Juan Pablo Pérez, director y arreglista de la agrupación folclórica Magec. Foto: Thalía Bello

«Se debería escuchar más a menudo a los mayores»

Música

Juan Pablo Pérez nació por y para el arte. Su familia, de La Perdoma, siempre ha estado vinculada a la música y, desde que tiene uso de razón, recuerda los sonidos peculiares de nuestro folclore más tradicional. Desde los 11 años, en 1993, comenzó sus estudios musicales en el Conservatorio Profesional de Música de Santa Cruz de Tenerife, debido a que, según cuenta, “en esa época no había clases de guitarra en la Escuela de Música de la Orotava, así que había que ir directamente al Conservatorio”. Paralelamente, lo compaginaba con su participación en la agrupación Higa, aprendió a tocar el timple de forma autodidacta y, con tan solo 18 años, se convirtió en uno de los cinco fundadores de Magec.

Magec comienza su actividad musical en junio de 1999, cuando unos jóvenes amigos, tocadores y cantadores de distintos grupos folclóricos de Tenerife, se reúnen en La Perdoma, La Orotava. A pesar de tener 17 años, en aquel entonces, Pedro Jesús González Oliva, Cristo Lorenzo, Manuel Reyes Martín, Gustavo Rodríguez y Juan Pablo Pérez intentan llevar a cabo un sueño común: formar un grupo musical donde poder interpretar música folclórica canaria, sudamericana y otros estilos más vanguardistas.

Fueron muchos ensayos durante un año hasta que, el 9 de junio del 2000, Magec realiza su presentación oficial en la Sala de Cine de La Perdoma. Quién les diría que en poco tiempo, no solo llevarían nuestra música a todos los rincones de Canarias, sino también por todo el mundo. En 2004 representaron a España en la II Folcloriada Mundial, que se celebró en Hungría y, en 2008, participaron en el Festival Saulelé Raudona, en la ciudad de Plunge, en Lituania.

En la actualidad, son un grupo masculino de 32 componentes, aunque en casi todas sus actuaciones también colaboran algunas mujeres, que comprenden entre los 30 y 50 años. A pesar de las limitaciones por sus quehaceres cotidianos y el trabajo, este conjunto combina su vida con la música.

«Al final nos hemos convertido en una familia»


¿Cómo definiría usted a Magec? “Magec es un rancho de tíos locos como una cabra. Ja, ja, ja… Magec es gente a la que le gusta la música, principalmente la folclórica, que se junta para pasarlo lo mejor posible a través de la interpretación. E incluso podríamos decir que, al final, nos hemos convertido en una familia. Esto se refleja en algunas situaciones, como cuando nos han suspendido actuaciones de imprevisto y, como ya estábamos preparados con la ropa y la instrumentaría, creamos una parranda improvisada. Todo con el fin de pasarlo bien juntos, lo cual es muy positivo. Además, entre nosotros no existen las diferencias, estamos compuestos por gente de todas partes de Tenerife”.

De sus fundadores, ¿quienes continúan vigentes? “Seguimos los mismos, menos Gustavo Rodríguez. Ahora es componente de Los Sabandeños. Yo estoy como director y arreglista, mientras que el resto siguen siendo integrantes de Magec”.

En un grupo tan numeroso y con tantos años de trayectoria, a pesar de que algunos componentes quedan mientras otros se van… ¿Cuál es el secreto para hacer que una agrupación folclórica funcione tan bien como para conseguir un gran reconocimiento e influencia, tanto en las Islas como en países foráneos?  “Esto funciona gracias a mucha organización, mano izquierda, paciencia y colaboración de los componentes. Una sola persona no puede con todo, por eso, incluso, nos hemos organizado en equipos de trabajo con diferentes funciones”.

