La Universidad Politécnica de Valencia (UPV) se ha unido recientemente a la campaña de Médicos Sin Fronteras (MSF) #SeguirConVida. El fin de esta cooperación es sensibilizar a la sociedad sobre el sufrimiento que ocasionan los conflictos armados y convertir en proactivos a los participantes.
La primera de las actividades desarrolladas conjuntamente consistió en una experiencia con gafas de realidad virtual. Esta tuvo lugar el pasado 23 de marzo en el Campus de Vera y permitió a los asistentes visualizar desde una jaima (tienda de campaña usada por los nómadas en el desierto) los éxodos de Siria y Sudán del Sur.
Esta experiencia fue posible gracias a la organización por parte del Vicerrectorado de Responsabilidad Social, Cooperación y Deporte; la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Geodésica, Cartográfica y Topográfica; y Geoinquietos Valencia. Además, el evento contó con la participación de tres trabajadores de MSF que acababan de llegar de República Centroafricana y Angola. Juanma Rodilla, Mónica Teruel y René Payri, que también fueron alumnos de la academia.
La segunda acción, que se llevará a cabo el próximo miércoles 29, se titula Médicos Sin Fronteras y Geovoluntariado. Mapeando zonas en conflicto bélico. El objetivo de esta es fomentar la cartografía para que cualquier persona, tras una rápida formación, pueda cartografiar lugares sensibles de los que todavía no existen planos. Estos mapas podrán ser utilizados por organizaciones humanitarias y, colaborando con las autoridades de cada país, servirán para desarrollar labores de ayuda sobre el terreno.
En la realización de esta actividad intervendrán plataformas como OpenStreetMap (garantiza que los datos recogidos sean de uso libre y accesible) y Humanitarian OpenStreetMap Team, que proporciona cartografía base y herramientas para la creación rápida y sencilla de planos.
Asimismo, este encuentro denominado «Mapatón» forma parte del proyecto Missing Maps, en el que colaboran organismos como la Cruz Roja británica y la Cruz Roja americana. La iniciativa consiste en usar las nuevas tecnologías para mapear las zonas de conflicto más vulnerables a crisis humanitarias, desastres naturales o epidemias. Así, se puede llegar más rápido a los pacientes, efectuar un seguimiento de los problemas con mayor eficacia y comprender mejor las necesidades de las personas tras una emergencia.
