La cúspide de la pirámide

Opinión

Mi familia me inculca una serie de valores con los que viviré el resto de mi vida. Me define, pero su nivel socio-económico no influye en mis capacidades. Mi estatus social no condiciona mis habilidades, sino que se nace con ellas o se adquieren con la experiencia y la educación. Que se piense lo contrario es solo una prueba más de la sociedad estereotipada y clasista en la que vivimos.

Afirmar que alguien sabe tiene actitudes de liderazgo por su alto nivel económico es como expresar que si soy miembro de una familia obrera pongo más esfuerzo y empeño en mi trabajo. No hay razón para que sea así. Las aptitudes se desarrollan con independencia de los recursos de los que disponga mi procedencia.

Es ridículo pensar que vivimos en una utopía, cuyo mercado laboral se basa en una objetividad que reina sobre intereses políticos y económicos ocultos.

Una empresa contrata a una persona que posee dotes de liderazgo y buenas capacidades interpersonales, aun perteneciendo a una familia de clase obrera y sin siquiera fijarse en el peldaño que ocupa en la escalera social. Dicha situación casi suena como un cuento de hadas del siglo XXI, por la baja frecuencia en la que se presenta.

Debemos formar a personas para que obtengan determinadas habilidades de las que pueden carecer y que las empresas demandan cada vez más. Sin embargo, ¿quiénes disponen de dichas aptitudes proceden de una familia con menos afortunada económica? Esa es la razón por la que debamos incluir en los planes de estudio las respuestas al cómo puedo conseguirlas, al cómo puedo mejorarlas, al cómo debo comportarme ante una entrevista de trabajo, tanto en universidades privadas como públicas.

No hay que alejarse mucho y mirar fuera de nuestras fronteras para comprobar que la clase es un factor que toma mucha relevancia para acceder a unos estudios superiores y a un puesto de trabajo. Cada vez las condiciones para conseguir y mantener una beca son más estrictas ¿Cuándo se darán cuenta que lo único que asegura el futuro de los países y del Mundo es la inversión destinada a formar al mayor número de personas posible? Lo único que logran actuando de tal manera es crear generaciones perdidas.

No obstante, la educación no es el único factor que hay que renovar, sino también la sociedad misma. Una sociedad donde aún sigue importando la imagen, la apariencia y el prestigio de pertenecer a una posición lo más cerca posible de la cúspide de la pirámide.

Rey de las mezclas y ciudadano del mundo (italiano, ecuatoriano, español...). Heavy de la cabeza a los pies y amante del cine y la literatura. Lo imposible solo cuesta un poco más.