Su música se inspira en grupos como Los Ronaldos. Foto: PULL

Los Salvapantallas incendian El Búho

Música

Los Salvapantallas lo consiguieron por trigésima vez. La sala del Búho Club se llenó y se abarrotó de gente que bebió, cantó y bailó. Se notaron muchas ansias por que los cuatro integrantes subieran al escenario a hacer vibrar el suelo de La Laguna. El concierto, que tenía previsto su inicio a las 23.00 horas, comenzó media hora más tarde. Antes de comenzar, los miembros del grupo se mezclaron con el público y se sacaron fotos. Eran las 23.30 horas cuando al ritmo de It´s my life, empezó a sonar la voz de Nacho Rivas en la canción de Bon Jovi.

Temas como Me enamora, ¿Cómo pudiste hacerme esto a mí? o Can´t stop the feeling siguieron llenando la sala de melodías y ganas de mover el cuerpo. Queen no podía faltar en el repertorio con Don´t stop me now. Con esta composición el grupo revolucionó a la multitud, y Rivas no pudo evitar bailar sobre la tarima, bajar la escalera, acercarse al público… El rock se apoderó de él.

Un concierto necesita de pasos de baile


El vocalista puso al respetable a bailar con una coreografía repetida en todos sus conciertos. Asimismo, ejecutó los pasos que el resto imitó. Todos se movieron al ritmo de Locked out of heaven de Bruno Mars. Antes de seguir, el cantante hizo un llamamiento a la asistencia: «¿Dónde está la gente que creció escuchando música de los ochenta?». Esta pregunta retórica fue acogida entre gritos y vítores. A esas alturas de la noche la función se convirtió en una fiesta. Un pequeño inciso les llevó a hacer un breve recorrido por Latinoamérica con interpretaciones de Maná y Juanes.

Las luces rojas dieron al espacio la ilusión de estar en un mundo aparte, donde lo único que importaba en el momento era la música. Con Walking on sunshine de Katrina and the Waves el gentío cantó a voz de grito, a la vez que tocó las palmas. Alex Labao silenció el bullicio con su solo de guitarra que acompañó a Ni tú ni nadie de Alaska.

“Aquí me tienen 30 veces clavado en El Búho Club, ¡y que sean 30 más!”


Con Clavado en un bar pareció que la banda se retiraba, pero no: «Aquí me tienen 30 veces clavado en El Búho Club, ¡y que sean 30 más!». Las súplicas del público hicieron mella en el conjunto rockero, que decidió tocar un par de temas más, no sin antes sacarse una foto con la audiencia.

Santa Lucía, I want to break free, We will rock you y ¿Cómo te atreves a volver? Precedieron la canción que cerró el espectáculo: A quén le importa. La gente bailó y una gran ovación despidió al grupo, que dio las gracias al Búho y a Javier Aguilar por darle una vez más la oportunidad de estar allí. El concierto llegó a su fin, pero la fiesta estaba aún comenzando, la sala seguía llena y todavía quedaba mucha noche por delante.

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