«Si tú no empiezas a tocar puertas, nadie va a venir a tocar la tuya»

Cultura / Ocio

Tori Ferrer es una joven que reside en la isla de Tenerife. Vive de la mano de la música y agradece la bondad de las notas de sus dos grandes compañeros: el piano y la guitarra. En el año 2015 decidió dar el paso de mostrar a los demás su talento y, desde entonces, no ha cesado en su labora de artista musical. Con solo 19 años, ya ha compuesto varias canciones y, recientemente, fue seleccionada para participar en el casting del Factor X de España. Además, es estudiante de Periodismo en la Universidad de La Laguna.

¿Qué factor fue el determinante a la hora de tomarte más en serio tu trayectoria musical? “Realmente fue una cosa muy personal. Siempre he sentido la necesidad de sacarlo para fuera. Si tienes un don, aunque en mi caso no creo que lo tenga, y puedes aportar cosas a la gente o al mundo en general, pues por qué no aprovecharlo, y más si es algo que te gusta. Sobre todo por eso que dicen de que si trabajas en algo que te gusta, no trabajarás nunca».

«La música me ha ayudado en situaciones difíciles de mi vida»


Vivirás disfrutando de lo que haces, claro. “Sí. Además, la música me ha ayudado bastante en situaciones difíciles de mi vida. Llegó un punto en el que me di cuenta de que quería generar ese mismo efecto en la gente, quería ayudarles y que se sintieran identificados conmigo. Fue que me levanté un día y dije: ‘hay que cambiar las cosas y empezar de una vez’. También es cierto que es frustrante cuando ves que pasa el tiempo y que no llegan las cosas, hasta que creces y te das cuenta de que si tú no empiezas a tocar puertas, nadie va a venir a tocar la tuya”.

En tus vídeos tocas la guitarra, el piano y, también, el ukelele. Si tuvieras que quedarte con alguno de estos tres, ¿cuál sería? “El ukelele lo descarto rápido, pero entre la guitarra y el piano es complicado, porque ambos instrumentos son bastante diferentes. Bueno, son de cuerda, pero aportan cosas distintas. Si quieres escribir una canción triste, te vas al piano, directamente. Pero si me tuviese que quedar con uno, sobre todo por la facilidad de transporte, me quedaría con la guitarra. Además, fue el primer instrumento que aprendí a tocar y siempre ha estado en mi vida porque mi tío cantautor. Cuando era pequeña lo veía a él tocarla y tengo un recuerdo más familiar”.

Y, ¿cuándo y cómo empezaste a tocar la guitarra por cuenta propia? “Cuando tenía unos 8 o 9 años, más o menos. Aprendí yo sola viendo vídeos en internet y leyendo libros como una loca. Me dejé horas y horas y noches y días y de todo para conseguirlo. Obviamente, por cuenta propia es más complicado y requiere mucho más esfuerzo, pero sobre esa edad, sí”.

«Veo a los instrumentos como si fueran personas»


A parte de estos tres instrumentos que acabamos de nombrar, ¿hay alguno que te llame la atención especialmente? “Realmente me llaman la atención todos, aunque suene como muy ‘chica orquesta’. Veo a los instrumentos como si fueran personas, porque todos tienen una personalidad distinta, un sonido distinto, transmite de una manera diferente. Es como en una banda: cuando suenan todos los instrumentos, suena un concierto más bonito porque se complementan como las personas. Pero si tuviera que decir uno, me gustaría mucho tocar algún instrumento contrabajo porque me da la sensación de intimidad y llena enseguida con muy poco”.

En las redes sociales te defines como cantautora. Presentaste hace un año, en marzo de 2017, una canción tuya que se llama “Cristal” y en una publicación de Instagram afirmas que te costó porque no estabas acostumbrada… ¿Cómo recuerdas ese momento? “Pues al principio fue muy raro porque nunca había cantado nada mío en público, me daba mucha inseguridad y vergüenza porque no es lo mismo interpretar las palabras de otra persona que hablar de ti mismo delante de la gente. Siempre da un poco de miedo rebuscar en cosas personales que tal vez no quieres sacar tanto. Me dio mucho pánico al principio, pero luego sentí una paz interior y una tranquilidad que no siento cuando canto canciones de otros. La verdad es que me gustó la experiencia. Me olvidé de la mitad de la letra, pero no fue tan terrible”.

Y, ¿tienes pensado seguir mostrando obras tuyas en eventos como aquel? “Siempre que salen eventos y actuaciones así intento llevar canciones propias. Aunque, por el momento, no tengo planificado hacer conciertos yo sola. Pero si sale un evento y me dicen de ir, pues obviamente llevo algo mío, que siempre es mejor”.

Tori Ferrer, en el Café Goiano.

