Dos buenos tipos

Opinión

Es posible que la labor de guionista sea una de las profesiones más injustamente infravaloradas. Habitualmente la gente cuando recuerda una película, se suele acordar del director y es este el que se suele llevar todo el reconocimiento, cuando ha sido el guionista quién ha hecho posible que esa película haya llegado a buen puerto. En parte por este motivo, hay guionistas que optan por probar suerte en la dirección. Este el caso de Shane Black, un nombre que a pocos sonará, pero fue el encargado de escribir el guión de las dos primeras entregas de la mítica saga Arma Letal. En 2006 se estrenó como director con la genial e irreverente Kiss Kiss Bang Bang, pero su salto a la fama llegó en 2013 con Iron Man 3, película que encantó a la crítica, al público pero que dividió a los fans y eso le ha creado una injusta e inmerecida fama de director mediocre en ciertos sectores. Este año, Shane Black vuelve al ruedo con Dos buenos tipos, una comedia de acción neo-noir, de un corte similar a su ópera prima.

La película está ambientada en Los Ángeles durante los años 70, gira en torno al detective Holland March (Ryan Gosling) y el matón a sueldo Jackson Healy (Russell Crowe), los cuales se ven forzados a colaborar para resolver el caso de una joven desaparecida, la muerte de una estrella porno y una conspiración criminal que llega hasta las altas esferas.

La premisa ya de por sí es interesante, pero Shane Black la explota de manera brillante, ya que desde el minuto uno, hace alarde de su increíble manejo del humor negro y se ríe de forma muy efectiva de muchos de los tópicos del género. También aprovecha muy bien la ambientación con constantes referencias a la cultura popular de aquella época, especialmente mediante la música y al pánico a las abejas asesinas de Brasil, que da algunos momentos hilarantes.

El guión es redondo, además de los personajes bien definidos, los diálogos, la estructura y las situaciones son fantásticos, hace que te metas rápidamente en la historia y que te importen los protagonistas. Todo esto aderezado por el humor marca de la casa de Black, que huye del chiste fácil que abunda en el cine comercial de hoy en día, y nos da momentos de auténtica carcajada.

La trama y el guión son sólidos, pero lo que termina de encumbrar a la película son los actores. A Russell Crowe se le ve especialmente cómodo en su papel y realiza un trabajo muy notable, algo ya de por sí, habitual en el actor.

El que sí me ha sorprendido sobremanera ha sido Ryan Gosling, quién se sale completamente de su registro habitual y demuestra tener una gran vis cómica, dándonos un personaje divertido, torpe, chulo y encantadoramente exasperante. Puede que sea la mejor interpretación que he visto de este actor, que junto a Russell Crowe, nos trae una de las mejores parejas cómicas que ha dado el cine en los últimos años.

Mención especial merece la joven actriz Angourie Rice, que interpreta a la hija de Holland. Su personaje es inteligente, divertido pero sigue siendo una niña, lo que crea una dinámica muy interesante con Healy. Además, la actriz tiene una química increíble con el resto del reparto, especialmente con Russell Crowe.

Shane Black demuestra su valía una vez más, realizando una película trepidante que te mantiene pegado al asiento durante las casi dos horas de duración. La película aborda varios géneros y se mueve a la perfección en todos ellos, ya que funciona tanto como buddy comedy, como en el terreno del thriller y ambos se benefician enormemente de la lograda ambientación. En definitiva, Dos buenos tipos es una gran película y de las mejores que he visto este año. La temporada veraniega empieza con fuerza.

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