«Tenemos que fomentar el feminismo para erradicar el machismo»

Ciencias

Priscilla Rocío Bautista trabaja en el Laboratorio de Química Analítica de la Universidad de La Laguna. A pesar de que la imagen que se muestra de la ciencia esté masculinizada, explica cómo en su generación la mayoría de alumnas han sido mujeres. De esta manera, aporta una visión optimista con respecto a la presencia femenina en dicha área.

¿Por qué cree que es necesario que haya proyectos como #ULLvioleta? «La verdad es que, aunque en España no se note tanto, es cierto que todavía sigue habiendo mucho machismo en el sector científico. Que existan ideas como esta hacen que la mujer se haga escuchar, y que la gente sea consciente. Incluso yo desconozco a muchas eruditas. Si ya es muy triste que las propias investigadoras no sepamos quiénes son, mucho menos sabrá alguien que esté fuera de él”.

¿A lo largo de su recorrido académico ha estudiado a más hombres que mujeres? «Sí, tuve una asignatura que se llamaba Alquimia y dimos la Historia de la Química, y no había ninguna mujer, solo Marie Curie. En el instituto vi más, quizá porque la profesora de Biología era muy feminista, pero nos hizo conocer a más biólogas. Una vez llegué aquí, las teorías eran todas masculinas”.

¿Depende entonces de quién de la materia? «Absolutamente. Quizá esa persona no lo haga a propósito, sino porque es como lo ha aprendido. Si yo tuviera que volver a dar esa clase, me preocuparía por nombrar más a las investigadoras. No obstante, al hablar de hechos relevantes, solo aparecen los hombres”.

¿Esto es porque hay pocas, o se las invisibiliza, como cuenta María José Trujillo sobre Rosalin Franklin? «En este laboratorio, por ejemplo, somos solo chicas excepto un varón. Años atrás las cosas eran distintas, cuando le contamos a nuestra tutora que íbamos a hacer los vídeos de ULLvioleta se puso muy contenta. Nos contó que antes era ella la única que estudiaba aquí y se veía sola en clase, ya que eran solo dos chicas. En mi generación, en cambio, somos mayoría femenina. Aunque cuando terminamos era más equitativo, fuimos cinco personas, de las cuales tres eran mujeres y dos hombres”.

¿Cree que a medida que se asciende en la escala jerárquica hay menos chicas? «Siempre está la excusa, sobre todo a nivel de empresas privadas, con el tema de la maternidad y las dificultades que acarrea en el ámbito laboral. Pero los jefes no piensan que si su madre no se hubiese quedado embarazada ellos no estarían. Son cosas contradictorias y no hay que dudar nunca de la capacidad de las personas. Una de las compañeras que trabaja conmigo se quedó embarazada, y si ya de por sí esto supone no poder entrar al laboratorio, tuvo que dejar de investigar y, cuando vuelvió, no recibió subvenciones. De hecho, tiene una beca de investigación y en la actualidad a ella la han parado hasta que se reincorpore”.

Esto puede ser un ejemplo de la brecha salarial… «Ella aguantó la baja lo máximo posible y estuvo haciendo artículos, revisando papers, etcétera, para no entrar al laboratorio. Cogió la baja en diciembre y dio a luz en enero, fue justa de tiempo. Es triste que tengas que estar pendiente hasta de si te quedas embarazada para que no te dejen de pagar”.

¿Existe algún cambio entre las oportunidades de su generación y las anteriores? «En mi trayectoria yo no he visto diferencias. Sin embargo, cuando vas a un Congreso te das cuenta. A mí me habían dicho que eran bastante machistas, y al llegar lo ves. Me dieron mucha pena las chicas que trabajaban allí porque las trataban mal. Ellas te decían que les costaba mucho acceder a investigaciones sobre todo si el jefe era hombre».

¿Es suficiente la labor que hace el centro en visibilizar a la mujer? » No sé si es suficiente. En febrero se realizaron algunas actividades para niñas, pero creo que deberían hacerse igualmente para niños. Si queremos educar a la sociedad desde pequeños, tenemos que fomentar el feminismo para así erradicar el machismo. Me hubiera gustado que no solo las mujeres hablen de mujeres, sino que también ellos hablen de nosotras. Yo haría iniciativas donde también se enseñe a los chicos. Hay que potenciar la imagen femenina en la sociedad. La universidad también ha organizado más iniciativas, aunque no han participado muchas personas. El otro día asistí a una charla sobre la inclusión y la evolución del papel de la mujer. La ponente señaló que se ha producido un gran cambio si comparamos el presente con la situación que se vivía hace 50 años».

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