José Seigar: “Compagino mi trabajo y mi pasión con disciplina y constancia”

Cultura / Ocio

José Seigar es fotógrafo, escritor y profesor de Inglés de Secundaria. Para organizar sus múltiples pasiones cree que es fundamental la planificación y el orden. Estudió Filología Inglesa y acabó descubriendo la fotografía gracias a su otra pasión: viajar. Ha expuesto sus fotos en muestras como FotoNoviembre 2015 o Summer Exhibition 2016 y 2017, en el Círculo de Bellas Artes. También, ha recibido cursos de fotografía en las Escuelas Artísticas de Los Realejos. Sus recomendaciones de fotógrafos y de grupos musicales han sido publicadas en varios medios de comunicación, entre ellos VICE Spain o Wag1 Mag.

¿Se graduó en la ULL? ¿Cómo fue el paso de estudiante al mundo laboral? «Estoy muy satisfecho con la formación que recibí en la Universidad de La Laguna. Me debatía entre la lingüística y la literatura, hasta que acabé deslumbrado por la metodología y todo lo que me ofrecía. Siendo una persona pragmática, decidí que ese era el camino más funcional para especializarme. Cuando terminé la carrera de Filología Inglesa, dediqué un curso escolar para combinar el doctorado y el Curso de Cualificación Pedagógica. Ponía en práctica lo aprendido en clases particulares para niños y adolescentes. Trabajé también en academias hasta conseguir el Diploma de Estudios Avanzados. Aprobé las primeras oposiciones a las que me pude presentar y, desde entonces, ejerzo como docente en centros de secundaria. Creo que la ULL nos sitúa muy bien académicamente en el mercado laboral, luego, abrirse camino depende de muchos factores externos. Mi paso de estudiante al trabajo fue bastante natural».

¿Qué ocupación tiene en la actualidad? «Trabajo como profesor de inglés de secundaria, combino esta profesión con la fotografía social y las colaboraciones con revistas. Trabajar como docente me permite emplear los conocimientos adquiridos en metodología, y seguir aprendiendo nuevas estrategias en el día a día.  Hay un factor humano importante en todo lo que hago, y en especial un punto en común que unen la educación, la fotografía y la escritura: la comunicación. Siento que todas las tareas a las que dedico mi tiempo tienen ese factor presente. Me interesa la capacidad de expresar y entender mensajes, la interacción. Estoy a favor de un discurso expresivo claro y directo, creo que la principal razón de la comunicación es transmitir mensajes».

¿Cómo desarrolla su labor?» En las aulas, enseño a mis alumnos a interactuar entre ellos por medio de la segunda lengua y otros códigos. En la fotografía, intento dejar claro el foco de atención de mis imágenes y que las personas entiendan lo que quiero que vean, incluso espero sus respuestas a modo de diálogo como en mi serie “Interacción Visual”, y cuando escribo me vuelco de forma personal, me gusta investigar  sobre lo que escribo, pero sin olvidar mi lectura».

«Viajar me abrió las puertas al mundo de la fotografía»


¿Cómo un filólogo inglés acaba siendo fotógrafo profesional? ¿Cómo surge su amor por la fotografía? «Siempre he sido una persona muy visual, desde niño recuerdo dibujar vestidos de mujer, aún lo sigo haciendo, o comprando revistas de música y cine, afición que también sigue latente en mí. Digamos que conservo mucho ese lado creativo que tenía desde una temprana edad. Viajar me abrió las puertas al mundo de la fotografía. Recuerdo que al volver de cada viaje mostraba las fotos a mis amigos, y ellos fueron los que vieron “algo” antes que yo. Lejos de traer imágenes estereotipadas o postales de los lugares que visitaba, traía conmigo siempre los mismos detalles de todos los viajes. Mis fetiches en la fotografía se definieron de forma automática, intuitiva y sin mucha planificación: retratos robados, escaparates, comida, mensajes, basura y objetos abandonados».

¿Cómo lo hace? «Todos estos elementos suelo acompañarlos de los mismos recursos estilísticos como son los reflejos y los colores saturados, mi efecto pop. En definitiva, mi inmersión en la fotografía está derivada de mi pasión por viajar.Todos llevamos una mochila y la mía está llena de referencias pop. Ese bagaje intento volcarlo en la fotografía y su discurso. Directores de cine como Pedro Almodóvar o Alfred Hitchcock, cantantes como Michael Jackson, Madonna y Prince, y artistas como Warhol, Dalí o Frida han sido una constante visual y de pensamiento en mi vida. Todos comparten una visión fuerte y pasional del arte. Eso es lo que yo busco con la fotografía».