¿Cómo es la convivencia? “Súper buena. Estamos muy unidos e integrados. Además, los nuevos componentes han contagiado la ilusión a los más veteranos, quienes llevamos muchísimos años. Los viajes por trabajo, todas las actuaciones que hemos realizado, los festivales que hemos organizado y las diferentes convivencias también son un factor importante para este vínculo tan fuerte que se ha formado. Incluso hemos integrado a nuestras familias en estas experiencias”.

¿Cualquiera puede formar parte de Magec o hay unos requisitos? “No hay ningún requisito. Lo único que pido es que hablen conmigo, personalmente, o a través de cualquier componente, con el fin de hacer una valoración. Es decir, no hablo de una prueba musical, sino de una prueba como componente. Se trata de una conversación en la que yo observo si realmente hay disposición y compromiso de esa persona. Actualmente no dejaría entrar a nadie, puesto que tenemos todos los cupos llenos. Aunque sí es verdad que suelo pedir muchas colaboraciones para algunas circunstancias. Por ejemplo, si me hace falta algún instrumentista o cantante específico para un tema, como un tenor o un flautista”.

«Es increíble la sensación de ver que, lo que para nosotros es algo tan cotidiano, para el extranjero es maravilloso»


Desde su experiencia, con innumerables actuaciones tanto en Canarias como en el extranjero, ¿cómo definiría la recepción del folclore en otros países? “Ha sido súper buena. En las actuaciones de Hungría y Lituania solo interpretamos música canaria, con el fin de representar lo nuestro al cien por cien. La acogida fue tal que, en la Folcloriada Mundial de Hungría, quedamos en segundo puesto, por detrás de México. Hay que aclarar que no era un concurso sino una votación del público, en la que se elegía qué folclore era el que más les gustaba, a través de una encuesta. Es increíble la sensación de ver que, lo que para nosotros es algo tan cotidiano, para el extranjero es maravilloso”.

¿Cree que en Canarias se valora el folclore?  “Sí, sí creo que se valora. Lo que pasa es que desde fuera es cuando realmente se ve las dimensiones que puede llegar a alcanzar nuestra música. Tenemos como ejemplo a artistas muy importantes de aquí como Mari Sánchez, quien ha recorrido el mundo gracias al folclore. O al menos yo lo siento así”.

¿Qué futuros proyectos tienen en mente? “Todos los años a partir de octubre, como si fuera nuestro inicio escolar particular, nos sentamos para plantear ideas y debatir sobre el festival que organizamos. Este se lleva a cabo con las fiestas de La Orotava, cercanas a las fechas de mayo o junio, en el que se presentan numerosas actuaciones musicales. Entre todas ellas se invita a una persona importante para nuestra cultura en general, no solo del folclore, y se le da un galardón”.

Hablando de todo un poco… ¿Qué cree de la visión de algunas personas mayores sobre la ‘posible’ pérdida del folclore por falta de interés de los jóvenes? “Yo creo que los mayores tienen cierto miedo a lo nuevo, pero estoy seguro de que cuando yo lo sea también tendré esa visión. Quizás esto se deba a que no se sienten identificados con lo actual o porque no quieren que ciertas cosas se pierdan. Pero es que los jóvenes tenemos la culpa. El problema está en esperar que los mayores se acerquen cuando deberíamos hacerlo nosotros. Ese es el fallo de la juventud. El mayor es una gran fuente de sabiduría a la que se debería escuchar más a menudo y hacerles partícipes en diferentes actos, darles voz. Es necesaria su visión”.

Para cerrar esta entrevista, ¿qué consejo daría a aquellas personas que quieran comenzar en el mundo de folclore? “Antes de formarlo hay que tener en cuenta lo que ya está. Es decir, observar y analizar qué es lo que falta en este mundo del folclore, con el fin de no copiar ni reproducir siempre lo mismo. Sobre todo, es necesario plantearse si estás dispuesto a cubrir ese trabajo. Si te vas a repetir, es mejor intentar que se integre en el grupo que le gusta”.

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