El profesor Rafael Mérida planteó que la educación es la solución a la ignorancia que gira en torno al colectivo LGTBI. Foto: C. Fernández

Una defensa de la transexualidad en el Festival Diverse

Sociedad

El Puerto de la Cruz acogió al Festival Diverse desde este pasado miércoles 24 de abril hasta el sábado 27. En las jornadas se presentaron charlas, exposiciones, presentaciones y conciertos con el mismo tema y objetivo: la igualdad y el arte.  Hacia una Historia Trans en el Estado español fue el nombre de la ponencia que protagonizó el sábado Rafael Mérida, profesor de Filología en la Universidad de Lérida. Introdujo su ponencia denunciando casos en los que no ha recibido apoyo en esta reivindicación por parte de algunos centros: “He tenido directores que me han hecho la vida imposible en cuanto a mis investigaciones. El mundo universitario no es tan idílico como lo pintan”.

Siguió su discurso por la línea de la educación, planteándola como una solución a la ignorancia que gira en torno al colectivo LGTBI. Con esto, denunció la necesidad del desarrollo de la visibilidad de los estudios a dicho grupo.

Prosiguió con la presentación y recomendación de sus dos libros: Transbarcelona y sexualidades transgresoras. El motivo de que la primera se centre en Barcelona es su especial interés por esta ciudad. Este se debe a que, en sus amplias investigaciones y lecturas, descubrió que esta fue el epicentro de aceptación de los transexuales en España. Mencionó con especial ilusión Transgenerismo de Norma Mejía, tesis doctoral que acaba formando un archivo de experiencias múltiples.

Una callejuela de Barcelona…


Asimismo, parafraseó una de sus oraciones como ejemplo de superación a los tabúes: “Una callejuela de Barcelona, prácticamente vacía normalmente, estaba llena de bares trans. Era como si hubieran tomado la ciudad. Ninguna era catalana, obviamente se sentían más cómodas aquí que en su tierra. Vinieron con la ilusión de llevar una vida normal, hasta que chocaron con el muro de la realidad”.

Mérida confesó que, al inicio de sus investigaciones, siempre se plantea la misma pregunta: “¿Cómo construir un archivo en el que juntar las vivencias y no incurrir en un error obvio? No se debe de pensar que las personas transexuales de hace setenta, cincuenta e, incluso, treinta años, tuvieron la misma vivencia que tendrían en la actual, no hay que obviar el horror que fue en esa época ser una persona trans”.

Hizo especial mención al Barrio Chino de Barcelona. Lo relacionó con la novela Diario del Ladrón, de Gian Genet, donde narra el cortejo de dos personas transexuales por esta misma calle. Al hilo de esta, declaró que “es relevante tejer todas estas declaraciones para construir una realidad histórica”. Se apreció su devoción por dicho libro cuando lo recomendó por encima de los suyos.

Dura crítica a la Dictadura y sus represiones


Tocando el punto central de la charla, hacia las 18.30 horas, centró su discurso en un testimonio de Carmen de Mairena, la que aprovecha su mediatización para reivindicar los derechos de los transexuales: “A tomar por culo la dictadura de Franco y sus muertos. Voy a hacer un disparate muy grande: me cago en los muertos de toda la gente que me hizo daño. Por ser gay te metían en la cárcel, no tienen perdón de Dios. Quemaros en una hoguera, no quiero saber nada de Franco”.

El filólogo no dejó de lado otras formas de denunciar esta injusticia, y por ello tocó también el sector cinematográfico. Planteó, desde su experiencia personal, el por qué de que tres películas reivindicativas, como lo fueron Región moral, Cambio de sexo y Paraísos y utopías, se grabaran simultáneamente en Barcelona. “De la mano de Cambio de sexo me di cuenta de la importancia de la autobiografía en este tema. Gracias a Paraíso y utopías entendí que en Barcelona se vivió una especia de ilusión, que no acababa de ser real».

 

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