Norwegian People (Stavanger 07-2016). Foto: Seigar.

También escribe o ha escrito en múltiples medios. ¿Cómo llega la divulgación escrita a su vida? «Desde niño, he dedicado mi tiempo a escribir aquí y allá, de una forma más trivial o más seria, depende del momento. Al igual que Frida Kahlo, hacía anotaciones y dibujos en todo lo que caía en mis manos, aún sigo leyendo las revistas con un bolígrafo en mano, subrayando y haciendo anotaciones de las conexiones que se crean en mi mente. Durante un tiempo, tuve un blog muy personal donde compartía mis impresiones sobre música, televisión y cine».

¿Cuándo empieza a escribir para distintas publicaciones y cómo surgen esas colaboraciones? «Alex Leto, el director de la revista The Cultural, me ofreció la oportunidad de escribir sobre otros fotógrafos, y esa puerta abrió otras puertas. Escribir ahí, me ha llevado a colaborar con medios como VICE Spain o WAG1 Mag, entre otras. También hago recomendaciones musicales para Memoir Mixtapes (Los Angeles), pues la música pop ha sido una constante y una influencia en mi vida. He colaborado con textos y con mis fotografías en todo tipo de publicaciones de muchos países, como Vogue Italy. Me siento identificado con toda la cultura zine underground, pero estoy abierto a contribuir con todo tipo de medio.

¿Cómo hace para compaginar todas tus aficiones y tu trabajo? «Creo que la clave es la disciplina y la constancia. Me considero una persona organizada y que planifica. Me adelanto a las fechas topes de entrega, intento llevar mi trabajo al día, y la experiencia que adquiero con cada proyecto me ayuda a no cometer los mismos errores. Soy muy observador y analista, suelo reflexionar sobre los procesos de trabajo, y aprender de ellos para poder ir más rápido la próxima vez. Forma parte de mi personalidad ser pragmático y no perder el tiempo. Me gusta entregarme del todo en los proyectos e ir creciendo».

«El objetivo principal de mi obra es la humanización y dignificación de los maniquíes»


Es también un gran viajero, como todo fotógrafo. ¿Con qué lugar de los que ha visitado se queda y por qué? «La ciudad que más me inspira es Londres, tiene una energía joven que me atrae como si fuese un imán. Ofrece una riqueza visual interminable en los diferentes barrios, los mercados, los mercadillos, las tiendas, los museos, las plazas o los parques. Vuelvo a la cuidad todos los años, repaso los lugares en busca de cambios y sigo las alteraciones  de los espacios urbanos con mi cámara. He visto a mi gente de plástico cambiar de ropa, complementos y pelucas varias veces. Me gusta capturarlos en estaciones diferentes del año por ejemplo, como unos retratos de familia que sirven para ver el paso del tiempo».

¿En qué lugar le gustaría estar que aún no ha estado y por qué? «Me gustaría hacer el transiberiano y también conocer Cuba, supongo que por el exotismo que ambos viajes pueden ofrecer a mi cámara. Al ser una persona sensorial necesito estímulos, y lo nuevo siempre me despierta curiosidad, me altera y es así cuando creo. Recuerdo un pasaje de Patty Diphusa, la novela de Pedro Almodovar, en la que describía hiperbólicamente fascinado a un bailarín al ritmo de Tina Turner y Prince, algo así siento cuando visito un lugar por primera vez, los estímulos despiertos al 100 % en busca de inspiración y del momento para hacer clic».

Tales of a City, London. Foto: Seigar.

Le encanta jugar con los reflejos de los cristales y los escaparates de las tiendas. ¿Qué significan esos dos elementos en su fotografía? «En los escaparates de los países que he visitado he encontrado a Mi Gente de Plástico. Este proyecto que nació de una forma muy espontánea se ha convertido en la carta de presentación de mi fotografía de calle. Los reflejos que suelen acompañarlos me permiten ganar en complejidad sin hacer uso de capas o de doble exposición con programas de retoque digital. La arquitectura a mis espaldas que se refleja cuando disparo completa el significado del discurso, y pone en un contexto a mi gente de plástico».

