Marwan, en la sala del Aguere Cultural. Foto: Tori Ferrer

Los paisajes interiores de Marwan conquistan La Laguna

Música

El cantautor español, Marwan continuó anoche su viaje por Canarias con su segundo concierto en las Islas, concretamente en La Laguna de mano de Búho Producciones. Sobre las 20.00 horas y con todo vendido, se abrieron puertas y el público más expectante ya llegaba a la sala del Aguere Cultural una hora antes del inicio del concierto. Para amenizar la espera, la joven Anto Vega abrió el evento acompañada por el pianista Francisco Gutiérrez. Tras presentar tres temas completamente propios, abandonaron el escenario. Pocos minutos después, el cantante apareció acompañado de su compañero de escenario y pianista, Daniel Serrano. El público, entregado, los recibió con una oleada de aplausos. Entonces, empezaron a sonar las primeras notas de Cosas pendientes, una de las míticas canciones del cantautor que forma parte del disco Apuntes sobre mi paso por el invierno.

Durante el concierto se notó un silencio sepulcral, normal cuando suenan temas como Te podría decir, Cómo hacer que vuelvas o Animales, pues dejaron sin respiración a más de uno. Muchas miradas cristalizaron apenas la velada musical no había hecho más que empezar.

Entre canción y canción, Marwan aprovechó para romper el hielo confesando que se había dado cuenta de que el público canario y latinoamericano tenía “buen aguante”, porque podía cantar muchas canciones tristes seguidas y no decaían en ningún momento. Aun así, no faltó la pullita de que la noche anterior, los canariones le dejaron sin aliento, lanzando al aire la pregunta de si “los chicharreros no os quedaréis detrás, ¿no?”. Además, bromeó con su compañero diciendo que el de Gran Canaria había sido su favorito de toda la gira.

A pesar de las risas, la intensidad y el sentimiento, invadió la sala en todo momento. De hecho, el artista confesó ser un moñas o, como diríamos aquí, “un pasteloso”, lo cual, dio lugar a otra ronda de carcajadas.

La cercanía de Marwan


Durante Carita de tonto, una de sus canciones más famosas, bajó del escenario y se fundió entre el patio de butacas. Casi sin cantar con el micrófono, hizo llegar sus más profundos recuerdos con esa canción, logrando emocionar a más de uno. Asimismo, para Las cosas que no pude responder, presentó a Ithaisa Pérez Yanes, una muy buena amiga del artista con la que ya había coincidido en otra ocasión, Con ella realizó una interpretación y adaptación visogestual en lengua de signos de la canción Las cosas que no pude responder.

La noche avanzaba y cada vez se volvía más cálida pues la gente no dudaba en ponerse de pie para vibrar aún con más energías durante canciones como Mi único motor. Pero no todo eran lágrimas, risas y algún que otro baile. El cantautor aprovechó la ocasión para mandar mensajes reivindicativos con Necesito un país, así como remarcar la importancia de “hacer las cosas con amor” y de “pedir perdón para estar en paz con uno mismo”, dejando de lado el rencor.

El público se quedó con ganas de más


Tras despedirse de La Laguna y abandonar el escenario, se pudo escuchar al público reclamando otra canción y así fue como volvieron a aparecer e interpretaron Un día de estos, una de las favoritas entre los asistentes.

Y fue así como la noche daba por terminada, se encendía la luz general de la sala y los vasos de alguna que otra cerveza volvían a la barra del bar. Aún quedaban los restos de alguna persona, que ocupaba su lugar secando un par de lágrimas o los abrazos y besos que ni se escondían en los rincones del Aguere. Se despertó algún alma esa noche y también, se tocó alguna herida, pues viajar por los paisajes interiores de Marwan es eso, desnudar los sentimientos y dejar volar libremente lo que duele, lo que no, pero también lo que nos cuesta admitir muchas veces que a fin de cuentas, es lo que nos hace ser.

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