Antonio Marrero, doctor en Historia del Arte. Foto: Carla Rivero

«La investigación es la base de la riqueza aunque España no se dé cuenta»

Artes y Humanidades

Antonio Marrero habla en claro, con todo el cuerpo, se expresa sin ambigüedades y no tiene reservas con su interlocutor. Su experiencia académica es amplia y reconocida como doctor en Historia del Arte, conservador e investigador, lo que le ha llevado hasta Santiago de Chile gracias a una beca posdoctoral. Allí amplía sus estudios sobre la techumbre policromada y, en esta ocasión, volvió a Tenerife para participar en el I Congreso Internacional de Jóvenes Investigadores en Estudios Atlánticos con la ponencia En el confín Austral: reflexiones y perspectivas del Chile Colonial (siglos XVI, XVII y XVIII). A su vez, reflexiona sobre la importancia de las humanidades en la actualidad, la evolución del arte contemporáneo y el estado actual del patrimonio.

Como investigador, ¿qué opina de la organización de congresos como este? “Son muy positivos. Cuanto más amplios son conceptualmente, geográficamente e, incluso, cronológicamente, más gente viene de diferentes disciplinas, así como expertos de todas las ciencias. Al fin y al cabo, aunque tú traigas un buen tema, lo que interesa es hacer el networking, tejer redes y demás. Eso es lo interesante, como cuando te vas a comer y charlas, y empiezas a establecer estudios donde lo que prima es la multidisciplinariedad, porque es la manera más idónea de abordar los trabajos».

Además, ha participado en los Coloquios de Historia Canario Americana de la Casa de Colón… «En este caso son diferentes. Los coloquios de Las Palmas tienen una trayectoria, nadie duda de ellos. Sin embargo, este I Congreso Internacional de Jóvenes Investigadores en Estudios Atlánticos ha sido organizado, aunque con el apoyo de la Escuela de Doctorado y de la Facultad, por gente que es doctoranda, lo cual habla muy bien de la calidad de nuestras y nuestros investigadores».

Lo cual es muy importante para que haya una tradición «Y también es muy importante para la Universidad de La Laguna. Lo que se valora de las universidades a la hora de los rankings y demás, es la producción investigadora, y eso está en manos de nuestros doctorandos, doctores y posdoctorados, donde estoy yo».

«Con Chile no es que esté encantado, sino muy agradecido porque me ha dado la oportunidad que no me brinda mi país»


¿Cómo cree que se podría implicar más a la juventud? «Me encargué de la sesión plenaria en la mesa Identidad, Territorio y Sociedad, y lo que planteé fue cómo estoy haciendo mi posdoctorado en Chile. El gobierno chileno hizo una encuesta en donde más de la mitad de la población no sabe en qué se invierte y para qué sirven nuestras investigaciones. Es decir, de nada me sirve publicar si mi madre lo lee y no se entera. Es dinero que sale de todos y todo el mundo debería tener acceso a lo que nosotros investigamos, aunque eso signifique bajar nuestra orfebrería verbal, que a veces nos pasamos escribiendo, y poniéndolo al servicio de los demás, sobre todo los que nos dedicamos a las disciplinas humanísticas, que ya cargamos con el estigma de ‘poco rentable’, ‘deficitario’, etc».

¿Qué consecuencias puede tener? «Si lo alejamos más del público y no generamos conciencia en la sociedad estableciendo una apuesta en valor de nuestro Patrimonio, ¿de qué nos sirve? Se va a quedar entre nosotros, y eso y nada es lo mismo. Sirve para nuestra vanagloria, nuestra fama, y conseguir puntos, pero eso tiene que encontrar repercusión en el común de la sociedad».

