“El 44,66 % de la población canaria está en riesgo de pobreza y exclusión social”

Ciencias Sociales y Jurídicas

Yaritza Garcés Delgado es doctora en Educación con Mención Internacional. Además, es profesora del Área de Métodos de Investigación y Diagnóstico en Educación en la ULL. Su interés por lo que pasa en la actualidad y su conciencia comunitaria le han llevado a investigar sobre la exclusión social, un fenómeno que afecta al 44,66 % de la población en Canarias. “Es un ámbito dentro de la educación con el que se puede llegar a desarrollar sinergias positivas para erradicar este problema”, explica.

¿Qué es la exclusión social? “Desde la perspectiva de pedagoga, la exclusión social se considera un fenómeno complejo y multidimensional de rechazo, producido por diferentes causas sociales. Cualquier persona en cualquier circunstancia de la vida puede llegar a ser excluido de ciertas políticas, prácticas sociales o instituciones”.

¿Qué causas pueden llevar a estar en esta situación? “Pueden ser de diversas índoles: desde lo económico hasta variables personales. Las políticas sociales y la inversión en las mismas pueden aumentar el número de personas en riesgo de exclusión social. Sin embargo, también influyen variantes psicológicas. Por ejemplo, una persona con una enfermedad alimenticia ya forma parte del sector de la población que se encuentra en esta situación. Los alimentos que tiene que comprar cuestan muchísimo más que los que consumimos el resto de la población”.

«Si no se tienen políticas sociales con capital, no se va a llegar a buen puerto»


¿A quién puede afectar? “A pesar de que haya colectivos que sean más vulnerables, puede afectar a cualquier persona, colectivo o institución. Los grupos más débiles, a pesar de querer tener un movimiento social ascendente, no pueden alcanzarlo, ya que se ven rechazados dentro de esa realidad. Es muy complicado que estas personas, si nadie les da la oportunidad, puedan llegar a salir de esta situación”.

¿Quiénes pertenecen a los colectivos vulnerables? “Aquí están los nuevos pobres: los jóvenes y las personas mayores. Se les etiqueta con estereotipos que caracterizan un significado, con el que no se sienten representados. Esto está ocurriendo con la actual denominación millennials. Hace referencia a aquellos jóvenes que no se han emancipado o alargan su trayectoria estudiantil. Sin embargo, no se atiende a que son circunstancias sociales que se han creado. Es decir, son desigualdades sociales, construidas comúnmente, que se asumen como un proceso natural, aunque no lo es”.

¿Quiénes contribuyen a este tipo de rechazo? “Los agentes exclusógenos son aquellos que forman parte de la exclusión. Entre ellos se encuentran las instituciones, las políticas y los propios individuos e individuas de la sociedad. Esto se debe a que se desarrollan y crecen en una sociedad que comparte las ideas del neocapitalismo, en el que se incluye el individualismo y la meritocracia. Estamos construyendo una comunidad puramente egoísta y basada en una crisis de valores éticos, morales y pedagógicos”.

«El ser humano se mueve por ideologías y no trata de comprender al otro»


¿Cómo se podría evitar el estar en riesgo de exclusión social? “Si tuviera una receta ya la hubiese publicado hace tiempo sin ánimo de lucro. Es un fenómeno tan complejo y difícil de abordar, que tendríamos que hablar de interseccionalidad. Se deberían focalizar políticas sociales que estén contextualizadas en las individualidades de los colectivos a los que afecte, porque la exclusión social no es un tema generalizable, sino que cada caso tiene su peculiaridad. Hay que abordar el tema de manera directa y contextualizada”.

¿Cómo afecta esta desigualdad en Canarias? “El 44,66 % de la población canaria está en riesgo de pobreza y exclusión social. Dentro de ella, se están dando casos de rechazo en la infancia con un 47,58 % y un 48,5 % a partir de los 46 años. Esto es derivado de una situación que comienza desde mucho antes de la crisis de EE. UU. Sin embargo, se ha acentuado y las clases medias están desapareciendo poco a poco. Están siendo paulatinamente eliminadas”.

Entonces, ¿ha incentivado la crisis este tipo de expulsiones? “La crisis económica y financiera ha hecho que se acomode el mercado laboral. A partir de ese entonces, se empezó a contratar a más personas, siendo remuneradas con el salario de una sola. De este modo, estamos contratando a varios trabajadores con el puesto de un solo empleado. El mercado laboral se ha acomodado en este tipo de sistema y va a ser muy complicado salir de este proceso en un periodo corto. Así no se va a promover una economía sostenible”.

«Las posibilidades de prosperar en la sociedad son muy pocas»


¿Cómo podría variar la problemática en un futuro? “Estamos en un movimiento pendular y estamos retrocediendo. El problema del ser humano es que se mueve por ideologías y no trata de comprender al otro. De esta manera, se desarrollan estereotipos y etiquetas con las que no se sienten representados, por ejemplo, los jóvenes. Por ello, la posibilidad de prosperar en la sociedad son muy pocas”.

¿Cree que hay ausencia de redes de apoyo? “Sí, por supuesto. Si no se tienen políticas sociales con capital, no se va a llegar a buen puerto. Además, no separar la ideología política de las necesidades reales y sentidas por una sociedad, hace que se invisibilice la exclusión social, dependiendo del partido que esté en el poder y cómo lo afronte. Uno de los problemas de las personas que están en riesgo es su invisibilidad. Los medios de comunicación no vierten la realidad como es, por lo que sus mensajes propagan aún más el individualismo y el neocapitalismo característico de la población”.

¿Qué puede hacer la ciudadanía para conseguir el apoyo necesario? “La movilidad social es el único derecho que tenemos que aprovechar como ciudadanos y si no se nos escucha, hay que seguir ante la vía de manifestación pacífica. De este modo, le damos voz a un problema”.

 

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