Óscar Domínguez inunda el TEA de surrealismo con ‘Casi el azar’

Cultura / Ocio

Oriundo lagunero, aunque hijo adoptivo del París del siglo XX, Óscar Domínguez se presenta como uno de los grandes nombres del surrealismo español y universal. Máquina de coser electrosexual, El drago y Deseo de verano son, quizás, tres de sus obras más representativas. Sin embargo, entre sus múltiples etapas artísticas, destaca, por ser poco habitual, la técnica de la decalcomanía. Es precisamente esta última la que da nombre a la nueva exposición que acoge el Tenerife Espacio de las Artes; así,  Casi el azar: Óscar Domínguez, la decalcomanía y sus derivas representa una nueva oportunidad para indagar un poco más en la extensa obra del pintor.

La inauguración de la misma tendrá lugar mañana, jueves 26 de julio, y podrá ser visitada hasta el 2 de diciembre del presente año, en horario de 10.00 a 20.00 horas. La exposición del artista canario estará comisariada, en la Sala B del museo, por Isidro Hernández y el precio de la entrada estará disponible por 12 euros. Se trata, de este modo, de una oportunidad que brinda el TEA no solo para indagar en la extensa obra del pintor, sino también para descubrir una de las técnicas más desconocidas del surrealismo.

A partir de una dinámica no demasiado compleja, la decalcomanía permite, tanto al artista como al espectador, profundizar en el mundo de los sueños y las pesadillas, adentrándose en un estado febril en el que las formas y siluetas se abren paso en nuestra imaginación hasta convertirse en paisajes tenebrosos o monstruos informes. En pocas palabras, la técnica se basa en derramar gouache o pintura sobre una lámina de papel sobre la que se apoya otra seca; tras ejercer una leve presión y una vez que se separan, en el soporte original permanecen los residuos de una tinta acuosa que queda a merced de la interpretación del público.

Mucho más que Domínguez


Junto a Domínguez, se expondrán series de otros autores internacionales que también han realizado incursiones en esta destreza. Entre ellos, el nombre de Marcel Jean destaca por la especial relación profesional y de amistad que mantuvo con el canario. Las influencias entre ambos pintores no solo los llevaron a trabajar juntos en el ejercicio de esta técnica, sino que ayudaron a Domínguez a introducir elementos prefijados en medio de la atmósfera fortuita en la que se fundamenta la decalcomanía.

En el esotérico mundo de lo casual también encontramos piezas de coetáneos de Óscar Domínguez, como Raoul Ubac, Man Ray o Heisler, así como de fotógrafos que incorporan en sus proyectos experiencias con esta técnica, como es el caso de Zhang Huan y Wolfgang Tilliams. Algunos autores contemporáneos que se dan cita en Casi el azar serán Gianfranco Foshino o Jeremy Everett. La figura femenina la aporta la alemana Bente Stokke, que reinterpreta el automatismo apostando por la integración de sus propias obsesiones. De esta forma, la exposición, además de reunir a los máximos exponentes en la materia, presenta una pequeña guía de los muy diversos resultados en los que desemboca la decalcomanía, pasando por la pintura, la fotografía y la técnica mixta.

La escasa intervención del autor a lo largo del proceso de creación permite que la obra cobre vida por sí misma, aunque esta no siempre goza de sentido. En ocasiones, las sombras oscuras parecen responder a la llamada de la verosimilitud. Otras, en cambio, reflejan espejismos laberínticos de la realidad trazados por pulsiones caprichosas del destino.  Es el mundo mágico, azaroso y metafísico del surrealismo.

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