Acerca de su estancia en Santiago de Chile, ¿cómo está siendo la experiencia? “La experiencia muy bien, porque en mi caso hice mi doctorado en la Universidad de La Laguna sin beca y fue algo tremendamente duro. Se hace muy cuesta arriba. La gran mayoría no somos de familias pudientes, tenemos que trabajar para poder sacar la tesis adelante y, a veces, los ánimos decaen porque te preguntas que ‘¿de qué te va a servir hacerlo?’, cuando lo normal es hacer el máster del profesorado y opositar a secundaria”.

En cambio, siguió con la investigación “Pero es que la investigación es la base de la riqueza de las naciones, aunque España aún no se haya dado cuenta. Entonces te doctoras y presentas un proyecto, y ves que Chile invierte tantísimo dinero que te acoge con los brazos abiertos. Da igual que seas chileno, español o nepalí, lo que interesa es que presentes estudios donde el país tenga protagonismo, que no tiene por qué ser completo, puedes establecer comparativas con otras regiones y que, además, revierte para ellos de manera positiva. Tú te conviertes, aunque no seas chileno, en una persona con un visado chileno que lleva su nombre por todo el mundo”.

Contribuyendo a su riqueza… “Es un país que tiene las mayores minas de cobre y de litio, pero que ha asumido que para generar un crecimiento sostenible de su economía debe invertir en investigación. Solo en becas posdoctorales dan casi 300 al año con unas condiciones muy buenas. Así que con Chile no es que esté encantado, sino muy agradecido porque me ha dado la oportunidad que no me brinda mi país”.

«El Palacio de Justicia de La Laguna es un atentado patrimonial»


Como conservador, La Laguna es Patrimonio… «Aunque parezca que no».

¿Qué opina sobre lo que se esta haciendo aquí? “Es pésimo. No solo La Laguna, que yo no sé cómo es que todavía no le han quitado el título de Patrimonio de la Humanidad con las intervenciones que están haciendo, véase las remodelaciones en la Ermita de San Miguel. Bueno, el Palacio de Justicia, por ejemplo, es un atentado patrimonial. Y no se nos cae la cara de la vergüenza. Una ciudad que es Patrimonio de la Humanidad y que vive de ese título: la gente viene a la ciudad, por ejemplo, a ver sus trazados hipodámicos inspirados en cuestiones clásicas».

¿Y Santa Cruz? «A Santa Cruz la han destruido. Es una capital con muchísimo potencial y que hoy en día es triste y gris. Ojalá hubiéramos tenido y tuviéramos la planificación y la sensibilidad de Las Palmas con los barrios de Vegueta y Triana. Y no solo La Laguna, también La Orotava con sus Doce Casas debe contar con un plan de actuación respetuoso con el patrimonio».

El resto de la isla parece mantenerse… «Muévete por Tacoronte o Icod, también se han derribado edificios patrimoniales. Donde mejor se conservan los centros es en el Sur, pero son más pequeños y menos ricos. También es verdad que han tenido menos trasiego y menos destrucción, ya que los turistas se interesan por las playas. Pero la situación es la misma en la restauración de bienes patrimoniales en cuanto a retablos, pinturas y esculturas. Los restauradores para poder competir se han visto obligados a bajar precios».

«Hay países que están saliendo adelante con economías emergentes que han apostado por un Patrimonio cultural y sostenible»


Es un problema que parece no tener fin… «Me repito eternamente: dos más dos será cuatro, H20 será agua, da igual que no haya quien lo estudie. Pero las humanidades es algo que va con el ser humano, es innato e inherente a él. Nacen con el Hombre y mueren con él, y es lo que nos hace humanos. Lo que tangibiliza y vuelve física a las disciplinas humanísticas es la Historia del Arte. Si no conservamos nuestro Patrimonio, cómo contestaremos a cuestiones como: ¿De dónde venimos? o ¿Cómo nos proyectamos en el futuro?».

