Antonio Patallo es licenciado en Bellas Artes por la Universidad de La Laguna. Foto: N. Santana

Patallo: «Quien tenga vocación artística tendrá una vida muy completa»

Artes y Humanidades

Antonio Patallo nació en Las Palmas de Gran Canaria en el año 1950. En 1957 se trasladó a la isla de Fuerteventura, donde actualmente reside. Es licenciado en Bellas Artes por la Universidad de La Laguna y obtuvo el título de profesor de Dibujo en la Escuela Superior de Artes de San Fernando en Madrid. A su trayectoria profesional se añade que es un referente en el mundo de la escultura y organizador de uno de los simposios artísticos más conocidos en Fuerteventura. Participó en el primer Campus de Escultura organizado por la Universidad de La Laguna y la Fundación Curbelo Santana durante la última semana de julio en Lanzarote.

¿Qué es lo más importante para dedicarse a la escultura? «Vocación. Si sientes que la escultura te llama emprenderás un camino que no va a tener fin. La mayoría de personas que conozco que se han metido en este mundo han visto una escultura que les ha llamado la atención y han querido experimentar. Siempre he mantenido que quien tiene una vocación artística va a tener una vida muy completa, muy interesante y con muchos sinsabores. Me gustaría que la juventud que sienta que este es su camino se implique cien por cien».

¿Cómo empezó a interesarse por el mundo artístico? «Mi padre pintaba. Mi familia dice que cuando yo era pequeño rayaba las paredes. A los diecisiete años hice mi primera exposición de retratos de mis amistades. A partir de ahí supe que, tarde o temprano, me iba a dedicar al arte».

«Todo lo que se haga en favor de la cultura será positivo»


¿De qué manera cree que el primer Campus de Escultura pudo enriquecer la trayectoria artística de las personas participantes? «La comunicación que mantuvieron con quienes rodearon las jornadas despierta la inquietud por algo que ya han elegido. Tienen que ser muy perseverantes a lo largo del camino, aunque no sea fácil, pero lo que vale cuesta. De esta forma, tendrán una vida muy intensa, sobre todo para su espíritu. Para vivir el mundo de la plástica hay que tener una cierta sensibilidad».

¿Qué es lo más difícil de dedicarse al arte? «La autocrítica. Mi consejo para el alumnado es que valoren si están dando el cien por cien en la obra, si no te implicas es posible que el trabajo se quede a medias. Hay que poner toda la emoción e ilusión en lo que haces. Es importante, en base a mi experiencia, coger la obra y dejar que repose. Cuando pase el tiempo te darás cuenta de detalles que pueden enriquecerla o por el contrario, que no le benefician. Hay que madurar la obra, no precipitarse». 

¿Piensa que iniciativas como el Campus de Escultura facilitan el primer contacto con el mundo laboral de quienes empiezan en el sector? «Todo lo que se haga en favor del arte y de la cultura va a ser positivo. Vamos hacia la globalidad y eso implica que tenemos que ceder cosas que son parte de nuestra historia. Las personas del pasado han cuidado nuestro paisaje. Deberíamos hacer lo mismo, pues tenemos la obligación de que las generaciones venideras puedan disfrutar de eso que nos han dejado y si es posible mejorarlo. Eso es parte de la cultura».

«He querido ver hecho lo que pasa por mi mente»


¿Por qué decidió quedarse en Fuerteventura? «Cuando volví a Fuerteventura la capital tenía quince mil habitantes, pero me ofertaba lo que siempre he valorado. El hecho de poder desayunar todos los días con mis amistades. Se está perdiendo esa comunicación esencial para el desarrollo de la vida. El sentimiento de proximidad era algo que me aportaba la Isla. Además, aportar mi granito de arena para ayudar me incitó a volver, pese a que lo fácil era quedarme en Madrid». 

¿Cómo vivió su entrada en la Real Academia Canaria de Bellas Artes? «Fue una gran sorpresa. Ni siquiera sabía que existía la una academia de Bellas Artes, pero cuando me llamaron fue un subidón. Esa noche me quedé pensando en la razón de la propuesta. Hice un recorrido mental por mi vida artística. Nunca podré agradecer del todo a la Real Academia por la confianza. Ahora me ha servido para poder rechazar un montón de ofertas. La Real Academia lucha por el patrimonio de Canarias y yo me dedico plenamente a ello, además de a la pintura y escultura». 

¿Qué destacaría de su trayectoria profesional? «Cuando entré a la Real Academia, en el discurso de entrada, se destacaba lo versátil que he sido a lo largo de mi profesión. Toda la vida me he negado a que me encasillen en algún movimiento. Siempre he querido ver hecho lo que pasaba por mi mente, por eso la versatilidad de mi obra». 

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