«Tenemos claro que ese es nuestro estilo y vamos a morir con las botas puestas»

Sociedad

Javier Nóbrega se licenció como aparejador en la ULL y es profesor en La Salle San Ildefonso. Forma parte de una de las grandes ausentes hoy en la Final de Murgas Adultas del Carnaval de Santa Cruz de Tenerife: Los Bambones. En medio de la polémica por el veredicto del jurado, fallado el pasado miércoles, cuenta para PERIODISMO ULL sus sensaciones tras la decisión, así como sus ya 26 años de trayectoria murguera. Casi tres décadas a sus espaldas en las que ha participado en las letras, en el diseño de disfraces o en los logotipos de la agrupación. Desde pequeño, concretamente en el barrio de El Toscal, ya tenía claro cuál sería su vida junto a su inseparable amigo Mario. El sonido del bombo y platillo de la Ni Pico Ni Corto le enamoró, pero fue en aquellas finales de la Plaza de Toros donde Nóbrega descubrió que su vida era ser un bambón.

¿Cómo recibió la murga la noticia de no pasar a la final? “Ayer estuvimos hablando y nos reunimos para eso. Todo el mundo estaba afectado porque habíamos hecho un trabajo previo grande. Además, el último ensayo había sido muy prometedor y nos veíamos muy fuertes. A raíz de esto, lo único que nos queda es disfrutar más que nunca del carnaval olvidándonos un poquito de este tema del concurso. Tenemos un montón de actuaciones por delante para lucir nuestro trabajo, no nos vamos a guardar nada y eso es lo importante. Realmente la pena que te queda es que ese trabajo no llegue y, quieras o no, la final es la plataforma más importante».

¿Quedaron satisfechos con la actuación en la segunda fase? “En general desde dentro de la murga siempre hay cosas que mejorar, pero creemos que fue una buena actuación, técnicamente estuvo bien y las letras estaban muy trabajadas. Tenemos claro que ese es nuestro estilo murguero y vamos a morir con las botas puestas. Canciones como la de la Educación, que nos dejó fuera de la final, nos hace sentir muy orgullosos e incluso nos costó quitarla de la final. Que luego no se valora, pues no se valora”.

«No hay quejas solo buscaremos quitarnos la espinita en las actuaciones que vayamos haciendo»


¿Crees que fue justo el fallo del jurado? “Nosotros en este sentido como colectivo no queremos entrar en polémicas y subrayo las palabras de Primi ayer. Cuando un jurado nos da un premio no nos quejamos y ahora tampoco lo vamos a hacer. Sabemos que es un concurso y hay que acatar las decisiones que se toman. No hay quejas, solo buscaremos quitarnos la espinita en las actuaciones que vayamos haciendo”.

Manoj Daswani, periodista de La Opinión, escribía ayer un artículo en el que denunciaba la composición de los jurados de murgas adultas y apuntaba que esta situación era en cierta parte culpa de las mismas. ¿Qué opinas de esta afirmación? «Nosotros no conocemos el proceso de selección del jurado. Solo sabemos que lo designa la Comisión de Fiestas y es lo que hay. En este sentido las murgas no están unidas porque cada vez que el jurado favorece a una estas están contentas y las que no, pues no tanto. Creo que no hay una corriente que exija algún cambio en este sentido. Si fuera transparente la forma en la que se elige el jurado…Pero como no lo sabemos estamos un poco perdidos”.

Disfraz 2018 de Bambones.

Y del concurso en general, ¿mejorarías algo? “Hay dos cosas que me parecen evidentes: reducir el número de finalistas y valorar a la murga en toda su actuación contando todas las fases. A mí me parece más justo valorar un año entero de trabajo”.

En el terreno personal, cumples 26 años sobre las tablas del Carnaval. ¿Cómo fueron tus inicios murgueros? “Pues empecé cuando estaba estudiando aparejador en la Universidad de La Laguna con mi amigo Mario. Los dos éramos del barrio de El Toscal y escuchábamos desde nuestras casas a la Ni Pico, por lo que lo lógico era que entraramos en ella. Sin embargo, a raíz de ir a las finales que se celebraban en la Plaza de Toros, la afición de Los Bambones nos llamó mucho la atención  y decidimos probar allí. Nos recibió Primi y lo primero que nos dijo fue: ‘si vienen a la murga a buscar premios se equivocaron’. Entramos en el  año 1991 para el carnaval de 1992 y no conseguimos premio hasta el 97 en el que nos alzamos con el tercer puesto y en el 99 con el primero”.

