El físico lagunero aboga por un sistema de trabajo colaborativo. Foto: Nicolás Orozco

«Necesitamos un sistema económico que le dé mayor peso a la investigación»

Ciencias

Juan Pedro Díaz es el coordinador del Grupo de Observación de la Tierra y la Atmósfera (GOTA), un equipo formado por nueve miembros desde mediados de los noventa. Según explica el catedrático de la ULL, tienen varias líneas de trabajo. La primera de ellas, más centrada en la teledetección espacial y el uso, con más énfasis, de los sistemas naturales. Sin embargo, la otra abarca el estudio de los aerosoles (cualquier partícula sólida o líquida suspendida en medio de la atmósfera). La combinación de ambas da lugar a un proceso de modelización del sistema climático.

«Una de las ideas con las que siempre hemos trabajado es la de las colaboraciones internacionales, y es que el sistema climático no conoce fronteras. Los estudios han de tener unas dimensiones globales», sentencia Díaz.

«Buscar la financiación es muy complicado, es casi más que el trabajo científico a realizar»


El físico lagunero afirma: «Nosotros hemos obtenido ayudas principalmente del proyecto de Plan Nacional del Gobierno, como a su vez, del autonómico. También, por parte de ámbitos privados, como la Fundación Caja Canarias. Estas tres fuentes son las que nos han permitido ir realizando todos estos trabajos. Además de colaboraciones con grupos de investigación y, fundamental en nuestro caso, el Instituto Tecnológico y de Energías Renovables (ITER)». No obstante, recuerda las dificultades con las que se topan siempre los investigadores: «Buscar la financiación es muy complicado, es casi más que el trabajo científico a realizar».

Asimismo, manifiesta la necesidad de configurar un sistema económico-social diferente al que tenemos, que motive y que le dé un mayor peso a la investigación, la que considera como algo básico. Según el docente, «falta ese caldo de cultivo que ayude a que una idea cuaje, y que sirva para que cuando tú te equivocas, lo único que saques es que te tienes que levantar y volverlo a intentar con más conocimiento, no para penalizarte y hundirte».

Al mismo tiempo, muestra su repulsa ante el poco reconocimiento que tienen en Canarias «gente muy buena y muy bien formada que son el germen, la piedra angular, de un sistema basado en la generación de conocimientos», y que no están siendo lo suficientemente valoradas.  Añade que «esto es un proceso muy a largo plazo, pero que en algún momento tendremos que empezar».


Juan Pedro Díaz, a la derecha, y Javier Expósito, a la izquierda, profesor y miembro de GOTA. Foto: N. Orozco

«La marca turística canaria podría verse muy beneficiada si llevara un sello de industria sostenible»


El caso del cambio climático se puede abordar desde diferentes puntos de vista, pero el principal, según el Juan Pedro Díaz, es la percepción social (la educación). «Y más en Canarias, basándonos en una industria como es el turismo, que es devoradora del medio natural». Considera que la marca turística del archipiélago «podría verse muy beneficiada si llevara un sello de industria sostenible».

Después de estar más de treinta años investigando, junto a sus compañeros, tanto la tierra como la atmósfera, es claro al afirmar que con las precipitaciones, no han podido afirmar que exista un cambio drástico, estadísticamente hablando, no son datos claros ni robustos. Pero con la temperatura sí, esta, según el físico, sí que ha aumentado claramente. De hecho, desde GOTA están analizando, entre otras cosas, cómo va a cambiar el clima en este siglo. Por ejemplo, en Canarias prevén que en las islas de más relieve «los cambios van a ser más notorios cuanto más alto nos encontremos». A nivel del mar va a aumentar grado y medio, en altura puede llegar a subir dos grados o más.

Por último, recuerda que «el clima ha cambiado siempre de manera natural, la cuestión es responder a la causa de esos cambios hasta el momento. Hasta la era industrial los procesos eran naturales, a partir de ahí, el hombre tuvo capacidad para modificar los ciclos de vida y los gases de efecto invernadero». Provocando «unos efectos muy rápidos, que están siendo ya palpables. Como por ejemplo, en África, donde la inmigración climática es una realidad, con zonas muy vulnerables».

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