Paola Agudelo Orjuela, doctora en Psicología, en la Facultad de Psicología.

Un estudio explica cómo influyen las palabras en nuestras emociones

Ciencias de la Salud

Paola Agudelo Orjuela es licenciada en Psicología por la Universidad Externado de Colombia. Actualmente realiza su doctorado en el Centro Neurocog, el cual incorpora varios grupos de investigación interdisciplinares de la Universidad de La Laguna. Ayer, martes 3 de abril, ofreció la charla Respuesta cerebral de inhibición ante palabras emocionales, enmarcada dentro de los coloquios del Instituto Universitario de Neurociencia (IUNE), en el Aula de Audiovisuales de la Sección de Psicología.

El objeto de su estudio es la interacción entre el procesamiento emocional y la inhibición, es decir, respecto a la relación de los procesos de las emociones que se activan cada vez que nuestro aparato psíquico detecta algún cambio significativo para nosotros, y al control de nuestras acciones una vez percibidos dichos estímulos.

Respecto a la metodología, el análisis se elaboró mediante electroencefalografías, que consisten en la medida de los cambios eléctricos sutiles generados por el trabajo de las neuronas de nuestro cerebro. El hecho de que la mayoría de los experimentos en este ámbito se realicen con imágenes, conduce a que no se puedan generalizar los resultados. Por esta razón, lo novedoso en su procedimiento radica en que se ejecuta desde la perspectiva del lenguaje. La especialista afirma: «Decidimos darle poder a la palabra, el empleo de pruebas con frases emocionales nos permite controlar las respuestas otorgadas por los sujetos analizados»

Influencia recíproca entre procesamiento emocional y regulación de las acciones


Para desarrollar el estudio se utilizó el paradigma Go/No go. Este se basa en unas pruebas en las que hay dos condiciones de partida: en unos ensayos hay que responder ante los estímulos (Goy en los  otros, (No go), no. El propósito de estas tareas era medir el control inhibitorio del cerebro de las personas ante frases compuestas por palabras que causaban emociones contrarias entre sí o imparciales.

Es decir, al final del examen, los individuos debían categorizar dichas oraciones señalando si consideraban el enunciado positivo, negativo o neutro. El resultado dictaminó que la designación de estos vocablos era más rápida cuando las frases resultaban negativas como: Mi abuela está triste en el parque. Por este motivo, dicha afirmación apoyaba la hipótesis de la facilitación que determina que después de una señal No go los enunciados emocionales son más fáciles de procesar.

Entre los asistentes al coloquio se encontraba el doctor Markus Conrad, investigador también del Centro Neurocog, quien objetó durante la sesión de preguntas exponiendo que «dentro de los estímulos neutros hay heterogeneidad emocional». Por tanto, esta característica condiciona el estudio y obliga a realizar un examen exhaustivo que analice correctamente los incentivos neutrales. Para clarificar la explicación puso como ejemplo una seta, la cual no posee las mismas connotaciones para todos los individuos aunque parezca que sí, ya que hay gente que puede ver en ella un alimento rico y otros un potencial peligro porque puede ser venenosa.

Lo último sobre Ciencias de la Salud

Ir a Top