La novela de Agota Kristof cuenta las vivencias de dos hermanos gemelos, Claus y Lucas: Foto: PULL

Los horrores de la guerra

Literatura

Agota Kristof es una de esas escritoras de éxito de los años ochenta que, pese a su repercusión internacional, no ha conseguido una buena recepción en España. De nacionalidad húngara, tuvo que exiliarse por motivos políticos a Suiza, donde alcanzó la fama literaria con su primera novela El gran cuaderno, parte de la trilogía de Claus y Lucas, conformada también por La pruebaLa tercera mentira. Aunque se publicó en el país por primera vez en 2009 de la mano de la editorial El Aleph, hasta el vigente rescate llevado a cabo por Libros del Asteroide en 2019 no recibió la atención que merecía.

Los hechos transcurren en un país en guerra sin nombre, ocupado por un ejército extranjero, donde se nos cuentan las duras y crueles vivencias de dos hermanos gemelos, Claus y Lucas, dotados de una gran inteligencia que les permitirá sobrevivir en el horror del totalitarismo. Esta premisa guarda relación con la vida de la autora, que sufrió en sus carnes los efectos de una guerra mundial y una complicada posguerra que convirtió su tierra en un país satélite de la URSS.

Una obra enrevesada bajo un envoltorio simple


La trama del primer libro gira en torno a los jóvenes y la relación que sostienen con su abuela, una mujer retorcida y de fuerte carácter que los cría tras haber sido abandonados por su madre. Adopta un lenguaje sencillo, pero lleno de complejidad, que será la insignia de la trilogía, a pesar de que a lo largo de esta probará nuevos enfoques, marcando un estilo diferenciado en cada novela, aunque a priori no sea evidente. Esta sencillez también la transporta a los diálogos, claros y precisos, como podemos ver en el siguiente fragmento:

«Encontramos un hombre en el bosque. Un hombre vivo, joven, sin uniforme. Está echado en un arbusto. Nos mira sin moverse.

Le preguntamos:

-¿Por qué se queda ahí echado?

Responde:

-Ya no puedo andar más. Vengo del otro lado de la frontera. Llevo andando dos semanas. Día y noche. Sobre todo por la noche. Ahora estoy demasiado débil. Tengo hambre. No he comido nada desde hace tres días».

Los capítulos se suceden con este despliegue técnico, narraciones cruentas y experiencias demasiado fuertes para unos niños tan pequeños, cuya personalidad embelesará a todas las personas que van conociendo, dando la sensación de que, pese a la ruina que viven, el mundo gira alrededor de ellos. Esto dotará muchas escenas de un aire irreal pese al realismo intrínseco que desprenden. Pero no es un punto negativo. Más bien positivo, al conseguir mantener su esencia literaria intacta, pura y original.

Lo más llamativo, y es lo que demuestra el talento de la autora, es la capacidad de crear múltiples relatos de la vida de los hermanos, con tantas similitudes y conexiones entre ellos que te hará dudar hasta la última página del último libro de cual es la auténtica y, aún así, puede ser necesario una segunda lectura para atar todo los cabos sueltos, que puede resultar insatisfactoria. Es una de esas historias con un significado oculto que, o está en la imaginación del lector, o es un tejido enhebrado con tal maestría por la escritora que debe ser mirado con detenimiento para notar donde están sus costuras.

En definitiva, una joya perdida durante años en el mercado español cuya nueva reedición no debería dejar pasar nadie que busque algo fresco y reflexivo.

"Yo quiero escribir sobre el placer de dar una puñalada en una noche de lluvia, la locura del alcohol en la sangre y el miedo dulce que me reconforta”. Felix Francisco Casanova de Ayala

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