«Planteamos la posibilidad de transformar edificios abandonados»

Artes y Humanidades

Philip Shebarshin, diseñador industrial, y Natalia Averianova, diseñadora de paisaje, son dos estudiantes rusos que ganaron el premio a la Innovación en Diseño para el Sector Turístico 2017 del Ayuntamiento de Arona por su trabajo de fin de máster (TFM): Visualización del futuro de un barrio desde un enfoque de diseño participativo. Un caso de estudio de una estación de autobuses abandonada en La Laguna, Islas Canarias, España. Aconsejados por su tutor de máster y doctorado de la Universidad de La Laguna, Carlos Jiménez Martínez, participaron en el Congreso: La Ciudad: Imágenes e Imaginarios celebrado en la Universidad Carlos III de Madrid, del 12 al 15 de marzo.

Son estudiantes del Programa de Doctorado en Arte y Humanidades y postgraduados del Midist – Máster Innovación en Diseño para el Sector Turístico de la Universidad de La Laguna. ¿Por qué eligieron venirse a Tenerife y cómo conocieron este máster? «Yo vine a Tenerife como turista en 2011 y, luego, mi hermano vino a trabajar en 2014. Conocimos la Facultad de Bellas Artes gracias a él, fue quien nos aconsejó buscar información sobre ella y encontramos el máster. Ya después, vinimos Natalia y yo para hablar con Alfonso Ruiz, el decano de la Facultad. Por la entrevista con Ruiz y el potencial turístico de Tenerife, entendimos que era un postgrado muy interesante. Además, uno de los motivos fue que el ámbito del turismo cubre realmente todas las áreas de diseño, lo cual nos resultó muy atractivo, así como que fuera un sistema totalmente diferente».

«Ya había surgido la idea de convertirlo en un espacio cultural autogestionado»


¿De dónde viene la idea de escoger lugares abandonados y darles una segunda oportunidad? “Nosotros somos una familia de artistas, mi hermano de vidrio y mi madre de madera, por eso siempre estábamos hablando sobre las posibilidades de transformación de edificios abandonados en espacios del desarrollo de arte y cultura. Queríamos hacer un proyecto real que se pudiese implementar después, porque ‘imaginarios’ ya habíamos realizado en Moscú. Eso era en lo que nos estábamos basando a la hora de realizar nuestro proyecto”.

Entonces, ¿la idea principal siempre fue la estación de guaguas abandonada de San Benito (La Laguna)? «Al principio, tuvimos la idea de hacer un espacio cultural de arte en el leprosorio, en Abades. Cuando lo propusimos a Alfonso Ruiz y a nuestro tutor Carlos Jiménez, este nos aconsejó que en vez de coger ese lugar, eligiésemos uno real como es La Estación pues ahí ya había surgido la idea de convertirlo en un espacio cultural autogestionado. El colectivo La Estación lo ha estado desarrollando y hay en una iniciativa ciudadana trabajando en el proyecto desde hace dos años”.

Natalia y Philipp durante el festival Arquitecturas Colectivas.

¿Cómo fue la experiencia de participar en el Congreso internacional tras haber sido uno de los 50 seleccionados? «Pues muy bien, hicimos una presentación exponiendo nuestro trabajo y pudimos hablar con mucha gente de diferentes ámbitos».

¿Les aportó algo? «Sí, claro. Había mucha gente, muchas presentaciones de diferentes entornos, temas que no solo se centraron en la gestión del espacio o del diseño. Había dos chicos de Santa Cruz de Tenerife que hicieron una presentación sobre un hombre que hizo un proyecto del desarrollo de la ciudad en el siglo XIX, de cuando se convirtió de un pueblo pesquero a una ciudad con un puerto propio».

«Al final, lo que se ha decidido es poner un centro de salud y quitar la estación»


¿Qué destacarías del trabajo? “Durante todo el proceso no ha habido mucha colaboración del Gobierno, aunque el Ayuntamiento lagunero ayudó durante los tres días del Festival de Arquitecturas Colectivas, era importante seguir desarrollándolo y hacer algo más, ya que a la gente le gustó mucho y vinieron alrededor de 1000 personas. Es una pena. Además, el colectivo La Estación presentó una exposición realizada por estudiantes de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de La Laguna, y no es un plan tan difícil de llevar a cabo. Pero, al final, lo que se ha decidido ha sido poner un centro de salud y quitar la estación, cuando lo mejor sería experimentar con el espacio, haciendo una exposición como en Tabacalera, en Madrid, ya que solo se necesita el lugar principal».

Por último, con el TFM ya terminado, ¿siguen trabajando en el tema con el doctorado, en el ámbito de la investigación y de la profundización? «Sí, al mismo tiempo que realizamos el doctorado, hemos creado la Asociación Cultural ARTmove Natalia, mi hermano y yo, basándonos en la colaboración con el Ayuntamiento de San Miguel de Abona. Creamos un espacio artístico para una mayor divulgación de las ideas en el arte, donde realizamos actividades de arte, eventos, exposiciones internacionales, y ahora queremos abrir un taller de vidriera».

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