María José Serrano es la coordinadora del grupo de investigación 'CoSoLen'. Foto: PULL

«La lengua es un recurso que no se entiende sin su contexto social»

Artes y Humanidades

La ULL cuenta con una infinidad de grupos de investigación cuya labor es necesaria para el desarrollo de diversos ámbitos que ayuden al progreso de la sociedad. Uno de esos equipos es ‘CoSoLen’ (Comunicación, Sociedad y Lenguaje). Creado en el año 2006,  presenta un claro objetivo: estudiar la variación morfosintáctica como un hecho de elección de significado. María José Serrano, catedrática de Lingüística General en la institución tinerfeña, es la coordinadora del programa y, brevemente, resume que el orden de los nombres en la denominación no es casualidad: «La idea es que el estudio de la comunicación indica que esta subsume el hecho lingüístico y por supuesto el social».

Serrano señala que este grupo de investigación, conformado por investigadores tanto de la ULL como de otras instituciones nacionales e internacionales, se distingue de otras tendencias que ven en el estudio de la variación una continuación de la dialectología o sociolingüística tradicionales. Además, añade que las disciplinas consideran que los usos lingüísticos solamente se correlacionan con categorías sociales, limitándose únicamente a describir la variación, sin explicar el cambio desde el punto de vista de la lingüística ni de la comunicación.

Así, la catedrática afirma que en ‘CoSoLen’ han avanzado en  el «estudio de la variación morfosintáctica desde una perspectiva comunicativa, que engloba no solo aspectos sociales, sino también cognitivos y estilísticos». Asimismo, añade que la idea de crear el grupo se debió a la carencia de una línea de investigación explicativa sobre la variación lingüística.

«La lengua en sí no es racista ni sexista»


Con respecto al posible mal empleo de la lengua que se pueda dar en el periodismo, sostiene que, simplemente, «es un estilo comunicativo más». Por tanto, es necesario «entender y explicar esos determinados usos que se producen en los medios de comunicación». Por otra parte, señala que «hay que adoptar una perspectiva científica, que intenta explicar el porqué de determinados usos». Esta perspectiva, sostiene Serrano, es la que deberían adoptar los grupos de investigación. Dichos equipos estudiarían su covariación con otros factores sociales y lingüísticos para explicar las causas lingüísticas y sociocomunicativas de este uso.

Además, con relación a los movimientos sociales que se han dado estos últimos meses relacionados, sobre todo, con el racismo, Serrano afirma que la lengua en sí «no es racista, como tampoco es sexista». Sin embargo, resalta que determinadas construcciones lingüísticas pueden interpretarse como tal o se pueden manipular malintencionadamente su uso o valor en determinadas situaciones comunicativas.

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