Cataluña se enfrenta a un debate lingüístico serio. Foto: PULL

Escraches lingüísticos y surrealidades varias que nos regala España

Opinión

Hay veces en las que la realidad supera la ficción. Sin embargo, cuando estas pequeñas situaciones surrealistas salen a flote, identificarnos con alguno de los emoticonos que aparecen en las reacciones de la red social de Zuckerberg no es tarea fácil. Uno de esos particulares momentos que rompen la monotonía irrumpió esta semana, llegando al punto en el que mi cabeza entró en un «error 404: logic not found». Resulta que este miércoles los medios nacionales sacaron a la luz una serie de vídeos difundidos por la asociación separatista Movimiento Identitario Catalán, que se remontan a unos hechos del 18 de septiembre. En él, se aprecia cómo un grupo de activistas independentistas acorralan a un doctor en un centro médico de Barcelona. Le amenazan y exigen, como tribunal inquisidor, que justifique por qué una trabajadora del ambulatorio atendió en castellano a una paciente.

Un pellizco no fue suficiente para volver en mi misma y creerme lo que estaba escuchando. ¿De verdad estaba pasando eso? ¿Hasta dónde hemos llegado? Reconozco que vivir en la periferia más remota del territorio español hace que toda visión de la cuestión catalana me venga impuesta por los titulares de la prensa. Y sí, puedo llegar a ser empática y comprensiva con su reivindicación. Que un porcentaje considerable de un pueblo no se sienta integrado en el país es cosa seria y quizás la política se está tomando peligrosas licencias al no abordar el tema de lleno. No obstante, existe algo llamado sentido común y que aquí brilla por su absoluta ausencia. ¿Qué me curará mejor? ¿Qué la doctora me hable en catalán o que me recete la medicina que necesito?

Vigilantes peculiares de la lengua


En España, los centros educativos están obligados a impartir las clases (y por ende, educar a las personas) en español, pues está establecido en la Constitución vigente que es un deber conocer este idioma. En aquellas Comunidades Autónomas con lengua propia, también se enseña la misma en igual o menor medida, dado que el núcleo familiar y los currículos educativos influyen en ello. Puede haber miles de excepciones, pero si tiramos de la generalidad, se podría decir que los catalanes saben hablar español. Entonces, ¿qué problema hay si el facultativo desconoce el catalán y decide hacer su trabajo en español?

En Cataluña hay unos guardianes especiales de la lengua cooficial: la Plataforma Per La Llengua, una ONG que busca garantizar la presencia del catalán en todos los ámbitos. Tras esta eventualidad, han advertido a través de Twitter un aumento de los casos «discriminación lingüística a pacientes en centros de salud» de la comunidad autónoma. Incluso han pedido a la Consejera de Sanidad, Alba Vergès, que implante cursos obligatorios de catalán para los profesionales sanitarios.

No niego que a los galenos les pueda resultar útil conocerlo. Lo que rechazo profundamente es el uso partidista que se le da al debate lingüístico que ha surgido a raíz del proceso de independencia. Es curioso que una ONG se atribuya la autoridad lingüística para ordenar cómo tienen que hablar alrededor de 8 millones de personas.

En el vídeo, uno de los independentistas llegó a manifestar que la médica era una «colonizadora» por usar el español en su consulta, pero… ¿acaso ellos no están haciendo lo mismo? Creía que la época imperialista en la que tu vida corría peligro si no hablabas la lengua del conquistador y asumías sus costumbres había acabado, aunque visto lo visto, no lo parece.

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