La Universidad de Adeje despunta con una formación en lenguaje de signos

Artes y Humanidades

María del Carmen Rodríguez Jiménez, del Departamento de Didáctica e Investigación Educativa de la Universidad de La Laguna, dirigió esta semana un curso en la Universidad de Verano de Adeje cuyo objetivo fue proveer al alumnado de las herramientas básicas para poder mantener una conversación básica en lenguaje de signos con personas sordas y sordociegas. La ponente ha explicado que sería necesario un mayor conocimiento de este lenguaje, ya que este colectivo está especialmente aislado socialmente.

«Hemos logrado el objetivo principal de la actividad»


El formación fue impartida por la propia Rodríguez Jiménez junto con Beatriz Miranda Olivera, logopeda y directora del Centro SORHA de Comunicación y Lenguaje. Ambas califican de positiva la experiencia: “Hemos logrado el objetivo principal, que era que, por lo menos, pudieran mantener una conversación básica. Son muchas horas signando, y es cansado, pero a pesar de ello, el alumnado ha sido muy participativo”.

Una de las peculiaridades del curso, que se desarrolló entre el 23 y el 25 de julio, es que también se dio nociones de la adaptación del lenguaje de signos para personas que son ciegas. “Es la misma lengua, pero mientras que para personas sordas se signa en el aire, para las sordociegas se realizan los gestos sobre la palma de la mano del receptor”, expuso. El alumnado del curso no tenía experiencia previa con este lenguaje, lo que finalmente ha sido, según su directora, una ventaja porque se partía del mismo nivel y se pudo avanzar de manera coordinada hasta lograr los mismos objetivos.

Problemática del idioma en la educación


Rodríguez Jiménez lleva desde 1995 trabajando con personas sordas, impartiendo cursos y asesorando a familias. En estas dos décadas, observa mejoría en la situación de la atención a personas sordas pero, en su opinión, todavía queda mucho por hacer. Por ejemplo, en el ámbito educativo aboga por que, al igual que sucede en Bachillerato, se impulse en los colegios de Infantil y Primaria la figura del intérprete o de un mediador de la comunicación en lengua de signos dentro del aula, “no estar sacando a los niños fuera del aula una vez a la semana una hora para que les enseñen esta lengua. Permaneciendo en el aula hasta sus propios compañeros pueden aprenderla como si se tratara de cualquier otro idioma”.

También cree que las administraciones públicas deberían contar con la figura del intérprete para mejorar su relación con el colectivo de personas sordas, que al fin y al cabo también son parte de la ciudadanía y merece un trato adecuado. “Hay asociaciones que prestan servicio de manera privada o financiada, y no todas las personas tienen disponibilidad para pagarlo”.

 

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