Nokia y la ULL presentan cuatro aplicaciones basadas en tecnología 4G

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El grupo de investigación en Criptología de la Universidad de La Laguna, Cryptull, y la compañía de telecomunicaciones Nokia llevan tres años y medio trabajando en el proyecto Aplicaciones de la Tecnología LTE para Aumentar la Seguridad, conocido como ATLAS, cuyos resultados se presentaron ayer jueves, 14 de junio, en un acto celebrado en la Facultad de Ciencias. El objetivo de esta investigación es tratar de aprovechar las posibilidades que ofrece la tecnología LTS, conocida como 4G, desarrollando aplicaciones en diferentes ámbitos. El acto fue conducido por la coordinadora de Cryptull, la catedrática de Ciencias de la Computación e Inteligencia Artificial Pino Caballero Gil, y también contó con la participación de la responsable de la empresa, María Luisa Arranz Chacón.

Esta investigación, financiada a través del Ministerio de Economía y Competitividad, se desarrolla en sectores muy dispares, desde la seguridad vial hasta la protección de víctimas de maltrato, por lo que ha suscitado el interés de diversas organizaciones, como el 112 Canarias o la Delegación del Gobierno, cuya jefa de la Unidad de la Violencia contra la Mujer, Yolanda Baumgartner, estuvo presente en la presentación y valoró positivamente los desarrollos que para su ámbito de interés ofrece. Caballero explicó que la idea principal del proyecto era explotar al máximo las posibilidades de la tecnología 4G aplicada a la seguridad. El grupo estableció, en primer lugar, cuatro ámbitos de actuación principales: la mejora de la vida de personas, la videovigilancia, el transporte y la telemedicina. En cada uno de ellos se plantearon tres posibles aplicaciones y, finalmente, de esas doce se desarrollaron completamente cuatro, una por área.

Más seguridad para las víctimas de violencia de género


En el marco de las personas se propuso una aplicación que mejora los sistemas de protección a mujeres víctimas de violencia de género. El sistema emplea el propio móvil de la afectada para recibir avisos sobre la cercanía de su agresor, avisa automáticamente a las fuerzas de seguridad y a los contactos que la usuaria decida en caso de que la amenaza esté muy próxima y, además, graba imagen y sonido que también es transmitida en directo a esos contactos. Supone una mejora de las actuales pulseras de vigilancia, que datan de 2009 y su tecnología está obsoleta.

En el caso de la videovigilancia, se propuso un sistema que permite montar un móvil sobre un aspirador doméstico. En caso de intrusión en el hogar, el robot y la cámara del smartphone se activarían automáticamente y enviarían una señal al usuario, quien desde su terminal podrá ver lo que capta la cámara y mover de forma remota el artilugio. En seguridad vial, ATLAS ofrece una mejora de las actuales cámaras de salpicadero, dashcam, utilizando los móviles de los pasajeros, gracias a la cual, en caso de accidente se podrían transmitir imágenes del interior del vehículo a los servicios médicos, para informarles del número de heridos y su estado. Por su parte, para telemedicina se propone una aplicación que facilita el proceso de triaje, es decir, de definición de la prioridad de atención a las víctimas de un accidente.

Puesta en marcha


El acto consistió en la presentación teórica general de los objetivos de ATLAS, la tecnología que hay detrás y la explicación de cada una de las cuatro aplicaciones desarrolladas. Todo ello se complementó con demostraciones prácticas, tanto mediante la proyección de dos vídeos  como de la realización de dos simulacros para demostrar en un ámbito real la efectividad de las tecnologías propuestas, cada uno de los cuales combinaba varias de las aplicaciones desarrolladas.

Así, durante el primer simulacro, el Aula Magna de la Facultad de Ciencias se convirtió en un domicilio que estaba siendo asaltado por un intruso. Los asistentes pudieron presenciar en directo cómo el robot de videovigilancia enviaba la imagen y sonido del suceso a una persona en el exterior del edificio, quien controló al autómata con su móvil. En esta simulación se supuso que el intruso era, además, un maltratador con orden de alejamiento, por lo que también se pudo ver cómo una mujer recibía en su móvil el aviso de que su agresor estaba cerca.

Tras una pausa, en el exterior del edificio se escenificó el segundo ejemplo, que en este caso simulaba un accidente de tráfico y mostraba la eficacia tanto de la nueva aplicación de dashcam para móviles como la de triaje. Caballero expuso que el desarrollo comercial de las tecnologías transferidas queda ahora en manos de la empresa colaboradora. En el ámbito académico, destacó que esta investigación ha facilitado el desarrollo de una quincena de publicaciones en revistas de alto impacto, varios trabajos finales de grado y la participación en varios congresos especializados.

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