«Primi lo primero que nos dijo fue: ‘si vienen a la murga a buscar premios se equivocaron'»


¿Cuándo retoma la actividad la murga? “Pues terminamos a finales de marzo las actuaciones del carnaval correspondiente, descansamos en abril y ya en mayo Primi nos empieza a llamar para empezar con las letras. Nos reunimos a finales de mayo o a principios de junio con un equipo fijo de letristas que es muy curioso, ya que son de varias generaciones. Recuperamos a dos letristas muy antiguos de los años 80 y 90 que son Jordán y Juanjo, los cuales regresaron a las filas, está Primi y Agustín, que llevan desde siempre, Julio, que es el que monta la música, y luego Mario y yo que somos, entrecomillas, nuevos, aunque ya llevamos 21 años, así que eso de nuevos. Ja, ja, ja…”.

¿Cómo es el proceso de elaboración de las letras? “Nos reunimos una vez en semana y hacemos una lluvia de ideas, lo recogemos todo y lo dejamos reposar un tiempo. Al principio nos orientamos a algo intemporal, ya que está muy alejado del Carnaval. Después de esto, situamos el tema y luego buscamos formas diferentes de verlo o tocarlo. Normalmente tienen que tener mucha variedad para que el público no se aburra, es decir, hacemos un esquema con el contenido buscando partes de humor, serias o sketchs. Una vez que está desgranado todo cada reunión la destinamos a una canción. A veces surge rápido todo y en otras ocasiones nos reunimos a las nueve de la noche y a las tres de la madrugada nos vamos sin nada, incluso sin elegir la música”.

«La división entre letras y humor no la entiendo, ya que es una línea demasiado delgada»


¿Qué papel juega la música? “Fundamental. Para seleccionarla también nos pegamos nuestro tiempo. En ocasiones ninguna te da esa chispa, pero de repente hay una que la pones y salta todo el mundo ‘¡qué guapa!’. Ya luego es ponerse a escribir y es trabajoso. Intentamos que sea un proceso muy en común, prácticamente cada frase es de un componente diferente del equipo de letristas. Luego, durante la semana quizás alguien manda algo por whatssap o con el Shazam pillas una canción y se pasa por el grupo. En este sentido es primordial gestionar bien los egos. Y el tiempo nos ha demostrado que nuestro poder es el grupo y si el trabajo pasa por él acaba siendo mejor”.

En una entrevista que hizo Primi en La Opinión, afirmaba que las letras eran lo más importante de una murga. ¿Estás de acuerdo? “Yo es que la división entre letras y humor no la entiendo, ya que es una línea demasiado delgada. Para mí cuando se hace una buena letra es porque tiene una crítica detrás, ironía, te hace sentir cosas y, además, te hace reír. En esto estoy de acuerdo con Primi. Nosotros intentamos que todas estén muy elaboradas, que tengan contenido y no frases de paso. También es importante respetar las rimas originales para que suene todo bonito. Yo no sé separar qué canciones son de humor y cuáles son de crítica en Bambones”.

Y las voces… “Tienen muchísima importancia. De todas formas la Murga ha aprendido que estas están al servicio de la letra. Montarlas para que luzcan creo que es un error. El proceso, desde mi punto de vista, debe ser inverso. Puedes realzar una frase que tenga una fuerza especial a través de la voz o, por ejemplo, las retahílas que muchas veces hacemos, las cuales son técnicamente muy complicadas”.

«Somos una murga que se compara consigo misma y las actuaciones de años anteriores»


Después de esta temprana eliminación, ¿cómo se plantea Bambones el próximo año? “Pues con ganas. Siempre nos planteamos el reto de: ‘Este año vamos a hacer algo diferente’. Esta es la eterna frase y, es más, este año íbamos a hacer un “experimento” e innovar en la final, ya que no nos quedamos contentos con la del año pasado. A veces lo haces y gusta, y hay otras que la gente piensa que has hecho lo mismo que el año pasado, pero tú lo intentas. Bambones creo que es una murga que se compara consigo misma y con las actuaciones de los años anteriores, más que mirar a otras murgas”.

¿Hay un límite para el humor en las murgas? “Yo tiendo a pensar que no, lo que hay es humor bueno o malo. Si el chiste es malo y además toca un tema sensible se convierte en otra cosa. Pero cuando el humor se hace con inteligencia yo tengo la sensación de que no hay límite”

Has estado presente en seis ediciones a la hora de diseñar disfraces. ¿Cómo es ese trabajo? “Es complicado y de equipo, ya que empiezas a trabajar con gente de costura, tela, y yo no tengo conocimientos en este sentido. También tienes que diseñar en base a un presupuesto. A mí me pasa que en el diseño lo veo todo maravilloso, pero luego hay que transformarlo en tela y es inviable. Yo tengo creatividad e ideas, pero creo que el buen diseñador es el que sabe costura y adapta todo. Aún así no me ha ido mal, ya que cuatro de los cinco que he presentado han salido premiados, así que es un orgullo. En realidad Bambones va dependiendo cada vez más de diseñadores de verdad como Santi Castro, el cual hace trabajos increíbles. Este año también estoy presente en el faldón del disfraz con 35 ilustraciones”.

Actuación de Los Bambones en 2013 (Javier Nóbrega, a la derecha).

