Las redes sociales han cambiado y la forma de usarlas también. Foto: PULL.
Las redes sociales se crearon con el fin de crear comunicación

Una ola negativa

Opinión

Me levanto de golpe por la mañana escuchando la estruendosa alarma de mi teléfono. Lo primero que hago, además de estirar mi cuerpo y frotarme los ojos, es agarrar el móvil y ver qué mensajes y notificaciones me han llegado durante la noche. Este hábito lo hemos asimilado la inmensa mayoría de las personas del Primer Mundo. Especialistas repiten que no se deben dejar aparatos electrónicos en la mesa de noche, no mirar el teléfono al levantarnos… Pero la realidad es que hacemos caso omiso a este tipo de recomendaciones.

Las redes sociales son la fuente más grande de información que tenemos a nuestro alcance. En ellas podemos acceder a todo lo que nos imaginemos: noticias, entretenimiento, personas de nuestro círculo, famoseo… Cualquier persona da igual edad, sexo, género o nacionalidad puede acceder a ellas y dejar libremente cualquier tipo de contenido. Pero aunque las redes tengan su lado más positivo, lo cierto es que en ocasiones albergan una gran cantidad de toxicidad y maldad en sus usuarios. Bullying, acoso, acusaciones, escraches colectivos o insultos son unas de las tantas situaciones que la gente puede llegar a vivir.

«¿Somos conscientes de que nuestros comentarios afectan al rendimiento de quienes practican deporte?»

En las redes sociales existen, además, varios grupos o comunidades formadas por un objetivo o motivación en común. Por ejemplo, dentro del fútbol existen comunidades que siguen fielmente a un equipo o equipos concretos. Sin ir más lejos, el Club Deportivo Tenerife cuenta con una comunidad de hinchas en la que se comentan nuevos fichajes, partidos, acciones extradeportivas… Pero no todos estos comentarios son positivos. Como es de esperar, en muchas ocasiones la ola de comentarios negativos, la mayoría de ellos anónimos, llega directamente al jugador lo que puede afectar a su salud mental y a su rendimiento deportivo. Incluso, en algunos casos, llega a tomar medidas legales.

¿Somos conscientes de que nuestros comentarios afectan al rendimiento de quienes practican deporte o simplemente lo sabemos y aún así no tenemos filtros para actuar de esta manera? ¿Habría alguna solución a la toxicidad en las redes sociales? La respuesta es que no. Nadie puede cambiar ni evitar los escraches a personajes públicos. Pero lo que sí podemos es reflexionar sobre el contenido de nuestras redes sociales y de las consecuencias que este puede tener sobre los demás.

 

 

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