Invisibilidad

Opinión

Precariedad laboral, brecha salarial, poca visibilidad en los medios… Son algunos de los muchos problemas a los que las mujeres se enfrentan día tras día para luchar por sus derechos en el mundo deportivo. El tratamiento que se le da a la figura femenina en los periódicos, revistas y telediarios sigue siendo un inconveniente porque se mantienen los estereotipos negativos asociados al sexo femenino. «El trío de las gorditas roza el milagro olímpico», «La mujer de un jugador de los Chicago Bears gana una medalla de bronce», «Buenorras internacionales en los Juegos de Río», fueron algunos de los titulares que se publicaron en los últimos Juegos Olímpicos. Es increíble que esto siga sucediendo en una sociedad que promulga movimientos feministas.

Realmente existen unas causas biológicas que demuestran, en parte, esta separación de sexos, pero no justifica para nada el desfase existente que hay en la actualidad. Tradicionalmente no está bien visto que las mujeres jueguen al fútbol o que los hombres hagan gimnasia rítmica debido a los tabús que la propia sociedad ha creado. Ante esto, debemos transmitir que una niña no es más “machona” por tener fuerza o que un niño no es “mariquita” por tener flexibilidad.

Un estudio que realizó el Consejo Audiovisual de Andalucía llegó a la conclusión de que de 831 noticias deportivas analizadas, 719 correspondieron a deportes protagonizados por hombres, 58 noticias por mujeres y 54 noticias sobre mixtos. En este sentido, destaca el gran predominio masculino que se refleja en los medios de comunicación. Lo que realmente mueve a la sociedad es el fútbol masculino, donde solo aparece el sexo opuesto para hablar de la novia de los futbolistas. A la escasa cobertura se le suma el enfoque sexista que siempre se le da a estos artículos con referencias a su cuerpo, la longitud de su falda, su novio o su entrenador.

En esta última década se han producido cambios en la indumentaria deportiva de forma beneficiosa para las jugadoras, que estaban en desacuerdo con el uniforme sexista que era obligado llevar hasta el momento. Cabe recordar que, hasta 2012, las jugadoras de vóley playa tenían la obligación de jugar en bikini, absurda norma que desapareció debido a las críticas que recibió este reglamento. Por ahora, la mujer tiene total libertad de elegir qué uniforme quiere utilizar. Lo que se pretende es que se le juzgue por competir y no por exhibir su cuerpo. Tenemos que seguir batallando para conseguir reivindicar el lugar que se merece en el mundo del deporte.

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