Jose Antonio González Marrero cerró el evento dando las gracias a todos los participantes. Foto: A. Ronsisvalle

Las Jornadas de Genealogía acaban con relatos de los Saviñón

Artes y Humanidades

Las IV Jornadas de Genealogía de Canarias, que comenzaron el pasado lunes, han llegado a su fin. Tras una semana de conferencias impartidas por ponentes de todos los rincones del mundo, Joan Ferrer Rodríguez ha cerrado el evento con la charla Entre La Laguna y Santo Domingo: un estudio genealógico de la familia Saviñón. Al finalizar, tuvo lugar una calurosa despedida de la mano del organizador del evento, Jose Antonio González Marrero.

La conexión entre Canarias y Sudamérica siempre ha sido evidente y una de las muchas caras de esta relación es la de la familia Saviñón de la República Dominicana. Ferrer Rodríguez utilizó su ponencia para regresar al siglo XVII, XVIII y XIX y relatar las historias de alguno de los miembros más destacados de esta familia.

Durante la conferencia, no solo se acercó a los relatos personales, sino que también presentó numerosos documentos de gran antigüedad vinculados a la estirpe, como hojas de servicios militares o certificados de matrimonios y bautizos. Entre ellos podemos destacar el escudo de armas de la familia que, según Chaparro D’Acosta, se caracterizó por tener «un campo de oro, un león rampante al natural, ceñido de una corona ducal, atravesado por una banda de azur».

Los nombres sacados a relucir en la ponencia fueron muchos, pero podemos concluir que hay una característica que comparte esta familia y es su gran vocación mercantil y militar que les permitió poseer gran poder económico. Un ejemplo de ello es la gran casa familiar de los Saviñón-Tapia, situada frente a la iglesia del Convento de Santo Domingo, la cual tras el fallecimiento de sus dueños, los herederos continuaron el proceso de reforzamiento de esta estructura familiar con tanto éxito como habían tenido sus padres.

Despedida


Ferrer Rodríguez finalizó el encuentro respondiendo a los numerosos comentarios de los asistentes desde diferentes puntos del mundo: Uruguay, Chile, España, República Dominicana, etc. Hubo numerosas observaciones sobre la ponencia y, sobre todo, una gran cantidad de felicitaciones para el protagonista.

Finalmente, pasadas las 19.00 horas, Jose Antonio González Marrero tomó la palabra para agradecer a los casi doscientos asistentes que los acompañaron durante toda la semana y, sobre todo, a todos los conferenciantes que hicieron posible el evento. Además, hizo hincapié en que el traslado de las Jornadas a la red había sido todo un éxito y se mostró orgulloso del contacto que se había logrado entre público y ponentes, pese a estar separados por una pantalla.

Por otro lado, lamentó la ausencia de la concejala del Patrimonio Histórico  y de la directora del Instituto de Estudios Canarios, que no pudieron llegar a tiempo pero que enviaron una gran felicitación asegurando que el esfuerzo organizativo había valido la pena.

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