Pedro C. Cerrillo, una vida consagrada a las letras y a la literatura infantil

Literatura

La memoria de Pedro C. Cerrillo descansa estos días en el pueblo de la magia. El aire invernal y las maderas de la Casa Dr. Jordán pronuncian su nombre ante los visitantes que recuerdan quién fue y qué supuso para la cultura, literatura y divulgación tinerfeña. Es así que la XXIII edición del Festival Internacional del Cuento Los Silos rinde homenaje a su figura a través de una exposición, guiada por el historiador César Sánchez de la Universidad de Castilla-La Mancha.

Escribió diversas obras: poéticas, prosa y, sobre todo, relacionadas con la literatura infantil y juvenil, la didáctica de la lengua y literatura, los escritores de la Generación del 27, o la presencia de la narrativa popular en la tradición infantil. Miembro de la Real Academia Conquense de Artes y Letras y premiado por la Escuela de Altos Estudios de la Universidad Autónoma de México en 2017 por su contribución a las Humanidades, su mensaje recorrió los continentes de Europa y América y quedó plasmado en el discurso El poder de la literatura del curso 2014/2015.

Una de sus más destacados trabajos fue durante su cargo como primer vicerrector de la Universidad de Castilla-La Mancha en Cuenca: la creación del Centro de Estudios de Promoción de la Lectura y la Literatura Infantil, único instituto de investigación de estas características. Así, se abría un nuevo canal de conocimiento y divulgación de esta rama tan indispensable para los más pequeños. Dotó a la literatura infantil del respeto que necesitaba y, de esta manera, creó la mejor biblioteca en fondos y estudios de Literatura Infantil y Juvenil del país y una de las más destacadas de Europa.

Al fondo, en una cocina donde todos los armarios están abiertos y muestran sus intimidades, los libros están quietos para recibir a los huéspedes. En ella, se encuentran varios ejemplares de Caperucita roja, el relato clásico sobre la niña y el lobo, pertenecientes a la biblioteca de Ernesto Rodríguez Abad, y una de las debilidades de Cerrillo, quien coleccionaba las distintas ediciones que hubiese.

Un año más, en 2016, antes de su muerte, volvió al Festival de Los Cuentos para presentar su último libro, El jardín de Óscar, en honor al nacimiento de su primer nieto. Este fue el último viaje que realizaría al pueblo tinerfeño, que quedó plasmado en su cuaderno de viajes y que se puede leer en la sala que aún pueden ustedes visitar:


A las 18.00 di una conferencia sobre La importancia de la oralidad, había bastante gente, en un antiguo convento, singular y bonito, en el claustro, donde llegó a hacer frío. Presentaron el acto unos niños (3 chicos y 3 chicas) que lo hicieron de maravilla, contando y cantando tonadas y retahílas tradicionales, en «homenaje» -dijo Ernesto- a mi trayectoria investigadora. Tuve la sensación de que la gente escuchó la conferencia con atención y que gustó. (…) Están siendo unos días estupendos. De mucho relajamiento y tranquilidad, un verdadero cambio de chip»


Una de las pasiones del escritor era coleccionar ediciones de ‘Caperucita Roja’. Foto: Carla Rivero
  • Vídeo: Álvaro Tortú

 

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