¿Tiene solución? «España y, en ella, Canarias, sigue fundamentando su economía en camareros y albañiles, cuando hay países del mal llamado tercer mundo que están saliendo adelante con economías emergentes que apuestan por un Patrimonio cultural y sostenible. España tiene a La Laguna, y es lo que decíamos, ¿qué van a hacer con el Antiguo Mercado? ¿Qué pasó con la Plaza del Cristo y las remodelaciones? ¿Qué pasó con la Catedral? Esa restauración que tanto han defendido. Los capiteles, que es uno de los primeros edificios en hormigón, por lo menos en Canarias, y hoy adornan los Jardines de la Verdellada».

Cierto… «Es tristísimo lo que está pasando con el patrimonio, por lo menos en Tenerife. Luego, hay islas como Gran Canaria o Fuerteventura que lo conservan como Dios manda. Son actuaciones súper básicas, como plantar en una rotonda tres cactus y la obra de un artista vivo. Generas entornos bellos. Conservas tu patrimonio colonial del siglo XVI al XVIII, haciéndolo atractivo para el turismo. Y ese turismo de aquí, que tanto que se llenan la boca con él, de pulsera, de todo incluido, para nada beneficia a la economía de las Islas».

«Nuestro trabajo es tan respetable como el de la gente de Ciencias, y no tenemos por qué regatear con nuestros sueldos»


Como conservador, ¿no hay una apuesta en común en el gremio? “No la hay. Estamos muy ocupados en nuestras guerras internas: el historiador no asume que la obra de arte es un documento de primer orden y el historiador del arte no asume que la Historia del Arte es una forma de hacer historia. Para el restaurador tampoco existe, por lo menos en Tenerife, un taller público que obligaría a todos los profesionales a hacer público su trabajo. Y después te pasa, como en mi caso, que yo hice mi tesis sobre techumbres mudéjares policromadas en la isla de Tenerife, y no tuve acceso a ningún informe. Y te puedo asegurar que hay unos cuantos».

Esto es en detrimento de la propia profesión… «Tenemos esas luchas en la misma Universidad de La Laguna. No vamos a ser tontos, es evidente. Esos piques que ya son insanos. ¿Cómo vamos a ir todos a una para la salvaguarda del Patrimonio? Debemos asumir que primero, no se puede hacer un doctorado sin beca, eso es impensable en cualquier país fuera de España, salvo algún caso, y la universidad depende de sus doctorandos para los rankings. Y segundo, no se puede establecer un estudio totalmente idóneo si no se tienen en cuenta lo multidisciplinario. ¿Cómo voy a hacer un estudio desde Historia del Arte si no contextualizo las obras, atiendo a la orografía del terreno, a las corrientes de pensamiento, a cuestiones filosóficas o filológicas?».

Esto desemboca en una precarización. Por ejemplo, ¿qué opina sobre que Museos de Tenerife haya pedido voluntarios para hacer de guías y restaurar? «¿Por qué dan por hecho que nuestros trabajos en humanidades no se pagan? Me parece increíble. Es como cuando a la gente que estudia Diseño les dicen, al cobrar por un trabajo, que cómo van a hacerle pagar tanto, que eso lo hace cualquiera. Pues ponte y hazlo. Nuestra labor es tan respetable como el de la gente de Ciencias, y no tenemos por qué regatear con nuestros sueldos. Eso es indigno, y una falta de respeto».

«Que jamás te digan que si no te gusta este cuadro, el de cuatro rayas, es que no sabes»


Sobre la evolución del arte, parte de su estudio está centrado en la Edad Moderna, ¿cómo ve su desarrollo en nuestra contemporaneidad? “Si se considera arte el vídeo de David Beckham durmiendo, o una perfomance de un artista que hizo vomitar a cuatro personas sobre un lienzo en blanco, ¿no se va a considerar arte la Iglesia de la Concepción de La Laguna? Tenemos equivocados los valores. Lo que hay que cuestionarse es si lo que hace Damien Hirst, que hace puntos en una factoría, será arte el día de mañana. Del engaño de la burbuja del estilo contemporáneo. Si es arte o si son los recursos de los artistas y estudiantes que no saben composición o no saben dibujar».