«Es satisfactorio que te pidan que actúes tanto tiempo en el mismo sitio»


Durante el pasado verano estuviste actuando en el Café Goiano todos los viernes. ¿Repetirías esa experiencia? “Hombre, y tanto que sí. Fue muy guay, sobre todo porque nunca me habían llamado de un sitio para estar fijo durante tanto tiempo y es muy satisfactorio que alguien venga y te diga: ‘oye, quiero que vengas y toques en mi bar todos los viernes’. Es como que depositan su confianza en ti y eso te hace sentir mejor. Y quieras o no eso también hace que cojas seguridad como artista. Así que a ver si se enrollan y me vuelven a llamar ja ja ja… Luego llega el momento en el que te van a pagar y no sientes que has trabajado”.

Lo estabas disfrutando tanto que no era un sacrificio, sino todo lo contrario. “Exactamente. Has pasado el rato ahí como cuando estás con tus amigos tocando en un parque, súper casual. Entonces, cuando llega ese momento dices: ‘pues oye, realmente no me está costando nada’. Y, sobre todo, cuando tienes que ir no es como ‘qué pocas ganas, tengo que ir’, sino más bien se convierte en una tarde más para divertirnos”.

También te quería preguntar por las covers que has hecho. ¿Hay alguna especial con la que te sientas más identificada en el ámbito personal o alguna que te haya llenado más en el ámbito profesional porque estás más satisfecha con el resultado? “Yo creo que todas son especiales. Lo que me gusta de subir tantas es que llega un momento en el que puedes ir hacia atrás y ver tu evolución. Creo que todas son importantes, no hay ninguna que esté por encima de la otra. Sí es verdad que luego escuchas los resultados y hay algunas mejores, la verdad, pero eso ya objetivamente. Aunque es cierto que alguna la escucho ahora y digo: ‘qué pena daba’… Pero forma parte no solo de la evolución musical, sino de mí. Yo ahí veo mi aprendizaje. Y la gente que lo ve y me lo comenta, me dicen que notan que he mejorado un montón. Muy probablemente y hasta que no haga algo mejor, la que más me llena es la de Adele, que la tengo en YouTube, When We Were Young”.

Fotograma del videoclip de la cover realizada por Tori Ferrer.

«Lo del videoclip fue una fantasía»


Que fue la del videoclip… “Sí, esa. No solo por la experiencia del videoclip, sino porque ahí pasaron cosas, se presentaron oportunidades, empecé a tener una visión artística diferente, me abrí la mente. También conocí al que ahora es mi guitarrista, con el que tocaba en el Café Goiano, y es una persona que sabe mucho de música, ha escuchado muchísimo y aprendí un montón de él y sigo aprendiendo. Se llama Landy Bernal y es lo más, no porque lo diga yo, sino porque es lo más. Realmente nunca me hubiera imaginado producir un cover medianamente profesional que sonara así de bien, que lo escuchas y dices ‘es que podría estar en un disco perfectamente’. Y lo del videoclip en sí fue una fantasía. Fue maravilloso, sobre todo por tener hasta actrices”.

Tuviste los recursos necesarios para haber un buen trabajo. “Y también me dio mucho sentimiento porque el chico que lo dirigió y se ocupó de todo el vídeo, Borja Ibrahim, es amigo mío desde el colegio. Yo participaba en sus cortos cuando estábamos en el colegio y ahora es él el que, vamos a decirlo así, trabaja para mí. El feedback fue mucho mayor del esperado. Este vídeo recibió muchos mensajes, las visitas subieron muy rápido… Entre esos mensajes destaca alguno de gente muy sentimental que te dicen: ‘es que es increíble lo que has hecho, y que sepas que me inspiras muchísimo, yo quiero hacer cosas así, me animas un montón’. Y me doy cuenta de que no solo estoy haciendo un cover, sino muchas más cosas para la gente”.

Evidentemente te tengo que preguntar por el casting de Factor X. Hiciste un vídeo contando qué tal te había ido, pero… ¿Qué destacarías, la experiencia en sí o algo concreto? “Destacaría dos momentos: el primero fue cuando vi el mail. Estaba en el salón de mi casa esperando a que mi madre me trajera unos macarrones para cenar. Tenía un mal día y vi que en Twitter había una chica diciendo que le habían enviado un correo. Entonces dije: ‘o lo abro y está y me alegro, o lo abro, no está y me termino de hundir’. Pues lo abrí y lo primero que vi arriba fue ‘FELICITACIONES’… Creo que no he llorado tanto en mi vida. ¡Es que realmente me habían seleccionado de entre muchísima gente que se había presentado en España! Y el otro momento fue en el casting. Entré, hice la canción que llevaba preparada y uno de los jueces me dice: ‘mira, ¿podrías cantar esta canción tuya que se llama Avión de papel?’. Me quedé un poco a cuadros porque no me lo esperaba”.

«Siempre que te piden más es porque les interesas»


Eso es que llamaste la atención… “Sí, siempre que te piden más es porque les interesas. Luego salí en plan: ‘me acaban de pedir en un casting para un programa de televisión que cante una canción mía y no soy nadie’. Es como una sensación muy rara. Que te hayan prestado atención a lo que pusiste en el cuestionario del casting contando la historia de la canción y, aparte, que puse varias y justo me piden esa. Es que fue genial”.