¿Cuál es el objetivo? «La meta principal es la humanización y dignificación de los maniquíes (palabra odiosa) detrás de los cristales de las tiendas. De forma progresiva me di cuenta de que nos representan y que a través de la observación de sus formas, belleza, ropa, accesorios, maquillaje, pelucas, y complementos podemos analizar las culturas de las ciudades y los pueblos. Se asocian aspectos relacionados con la moda, valores, tradiciones, el conservadurismo o modernismo, body awareness y otras cuestiones. Siento que lo que encontramos en los escaparates es muchas veces un espejo de nuestra sociedad, tenemos la necesidad y la atracción de acercarnos y mirar, como cuando nos reflejamos en un espejo, buscamos algo. Mi fotografía de calle viene acompañada de texto, la descripción de las series es sumamente importante para mí. Aportar un discurso a lo que veo va definiéndome poco a poco como fotógrafo».

«Las redes sociales son el principal mecanismo de difusión actual de la cultura»


¿Qué piensa de las redes sociales como medio para divulgar contenidos culturales y obra de los artistas? «Las redes sociales son el principal mecanismo de difusión actual de la cultura. Es una herramienta imprescindible y esencial para cualquier artista que quiera dar a conocer su obra. Ayudan a llegar y crear conexiones con más personas. No siento que tengamos que disculparnos por usarlas para divulgar nuestro trabajo o nuestras ideas, seguro que los grandes como Kahlo, Dalí o Picasso también las habrían usado. Si Warhol hubiese tenido un Instagram, este hubiese sido maravilloso, al fin y al cabo sus diarios y obras parecen posts de esta red social. He conocido personas y medios que me han aportado y apoyado en mi creación artística. Usarlas me da la posibilidad de entrar en contacto con creadores que de no existir estas redes sería más complejo llegar a ellos. Reconozco que soy carne de las redes y no me arrepiento de serlo».

¿Cómo ve en el panorama actual la desnudez y la censura que la acompaña? «Estoy totalmente en contra de la censura. Me aburre, no la entiendo ni la comparto. Sin embargo, reconozco que encuentro fascinante todo el movimiento creativo que ha generado. Me refiero a todos esos mecanismos que los artistas han tenido que crear para protestar e incluso burlarla. Ha despertado astucia en el mundo del arte, se buscan constantemente formas para insinuar y romper esas caducas reglas que nos imponen. La fotografía de Kostis Fokas es un ejemplo de toda esta tendencia, con una fotografía arriesgada que roza la barrera de lo sexual. Me parece sumamente inteligente conseguir su iconografía y pasar los filtros de Instagram con tanta audacia».

«La pintura me emocionó antes que la fotografía»


¿Se acuerda de la primera fotografía que le emocionó? «Creo que tengo recuerdos previos de otros campos que me emocionaron antes. De pequeño, abría la enciclopedia de mi casa en busca de imágenes, y me fascinaba ver La Columna Rota de Frida Kahlo. Me quedaba tiempo admirando las obras de Dalí  o buscando algo de sexualidad en los papiros egipcios en aquella enciclopedia. Creo que la pintura me emocionó antes que la fotografía».

¿Y en la actualidad? «Ahora con más curiosidad y tiempo, puedo decir que mi fotógrafo favorito es Martin Parr, creo que sabe combinar perfectamente la imagen y el argumento con un estilo muy pop. También admiro muchísimo el carácter documental de su obra. Con respecto a la forma, me quedo con fotógrafos como Man Ray, Diane Arbus o Cindy Sherman, y prestando atención al contenido nombraría a Vivian Maier, Sirkka-Liisa Konttinen, Thomas Tom Wood o Paul Graham. Casi todos se enclavan dentro de la fotografía de calle, social o documental».

Si tuviera que elegir entre las tres: dar clase, escribir o la fotografía; ¿cuál elegiría? «Las tres tareas me permiten estar despierto, crecer, innovar, investigar y aprender. Con las tres siento que puedo comunicarme e interactuar con otras personas. Soy una persona social que disfruta del contacto con la gente. Dar clases fue mi vocación desde que era niño, supe que quería ser profesor muy pronto, más tarde una vez que recibí clases de inglés, entonces descubrí qué materia impartiría. Escribir y la fotografía son dos formas que tengo para expresar todo lo que llevo dentro, dos medios de expresión que necesito y completan mi vida. De hecho, no descarto explorar otras formas en el futuro, para empezar, tengo intenciones de hacer el curso de Cine de Las Escuelas Artísticas de Los Realejos, con la creación de videoarte en mente».

Soy redactor jefe y web manager de 'The Cultural', revista de arte y cultura, y un gran entusiasta del arte, la música, el cine, la arquitectura y los videojuegos. Estudio Periodismo en la ULL y paso gran parte de mi tiempo documentándome: jugando a videojuegos.