¿Cómo sobrevive una murga a la hora del dinero? “Yo creo que de un poco de todo. Si te basas en la subvención del ayuntamiento no llegas al dinero. Creo que son unos 7000 euros y somos casi 100, sale 70 euros por cabeza. Con eso te compras el gorro, ya que un disfraz completo está en torno a los 400 o 500 euros. Para llegar a ese dinero tenemos ingresos fijos como es la venta de libretos, discos, sudaderas, entradas para la presentación del disfraz e, incluso, actuaciones que te las pagan. Esto junto a la cuota que aporta cada componente que suelen ser dos pagos de unos 130 euros en total. Esta cifra la puedes restar vendiendo lotería de la murga, por ejemplo”.

¿Con qué concurso te quedarías de los que has participado? “Uno siempre recuerda el primero. Es como cuando te subes a una montaña rusa, todo pasa súper rápido, una sensación de vértigo y nervios. También, cuando ganamos por primera vez el concurso en el 99, porque ese año entré en el equipo de letras, y luego el del 2001 porque disfrutamos mucho y a los temas les tengo un especial cariño. Íbamos de payasos políticos y me tocó recoger el galardón. Eso siempre lo recordaré”.

Bambones es la murga que más premios ha recibido de interpretación. ¿Se marcan siempre como objetivo ganar? “Uno de nuestros principales motores es la exigencia. Nosotros sentimos que tenemos mucha gente detrás y eso te crea una responsabilidad muy grande. Con respecto a cómo te planteas el año, creo que la ambición hasta cierto límite es positiva. Nosotros siempre vamos a ganar. Otra cosa es que hay que ser consciente de que el concurso es un día y el carnaval dura casi un mes, por lo que hay que disfrutar de las actuaciones. Así que hay un doble objetivo. Lo que marca si es un carnaval bueno o no para la murga es que los temas estén preparados. El bajón del veredicto del jurado te dura un día, ya al día siguiente estás motivado para salir a cantar y mostrar tu trabajo a la gente”.

«Sin ser nadie musicalmente vivimos cosas que solo experimentan grandes músicos»


Después de 26 años, ¿cómo se mantiene la ilusión? “Se mantiene al actuar en la Plaza España y ver todo lleno de cabezas hasta el Banco Santander. Como si fuera un concierto de los Rolling Stones ja,ja,ja. Uno vive eso como si fuera un sueño. Ver cómo la gente te apoya, te sigue con las palmas, sentirte parte de la fiesta y que la haces más grande con tu trabajo. Eso es increíble y creo que la ilusión de los murgueros nunca se va. Otra cosa es que se tenga que abandonar por otros motivos. Primi siempre nos dice que sin ser nadie musicalmente vivimos cosas que solo experimentan grandes músicos. Experiencias con 10 000 o 15 000 espectadores”.

¿Cómo es un día de concurso? “El día previo es lo que peor llevo. Desde por la mañana tienes el estómago encogido, te cuesta todo, la mente perdida en otro lado. Es difícil centrarte en el trabajo. Luego hay que pintar a 100 componentes, por lo que es un proceso largo. Cenas, comentas la jugada y luego ya, a la fase que diría que es el momento de más nervios. Siempre suelo decir que vas a la fase a sufrir y a la final a disfrutar. Desde que pisas el escenario por primera vez coges confianza”.

«A la afición le diría que lo sentimos mucho y que cuando nos encontremos con ellos en las calles reconocerán a los Bambones de siempre y no los decepcionaremos»


Bambones en tres palabras desde tu experiencia. “Trabajo, trabajo y trabajo. No tenemos un gran equipo de nada. Tenemos un equipo de letristas que lucha mucho, unos murgueros que se esfuerzan de manera brutal. La percusión, montar las voces, el diseñador, el equipo de costura…Nos lo curramos mucho todos. Primi nos motiva y se sacrifica un montón. Bambones es muy machacona en general y quizás somos una demostración de que el trabajo puede suplir otras cosas”.

Para todos aquellos que se preguntan, ¿dónde podrán ver las dos canciones de la final, de Los Bambones a corto plazo? “La próxima vez será en la Cabalgata Anunciadora. Aún no se han pasado las fechas exactas, pero sé que por delante, durante la semana de Carnaval, actuaremos en todas las plazas de Santa Cruz y que con seguridad viajaremos a La Palma, además de que nos han invitado al Encuentro de Murgas de Candelaria. Ahí la gente podrá juzgar”.

Un mensaje para la afición de Bambones… “Que lo sentimos mucho, que hemos trabajo como cualquier otro año o más incluso, que nos estamos dejando la piel en esto y que, sobre todo, no queremos decepcionar a nadie. De hecho creo que cuando nos encontremos con nuestro público en el cara a cara reconocerán a los Bambones de siempre y no los decepcionaremos. La única diferencia es que no estamos en la final. En definitiva creo que este año ha sido un buen año para nosotros a la hora de la preparación y de las letras”.

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