitable deterioro.
Lo que pudo ocurrir con esta obra es que las administraciones públicas no supieron cómo aprovechar aquel espacio de un modo eficiente, o no dispusieron de presupuesto. Sea como fuere, al final una empresa extranjera aprovechó ese espacio inutilizado y protegido para ejercer su actividad. Fadg también reincide en que la normativa de arquitectura es muy compleja, y aunque observemos gran cantidad de edificios en la sociedad urbana actual, detrás tienen un arduo proceso, que requiere ante todo paciencia.










