Fatima Hernández destaca la importante labor investigadora que llevan a cabo. Foto: PULL

Fátima Hernández: «No se valora el trabajo del profesional de museo»

Artes y Humanidades

Fátima Hernández Martín es la directora del Museo de la Naturaleza y Arqueología (MUNA) de Tenerife desde 2013. Compagina su labor museística redactando para varios periódicos de Canarias, la web de Museos de Tenerife y el suplemento de ciencia Principia de Diario de Avisos. Además, ha estado en proyectos científicos como Fishtrace y Vulcano I y es miembro de tribunales en oposiciones, de la especialidad de Biología Marina, en la Universidad de La Laguna. Define a los museos como lugares de guarda y custodia de «testigos de biodiversidad», pero también recuerda la importante labor investigadora que llevan a cabo.

En los últimos años, a raíz del cambio climático, se redescubre el valor que tienen las colecciones biológicas a la hora de solventar problemas naturales. De hecho, antes de entrar a su despacho, hay unas jóvenes investigando material tipo. Se trata de piezas muy protegidas, consistentes en el primer ejemplar de una nueva especie que debe traerse a un museo para su salvaguarda. El atesoramiento es un tema que resulta polémico, pero la directora sentencia que “el coleccionismo no hay que verlo como algo agresivo, hay que tener en cuenta que los museos son respetuosos con el medio natural”.

El MUNA reúne reliquias no solo de Canarias, sino también del resto de la Macaronesia, y acoge además provenientes de África y América. Aunque no están cerrados a las donaciones, tienen una política sobre qué pueden aceptar: “No todo vale. Se necesitan informes rigurosos sobre la procedencia, la legalidad…”.  Algunos surtidos que han recibido son bienes históricos, colecciones de mineralogía de particulares y concesiones de la Universidad de la Laguna. Asimismo, el espacio es limitado, es por ello que el TEA ofrece sus subterráneos para el almacenaje.

Una labor desconocida pero importante


Una labor crucial es la que realiza el Departamento de Conservación, cuyos miembros consiguen que las condiciones sean las requeridas para la preservación, así como el registro de todo lo albergado y dónde se encuentra cada cosa. Como anterior conservadora de Biología Marina, recalca la importancia de esta actividad. Opina que «no se valora el trabajo del profesional de museo».

Por otra parte, el clima de las Islas no es un inconveniente, en el edificio se llevan a cabo protocolos muy complejos para el mantenimiento de cada elemento almacenado. «Hay algunas más sensibles y vulnerables, como un pliego herbario, que puede ser afectado por hongos, insectos… Por eso es importante la especialización dentro de las colecciones».

De los miles de objetos expuestos y guardados, la directora no considera que haya series con más estimación que otras: «Todo es importante, no de más valor, pero sí la más numerosa es la colección de entomología, que fue el germen de este museo». Otras destacadas colecciones son las de fósiles, las marinas y las de material tipo, vestigios de una especie que se acaba de conocer. El tamaño de los ejemplares puede variar desde pocos milímetros, como el plancton, de dimensiones pequeñas pero que allí cuenta con diferentes líneas de investigación, hasta huesos de ballena de varios metros.

Un espacio óptimo para la transmisión del conocimiento


«Al Museo hay que venir varias veces, hay que aprender». Informa que, en muchas ocasiones, han hecho exposiciones en la calle y han sacado colecciones de los almacenes para exponerlas al público, como la de Athanatos. Inmortal. Muerte e inmortalidad en poblaciones del pasado, que causó controversia porque algunos de los contenidos hirieron la sensibilidad de ciertos visitantes. Del mismo modo, en su misión de acercarse a la sociedad, este centro oferta actividades tales como charlas, cursos o jornadas para el aprendizaje de especialistas, y los estudiantes en prácticas son bienvenidos para formarse.

De igual manera, en su esfuerzo de conseguir la inclusión de todos, fue el primer museo público de España en obtener, en 2012 por parte de la Asociación Española de Normalización y Certificación, el Certificado del Sistema de Gestión de Accesibilidad Universal. En definitiva, bajo la tutela de Fátima Hernández y el trabajo de los diversos expertos con los que cuenta el MUNA, se ha conseguido un espacio óptimo para la transmisión del conocimiento al servicio de la isla de Tenerife.

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