Entonces, ¿qué es arte? «Una obra de Luján Pérez, de Quintana, hablándote de Canarias, o tirando por Velázquez o Murillo en la Península. Porque tú no necesitas que nadie te diga lo que es Arte, es lo que te emociona. Tiene que generar una experiencia estética, y que jamás te digan que si no te gusta este cuadro, el de cuatro rayas, es que no sabes. ¿Qué pasa? ¿Me van a pedir el título para entrar en El Prado para poderlo disfrutar?».

«Si no te gusta y no te emociona, no es Arte»


¿Dónde estaría la línea? “Si no te gusta y no te emociona, no es Arte. El problema no lo tienes tú. Entras en una iglesia y ves esos cuadros y esos retablos, aunque no seas religioso o no estés de acuerdo con que se restaure con dinero público, que todo es cuestionable, pero te va a emocionar porque las personas necesitamos belleza siempre”.

Nos rodeamos de ella. «Totalmente, si no, ¿para qué hacemos senderismo para disfrutar y admirar la naturaleza? Pero, sin embargo, tú vas y ves este vídeo y si no te emocionas… Una actuación de una persona desnuda enrollándose en papel film… Estamos desorientados. ¿Has visto alguna de las ediciones de ARCOMadrid? Fue un artista que vendió alfombrillas a miles de euros y habló de la inmigración y la expropiación del terreno a los inmigrantes, ¿en serio? ¿Qué diferencia hay entre eso y ser un vividor?».

¿No tiene miedo a ser tachado de elitista? «Define el arte actual. A mí, si me tilda de elitista una persona que hace cuadros lanzando pintura contra un lienzo, pues llámame como quieras, pero no está inventando nada nuevo, eso se llama dripping y lo inventó Jackson Pollock en el expresionismo abstracto neoyorquino».

Por lo tanto, ¿cuál es la evolución adecuada? «He trabajado en el Museo Picasso y en la Fundación Joan Miró. Si ves su primera época, Picasso es un pintor de formas puras, sabe composición, modelar. Son artistas que recibieron una formación muy clásica y luego buscaron su verdadero lenguaje, aquello que los identificaba. Tú no puedes empezar creyéndote que eres Picasso. Primero acabas tu carrera, te enfrentas a tu obra, te das de bruces contra ella; luego, conoce tus limitaciones y busca tu lenguaje. Si voy a ver una exposición tuya que estás en primero de carrera y te digo que no me gusta tu obra, y me sueltas ‘mira, te la voy a explicar’… Te digo: ‘no, lo siento, no necesito que me expliques nada. Probablemente he visto más que tú'».

«Me gustaría decirle a los doctorandos que hay luz al final del túnel y que la vida no acaba con la tesis»


Y se da lugar congresos como este, ¿cuál es el balance que hace? «Es necesario que venga gente consagrada, que esté dando clases y con una trayectoria de muchos años. pero también tienen que venir personas que todavía estén desarrollando su carrera investigadora, como es la mía, pero que a lo mejor voy dos pasos por delante. Poder decirles que hay luz al final del túnel, que la vida no acaba con la tesis. Hablarles y decirles que cuando acaben la tesis deben intentar, lo primero de todo, tener un bagaje investigador, conseguir buenas notas para acceder a becas como las FPU, acreditarse en las Agencias de Calidad, tanto nacional como regional, y luego buscar un posdoctorado y mandarte a mudar de aquí».

¿Y volver? «Irte, luego venir, presentarte en las plazas que se oferten en La Laguna, en Las Palmas o donde sea, si te gusta la investigación. Esto es muy importante, porque este camino a veces es muy solitario. Por lo que poder venir a este Congreso y que luego te den las gracias al decir estas palabras, cuando te confiesan que hay momentos en los que viven muy aislados, es una manera de tejer redes y, sobre todo, de darte cuenta que no estás tú solo en el páramo, sino que hay un montón de gente como tú».

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