Si surge una oportunidad similar, ¿repetirías? “Hombre, yo me voy a apuntar a todo lo que salga. Yo lo tengo muy claro: si hay que presentarse a 90 castings, nos presentamos a 90, por tiempo que no sea. Aparte, creo que también es una experiencia no solo como persona, sino como artista, porque si llega un momento en el que te seleccionan para salir en la tele, aunque sea solo una vez, ¡estás saliendo en la tele! Nunca sabes quién te puede estar viendo en su casa o en su estudio o lo que sea y te llaman luego. Es como una manera de exponerte mejor que en internet”.

Porque llegas a más gente… “Exacto. Y aunque no te llame nadie, tal vez te está viendo alguien en su casa y le gusta lo que haces, te busca por internet y te empieza a seguir. Pueden pasar miles de cosas. Así que sí: repetiría mil veces”.

A lo largo de tu trayectoria, ¿ha habido alguna anécdota que te haya marcado? “Sí, hay varias. Pero hay uno concreto con el que me quedo. Hice bachillerato de artes escénicas y era una persona bastante insegura en ese entonces. Nuestro profesor de artes escénicas nos dijo el primer día de clase que al día siguiente nos veríamos todos en el salón de actos y que cada uno llevara algo de lo que sabía hacer. Era opcional, pero que lo tendría en cuenta. Cuando me subí al escenario, vi a ese hombre arriba en una ventanita hablando por un micrófono y un foco encima de mí… Estaba en plan ‘qué horror, quiero huir, quiero irme de aquí’. Pero bueno, empiezo a tocar, me sudaron las manos, se me cayó la púa, casi se me cae la guitarra, desafiné como un gato atropellado… Entré en pánico”.

«Confía en mí como estoy haciendo yo para escucharte»


¿Y qué hiciste al final? “Me quedé en silencio y todos se quedaron en silencio. El profesor desde arriba me habló y me pidió que levantara la cabeza. Lo vi mirándome fijamente y, entonces, me susurró: ‘confía en mí como estoy haciendo yo ahora mismo en ti para escucharte’. Y siempre lo recuerdo porque fue muy bonito, nunca me habían dicho nada de eso y menos alguien que no te conoce. Ahí empecé a cambiar mi manera de pensar porque si no confías en ti mismo, no puedes reflejar eso hacia fuera. Sería mentir. No puedes darle discursos a la gente de que luchen por lo que quieren si tú no lo haces desde dentro”.

¿Hay algún cantante que te haya marcado y te anime o inspire a seguir con la música? “Ed Sheeran y Bea Miller. A ambos los conocí de casualidad y me han ayudado mucho a madurar como persona y como artista. Cuando conocí al primero me hizo reflexionar sobre cómo era posible que él estuviera haciendo cosas tan buenas y yo con los brazos cruzados en mi casa: tenía que ponerme manos a la obra. Siempre me ha gustado su manera de componer y su humildad, al igual que los valores que transmite a la gente. Y Bea ha sido siempre muy cercana. Me sorprendía que, incluso teniendo la misma edad que yo, fuera capaz de hacer cosas tan buenas. En algunos momentos me ha dicho lo que necesitaba escuchar con sus canciones. Hay más artistas que me apasionan, pero ellos son los principales”.

Eres estudiante de Periodismo en la ULL. ¿Cómo compaginas los estudios con la música? “Tengo claras mis preferencias y el valor que le doy a cada cosa, eso es importante a la hora de vivir tu Hannah Montana de tener dos vidas. Pero no te voy a mentir, a veces me bloqueo mucho. El periodismo también me gusta, pero no está a la misma altura y evidentemente no lo percibo de la misma manera. Es duro darse cuenta de que no puedes dedicarle tanto tiempo a tu carrera musical como te gustaría porque tienes otras prioridades. Si tengo 10 minutos para tocar el piano en época de exámenes, doy gracias. Me apena porque para mí la música es terapia realmente. Me ayuda a pasar a otro estado emocional, me siento realizada”.

«Sigo componiendo para sacar la maqueta en unos meses»


Y sobre proyectos futuros… “Ahora estoy terminando de componer el single para grabarlo en estos próximos meses y sacar el videoclip a principios de verano. Por otro lado, sigo componiendo canciones para sacar la maqueta dentro de un par de meses. Mi idea es sacarlo para fin de año, pero en la música mejor no ponerse fechas porque nunca sale todo como tiene que salir”.

¿Consideras que hay valores importantes para salir adelante con la música? “Constancia, esfuerzo, tener claro lo que quieres porque si no te manipulan muy fácilmente. Y, sobre todo, respeto. Pienso que hay muy poco respeto entre los artistas y se dicen cosas que no se deberían de decir o se desvaloriza el trabajo de otros porque a lo mejor son más pequeños. Una vez escuché algo como que tú puedes tener mucho talento pero si realmente no trabajas no lo vas a sacar adelante, es decir, es un 99 % sudor y 1 % de talento”.

Conviértete en una cita célebre. Vive en la sonrisa de las palabras. Aférrate a la magia del periodismo.

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