Jordi Gimeno: «El fútbol es sentimiento, pero en él también hay corrupción»

Ciencias Sociales y Jurídicas

La Facultad de Derecho de la Universidad de La Laguna acogió los días 2 y 3 de marzo las I Jornadas Internacionales de Empresa y Derecho. El simposio se celebró bajo el nombre “La corrupción en los negocios: nuevos desafíos de la corrupción en el ámbito privado”. En una de las sesiones participó el ponente Jordi Gimeno Bevia, profesor de Derecho Procesal en Castilla-La Mancha, que habló sobre los aspectos penales y procesales en el ámbito futbolístico.

“¿El fútbol es solo fútbol?”, así comenzó Gimeno Bevia su intervención. Para responder la pregunta expuso, por un lado, la situación de un partido de fútbol en un barrio cualquiera y, por el otro, lo que conocemos como deporte profesional. “El primero no tiene árbitros, no tiene afición a no ser que lleves a unos colegas. El experto tiene jugadores, afición, árbitros, clubes, federaciones…”, es decir, es “un conjunto de intereses que trasciende lo deportivo”.

Prácticas corruptas más comunes


El profesor subrayó que “los clubes de fútbol pueden ser penalmente responsables” y que las prácticas corruptas más comunes son el blanqueo de capitales con la alteración de la taquilla, compraventa de jugadores, publicidad e inversiones extranjeras de los clubes y el tráfico de influencias, es decir, “influir en una autoridad prevaleciéndose de cualquier situación derivada de su relación personal para conseguir un beneficio”.

Según Jordi Gimeno, existe una necesidad de establecer inspecciones, pero “los que deben controlar están muy vigilados”. Las revisiones de la FIFA son un fracaso: más de 30 acusados por soborno, blanqueo, fraude, reventa de entradas vip, derechos de televisión, entre otros. Por ello es necesario un compliance (programas de cumplimiento penal) que, en la temporada 2016/2017, todos los clubes deberían tener.

El docente dijo que los posibles riesgos penales se dividen en dos categorías: corrupción y delincuencia económica o delitos de otra índole tales como el racismo, problemas medioambientales… apuntando que tras el análisis de riesgos, se debe elaborar un código de conducta comprensible para jugadores, directivos, personal del club y un juez. “Son necesarias sesiones formativas y medidas disciplinarias que estén al alcance del entendimiento de todos los que forman el club, además de mostrar tolerancia cero ante cualquier irregularidad”, afirmó Gimeno Bevia, para añadir que “aunque el fútbol es sentimiento, no hay que mirar hacia otro lado porque en él también existe corrupción”.

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