Margaret y George durante la representación de anoche en el Teatro Leal. Foto: J. González

«Hemos venido aquí para defender este país de nuestros vecinos del Sur»

Cultura / Ocio

Soraya González y Severiano García, que forman parte del elenco de Delirium Teatro, dieron vida a Arizona, una obra dirigida por este último y que está escrita por Juan Carlos Rubio, guionista y dramaturgo español. La representación tuvo lugar anoche, viernes 24 de mayo, en una única función en el Teatro Leal de La Laguna. Cuenta con música compuesta y producida por el tinerfeño Diego Navarro. La xenofobia, la violencia machista y la manipulación son algunos de los temas tratados en la historia.

Apenas quince minutos antes de iniciarse el evento se empezó a llenar la sala principal del edificio. Pasadas las 21.00 horas se cerraron las puertas y el espacio se inundó de humo. Al comienzo, el escenario era lúgubre, solo se veían unos focos que pertenecían a algún coche. De él bajaron George y Margaret, un matrimonio de Estados Unidos que se había embarcado en una aventura abandonando la ciudad unos días para trasladarse hasta el desierto del estado de Arizona. Lo hacían por una razón, lo hacían con una finalidad.

Allí se asentaron los dos para estar una temporada juntos, viviendo una experiencia que sería diferente para ambos. Solo estaban acompañados por el calor infernal del paraje, una radio, algunos enseres domésticos que habían traído consigo y por un enorme y precioso cactus.

El proyecto


La mujer es muy risueña, inteligente, aficionada a la lectura y a la fotografía. «Las cosas importantes de la vida pueden perderse en un instante», apuntó. Aunque también es ingenua. Está enamorada hasta las trancas de su marido. El hombre la quiere, pero tampoco tanto. No como a ella le gustaría. Es egoísta, orgulloso, déspota y demasiado xenófobo. «Hemos venido aquí porque tenemos un objetivo: defender este país de nuestros vecinos del Sur, acompañados por cientos de voluntarios, al mismo tiempo que reflexionamos sobre las fronteras», decía a su esposa una y otra vez.

La historia se basa en un acontecimiento real que ocurrió en abril de 2005, el llamado proyecto Minute Man, donde civiles estadounidenses armados se encargaban de bloquear mediante la fuerza el paso a personas indocumentadas en la frontera de Estados Unidos y México. George llevó a Margaret hasta allí para vigilar de forma física la zona día tras día. Pero ella no fue consciente de la gravedad de los hechos hasta pasados varios amaneceres y atardeceres.

La incertidumbre se respira en el aire. El público, muy atento a lo que sucede en cada instante, recibe señales de lo que podría ocurrir a continuación gracias a determinados momentos en los que las luces del Leal se apagan casi en su totalidad, para que imágenes de hechos concretos se proyecten a modo de flashes sobre los cuerpos de los personajes. Imágenes que reflejan la realidad que se vivió hace 15 años en aquel desierto americano y que complementan la situación. Aunque también el espacio es bombardeado en distintas ocasiones por vídeos reales de militares intolerantes y de muros de todo el mundo, que impiden que los seres humanos accedan a una vida mejor. Con todo esto se pretende dar un significado global de lo que es la inmigración hoy.

La violencia machista, presente en la historia


La evolución de Margaret durante el transcurso de la narración es bastante grande. Todas las preguntas que se hace a sí misma, al igual que las que formula a su marido, en conjunto con su buena ética y empatía, la ayudan a empoderarse y desprenderse de las manipulaciones a las que está sometida.

Un episodio violento y bastante grave la despierta de golpe y la hace abrir los ojos, comprendiendo que la actitud que tiene George hacia ella no es la correcta. Del mismo modo, informaciones publicadas a través de la radio donde se revela que integrantes del Minute Man están envenenando pozos de agua potable para que los inmigrantes no puedan beber de ellos la hacen enloquecer, posicionándose totalmente de una vez por todas contra su esposo.

El final, rompedor y controvertido, dejó boquiabiertos a todos los asistentes, que no esperaron que sucediese lo que habían contemplado en aquel momento. Aplaudieron por varios minutos a la pareja de actores y a todo el equipo técnico por su gran labor.

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